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Traje
miércoles, 18 de febrero de 2009
LA CULTURA MASMA
http://www.correvedile.com/misterios/culturamasma.html
En 1952, el investigador peruano Daniel Ruzo alcanzó la altiplanicie de Marcahuasi, una árida meseta situada al oeste de la cordillera de los Andes. En ella descubrió animales y rostros humanos tallados en la roca. ¿Se trataba de formaciones geológicas de origen natural? Ruzo, convencido de lo contrario, pasó el resto de su vida investigando la identidad de aquellos escultores. Su búsqueda le condujo hasta una remota civilización a la que llamó Cultura Masma.
ASCENSO AL TEPOZTECO
Cuando visité a Ruzo, éste me insistió en que observase la presencia de dos esculturas, que representaban a dos perros cancerberos, situadas en los accesos a Tepoztlán. Estuve varias veces en el lugar y ascendí al Tepozteco, la estatua que preside todo el complejo. Desde la lejanía puede percibirse la figura de un personaje entronado. Hasta se aprecian detalles en su rostro, como los ojos o la boca. Ya en la cúspide descubrimos una pirámide, con características que escapan a una interpretación arquitectónica regional.
A diferencia de las esculturas peruanas, la presencia Masma en los valles mexicanos se ha ido desdibujando. En contraposición a Marcahuasi, las figuras tepoztecas están mucho más erosionadas. Es tentador pensar que tal vez formasen parte de un complejo escultórico extremadamente primitivo, donde los antiguos dejaron su impronta antes que en otros lugares.
Más al norte, en el estado de Querétaro, nos tropezamos con otro yacimiento, dominado por la Piedra de Bernal. En opinión del profesor Sánchez Briones, este conjunto escultórico, así como el cercano a la vecina San Juan del Río, formarían parte de una proyección de la geometría sagrada que se extiende hacia Tepoztlán y Marcahuasi.
Lo más fascinante de este enclave es poder contemplar la aparición de una especie de flecha en la cúspide de la piedra. Ésta se manifiesta durante el solsticio de invierno, mediante un fascinante juego de luces y sombras.
En conjunto, la cima ofrece varias imágenes sorprendentes, aunque las más repetidas se asemejan a cóndores. En la ladera izquierda (hacia el sur) descubrimos imágenes de félidos y dos leones. Ya en San Juan del Río nos topamos con lo que Ruzo llamaba «puertas falsas», semejantes a entradas que fueron tapiadas por la misma constitución geológica de la montaña. En una de las paredes, Briones halló un jinete que parecía cambiar de posición gracias a determinados efectos solares.
ALTARES SOLSTICIALES
En una zona rural llamada el Cañón de las Vírgenes encontré una figura con apariencia leonina acompañada de otras misteriosas esculturas. Una de ellas era una formación con forma triