lunes, 5 de octubre de 2009

El experimento Filadelfia.


El experimento Filadelfia (1943), conocido en la marina norteamericana como Project Rainbow era parte de un plan de agresión contra el eje compuesto por Alemania, Italia y Japón, durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente para la lucha contra Japón en el Océano Pacífico. La marina norteamericana niega la existencia del experimento Filadelfia, pero investigadores sospechan de la existencia de otros experimentos similares.
La historia del experimento Filadelfia:

La historia del experimento Filadelfia comienza en 1956, cuando Morris Ketchum Jessup, recibe unas cartas que le informan que un barco de la marina, habría desaparecido durante unos instantes, como parte de un experimento de la marina norteamericana sobre invisibilidad. Las cartas provienen del físico que lleva a cabo las investigaciones en el acorazado, el Dr. Franklin Reno.

La marina norteamericana niega todo lo referente al experimento Filadelfia, y toda clase de investigaciones en el área de la teoría del campo unificado de Albert Einstein. Según las cartas, el campo unificado se habría materializado en una esfera que rodeaba al barco y nada dentro de la esfera podía verse desde fuera. Las consecuencias del experimento fueron nefastas, según las cartas, ya que la tripulación desapareció misteriosamente luego del experimento Filadelfia.
Casualidades en torno al experimento Filadelfia:

El investigador Morris K. Jessup, se suicidó el 20 de abril de 1959, en circunstancias extrañas, y el responsable de las cartas es catalogado de esquizofrénico. El acorazado del experimento Filadelfia fue desmantelado y vendido. Los registros de los marineros que participaron en el experimento Filadelfia, también desaparecieron.
La marina y el experimento Filadelfia:

La marina norteamericana admite que el acorazado USS Eldridge participó en un experimento de campos magnéticos, donde se envolvió la nave con alambre para cancelar las fuerzas del campo magnético de la nave, lo cual resguardaría al barco de la detección de las minas magnéticas submarinas. Las minas poseen sensores que detectan el campo magnético que rodea las naves, y esto habría motivado el experimento, para lograr que las minas no detectaran al barco, pero no para hacerlo invisible al radar o la vista.
La teoría frente al experimento Filadelfia:

La teoría de los investigadores del experimento Filadelfia, asegura que se habría empleado un generador de alta frecuencia en el experimento, para calentar el aire de la superficie del agua, para crear una ilusión de espejismo, que tornaría invisible al barco. Esta teoría explicaría la conducta extraña de la tripulación luego del experimento, por causa de los efectos del generador.

Hay una teoría que sostiene que el acorazado desapareció y fue teletransportado a través del tiempo y espacio hasta Norfolk, virginia, donde habría sido visto. Supuestamente se habría contado con la participación de Albert Einstein y Nikola Tesla en el experimento Filadeldia, pero Tesla habría muerto en el momento que se realizó el experimento.



Esta teoría acepta la versión de la marina, que afirma que el barco fue envuelto en alambre para crear un campo magnético, pero afirman que el campo logrado produjo un doblamiento del campo de la luz, para hacerlo invisible, y que simultáneamente se habría doblado la curva del tiempo, coincidiendo con la teoría del campo unificado de Einstein. Hubo dos intentos en el experimento, en el primero, la nave no habría desaparecido totalmente, y se mantuvo una impresión del casco en el agua. En el segundo intento, la nave desapareció totalmente en una niebla verde, y fue vista en Norfolk, Virginia. Se dice que al reaparecer la nave, los tripulante estaban desorientados, algunos no volvieron, y otros estaban locos.

La Misteriosa Desaparición de Ramón Quiñones


En el año de 1967 la Sra. Irma Ortiz, hoy residente en la ciudad de Nueva York, EE.UU., acampó en El Yunque junto a un grupo de compañeros estudiantes de biología y dos profesores. Su intención era la de hacer observaciones astronómicas en lo alto de la montaña, y ver si ocurría algo en el lugar relacionado al asunto OVNI, ya que habían escuchado historias al respecto.Ella y los demás estudiantes pertenecían a dos instituciones educativas, al Junior College de Río Piedras y al Colegio Universitario Sagrado Corazón. Uno de los profesores se fue, quedándose con los jóvenes uno de apellido González.Llegaron arriba a eso de las 6:00 P.M. y montaron el campamento con sus casetas, etc., en un área espesa del bosque. A las 10:45 de la noche estaban sentados alrededor de una fogata y cantando, y uno de los jóvenes, llamado Ramón Quiñones, de 22 años de edad y residente junto a su familia en el pueblo de Bayamón, tocaba la guitarra. De pronto se sintió un fuerte y extraño zumbido en toda el área que duró unos 15 minutos. Tras ese lapso la quietud y el silencio volvieron a reinar y ellos volvieron a cantar.Entonces escucharon el sonido de pisadas. "Algo" pisaba la hojarasca y ramitas secas en el suelo de la vereda cercana. Cada vez estaba más cerca. De pronto vieron cómo, a cierta distancia de ellos, una figura alta y de apariencia luminosa cruzó velozmente de un lado al otro de la vereda. Se escucharon más pasos y el profesor González y Ramón Quiñones decidieron ir a ver qué era lo que se acercaba. Ramón se llevó su guitarra con él.

Pasó un buen rato y el profesor regresó, pero Ramón no lo hizo. Esperaron, le llamaron... pero nada, no apareció. González explicó que se habían separado en una bifurcación en la vereda y ahí dejó de ver a Quiñones. Al regresar le buscó, y al no hallarle regresó al campamento, creyendo que estaría ahí.Tras escuchar lo dicho por el Prof. González, inquietos todos por lo que pasaba, de pronto apareció en la vereda ante ellos la figura de un ser muy raro.

Según la Sra. Ortiz "...era un individuo de unos seis pies de altura, muy delgado y vestido con un traje ajustado muy brillante, plateado. Su rostro y ropa emanaban luz propia, como una fosforescencia blanca. Esa luminosidad hacía borrosos los rasgos del ser. Sí, parecía tener una cabeza grande. Sus brazos y manos eran muy largos, llegando a sus rodillas. Su cuerpo entero estaba envuelto en luz."Según Irma, el ser estuvo parado ante ellos unos quince minutos, lapso durante el cual todos quedaron paralizados y como en trance. Después de esto el ser "luminoso" caminó lentamente hacia atrás y desapareció entre la vegetación del área. Poco después todos recuperaron el movimiento.

El pánico se apoderó de varios de los jóvenes, que al momento tomaron sus linternas y huyeron del sitio.Varios estudiantes, entre ellos Irma, se quedaron junto al maestro y buscaron al joven Ramón Quiñones. Sólo encontraron su guitarra apoyada junto al tronco de un árbol en una vereda.En la mañana, ya con luz, avisaron a las autoridades forestales sobre lo ocurrido y de la desaparición de Quiñones, y se organizó una búsqueda por las autoridades forestales y la Policía de Puerto Rico. Tras la intensa búsqueda no se halló el más mínimo rastro del joven, y extrañamente, según la Sra. Ortiz, las autoridades policiales locales y federales les prohibieron a ellos, a los profesores y a los familiares de Quiñones comentar públicamente o discutir con nadie lo que había pasado. Fue una orden estricta y directa.

Se les indicó que ese tipo de cosas sí estaban sucediendo allí, pero que no se quería crear una situación de pánico en relación al bosque.Posteriormente, los miembros del grupo de estudiantes y el profesor González fueron, alegadamente, vigilados muy de cerca por individuos que les seguían a todas partes, aparentes agentes gubernamentales. La vigilancia duró unos 4 ó 5 meses.Posteriormente, viviendo en el pueblo de Luquillo, cerca de El Yunque, Irma y su esposo vieron en varias ocasiones a platillos voladores volando sobre la montaña. Tras uno de sus avistamientos intentaron llegar a lo alto de la montaña, pero para su sorpresa fueron detenidos por militares armados del Ejército de los EE.UU., quienes les cerraron el paso diciéndoles que "...había un problema de seguridad en la torre de El Yunque." Los soldados rehusaron decir cuál era el problema en cuestión, y acto seguido les escoltaron fuera del lugar, obligándoles a irse del área.

Irma Ortiz dijo finalmente: "Creo que el gobierno sabe lo que pasa en El Yunque, y al pueblo no se le puede engañar ya por más tiempo".Ante lo dicho por la dama preguntamos nuevamente: ¿Por qué las autoridades federales y locales prohibieron a los testigos comentar lo que había pasado en relación a la desaparición del joven Ramón Quiñones y a la presencia del raro ser visto por ellos en el bosque? ¿Cuántos más habrán desaparecido en el lugar, sin que el pueblo de Puerto Rico lo sepa?

Grandes Desapariciones




Nota: Este artículo, cortesía del investigador de Puerto Rico Jorge Martín,

La montaña El Yunque y el hermoso complejo natural compuesto por sus montañas cercanas y su espesa vegetación, entre estas "La Mina", "El Verde", "El Toro", "El Cacique", "Los Picachos", "Pico del Este", etc., son vistos como un lugar de leyendas y misterios hace siglos, ya que desde los tiempos de nuestros indios se pensaba que vivían en este lugar seres sobrenaturales... misteriosos "dioses" del bien.

En tiempos más cercanos se han tejido una serie de leyendas sobre los raros sucesos que ocurren en el lugar. Entre estos podemos mencionar las observaciones de misteriosas esferas de luz que los vecinos del lugar han visto entrar y salir de las montañas en las noches. Estas extrañas "luces" fueron llamadas "brujas" por los campesinos del área. Según ellos, aquellas luces eran las "brujas", que salían durante la noche a bailar y a hacer de las suyas por el sector.

Muchas personas de alta edad, jíbaros (campesinos) de la región que hemos entrevistado sobre este particular indicaron que desde principios de siglo las observaciones de estas "luces" entrando y saliendo de las montañas y recorriendo los cielos y montes de la región eran motivo de reuniones familiares en los bateyes (patios) de sus chozas o bohíos de entonces. Las mencionadas bolas de luz voladoras eran la única distracción que tenían en muchas ocasiones por las noches, y lo consideraban un espectáculo muy especial. Esto nos fue informado por vecinos de los sectores Jiménez, Cubuy, Palmasola, Guzmán Arriba, El Verde, El Duque, Campo Florida, Rio Blanco y otros.

Otra leyenda popular muy singular del sector cercano a El Yunque es la del "Yure", que se refiere a una extraña fuerza o ente de energía, invisible, que parece girar, manifestándose de forma cuasi-inteligente. Dicen que a su paso por las comunidades emite un fuerte sonido zumbante y vibrante, y algunos aseguran que también puede escucharse un fuerte rugido e innumerables "ladridos" junto a ruidos metálicos.

Recientemente nos han sido referidos nuevos eventos relacionados aparentemente a la manifestación de esta misteriosa "fuerza" en la zona.Igualmente, los vecinos de los sectores de Río Blanco, Campo Florida y otros, del pueblo de Naguabo, en las faldas del bosque, hacia el sur-este, relatan cómo desde tiempos inmemoriales se han escuchado extraños ruidos metálicos, "clangs" o zumbidos y murmullos "...como muchas voces rezando un rosario" que parecen salir del subsuelo.Pero nada ha contribuído más al aura de misterio que rodea el área que las numerosas desapariciones misteriosas de personas de todas las edades que a lo largo de siglos se han producido en el bosque, y que continúan ocurriendo hoy día.

El número de desapariciones en el bosque plantea numerosos interrogantes y, tristemente, muchos de los desaparecidos en El Yunque a través de los años han sido niños y niñas de corta edad. En el año 1965 la niñita María Esther Figueroa, de 8 años de edad y residente de Aibonito, Puerto Rico, desapareció durante una gira escolar. Se organizó una intensa búsqueda de la niña que resultó infructuosa. La otra niñita que le acompañaba al momento de desaparecer, dijo años después, ya adulta, al periodista Luis Francisco Ojeda, que había visto cómo dos individuos vestidos con unos mamelucos enterizos de color azul agarraron a María Esther, quien gritaba y luchaba desesperadamente por zafarse de ellos.Al gritar ella también, fue descubierta por los dos individuos, que eran de tipo latino, quienes le gritaron en idioma español con acento puertorriqueño que si gritaba se la llevarían a ella también. Al hacer ellos un ademán de acercarse, ella corrió y escapó. Pero nada más se supo de María Esther. ¿Quiénes eran esos individuos vestidos con mamelucos de color azul añil? El misterio sobre ello continúa.

El 25 de julio de 1973, un bello niñito rubio con ojos verdes y de 7 años de edad, José Antonio Alemar, desapareció también en El Yunque bajo muy extrañas circunstancias mientras disfrutaba de un pasadía junto a su madre, la Sra. Ana Domínguez, su padre José Alemar y su hermana.

La familia había estado acampando en una de las casetas de cemento localizadas en la vereda que baja hacia las cascadas La Mina. Desde el último estacionamiento de automóviles detrás de la última cabaña de venta de recuerdos y mapas del área del bosque, y mientras el matrimonio caminaba por allí, con el niño justo detrás de ellos... ¡este desapareció de improviso!

Los padres le buscaron, y al ver que era inútil, pidieron auxilio. Una extensa búsqueda del niño fue llevada a cabo por miembros de la Policía de P.R., de la Defensa Civil, militares y voluntarios, por varias semanas, pero todo fue inútil. Jamás se halló el más mínimo rastro del niño.

Entre los años 1961 y 1976 cinco niños (oficialmente reportados, pudieron ser más) desaparecieron en similares circunstancias en El Yunque, para no volver a aparecer jamás.Unos tres meses más tarde, aún afectados por lo sucedido, el Sr. Alemar y Ana visitaron a unas personas en el sector de El Verde, acompañados por el hoy fallecido parapsicólogo Carlos Busquets.

Ya tarde en la noche, mientras Alemar se despedía de las personas en la finca que visitaban, Ana esperaba en el interior del automóvil de la pareja junto a su hija de cinco años de edad entonces, con las ventanas arriba y cerradas. El automóvil estaba a unos 150 pies de distancia de los demás, a orillas de la carretera. De pronto Ana sintió, desde la parte izquierda del automóvil, la voz de su marido, que le decía: "Negra, ábreme la puerta, que ya llegué."La voz repitió lo mismo dos veces, y la niñita le decía que mirase "aquello". Al mirar la Sra. Domínguez vio con horror a un ser extraño junto a la ventana del conductor.

He aquí la descripción del ser, según ella nos explicó: "Aquél ser era alto y estaba inclinado, mirando a través del cristal de la ventana izquierda, y tenía una mano sobre la ventana del parabrisas. Esa mano era una muy larga y sólo tenía tres dedos largos... Me recordó la pata de una gallina."Aquél ser tenía una gran cabeza en forma de huevo y unas orejas alargadas y en punta. Tenía también unos ojos grandes y oscuros, pero no pude verle bien las facciones por la obscuridad."

La Sra. Domínguez y la niña se asustaron al ver a aquella criatura junto a ellas, y empezaron a gritar y a tocar la bocina del automóvil. Alemar y los demás corrieron donde ellas para ver qué sucedía y ellas les dijeron, alteradas, lo que había pasado. El ser había desaparecido. Ahora bien, ambas, ella y su hija, ahora adulta, están aún seguras de que la voz que aquella criatura les proyectó era la de José Alemar, su esposo. Aparentemente el insólito ser mimetizó la voz del Sr. Alemar para hacer que ella abriese la puerta del vehículo y le diera acceso al mismo. La testigo desconoce si esto fue hecho a nivel telepático o a nivel auditivo común, pero sí está segura de que era la misma voz de Alemar.

Por esta experiencia vivida por ellas y otras que han conocido posteriormente por otras personas, la Sra.Domínguez piensa que su hijito, José Antonio Alemar, pudo haber sido secuestrado, tal vez, por extraños seres que viven ocultos en algún lugar del bosque, presuntos seres extraterrestres.

Por nuestra parte no podemos menos que preguntarnos qué habría ocurrido de ella haber abierto la puerta del automóvil esa noche. Pero, ¿tendrán realmente estos seres vistos allí alguna relación con las desapariciones misteriosas en el área? Los casos siguientes traerán más luz al asunto.



Desaparecen Soldados
En 1976 dos oficiales militares de la Marina de los EE.UU., comisionados en la Estación Naval Roosevelt Roads, en Ceiba, Puerto Rico, desaparecieron también en El Yunque sin dejar rastro alguno. Esta desaparición fue informada en el periódico "El Vocero" en su edición del jueves 2 de marzo de 1976. En años recientes hemos llegado al conocimiento de que muchas otras personas han desaparecido en el bosque, y se nos han informado asombrosos y controversiales hechos pertinentes a estas desapariciones que podrían ayudar a explicar lo realmente ocurrido a estos niños y adultos... Hechos que parecen tener alguna relación con el asunto ovni / alienígena hasta cierto grado.Fuentes confidenciales en los círculos militares en Puerto Rico dicen que algunos soldados desaparecidos en El Yunque en la década de los años 60s y 70s, bajo circunstancias muy extrañas, fueron declarados oficialmente como desaparecidos en el conflicto bélico de Viet Nam. ¿Si los alegados soldados desaparecieron en El Yunque, por qué se hizo esto? De ser cierto esto, ¿qué se quiere ocultar sobre lo que pasa allí? El siguiente caso puede darnos una respuesta.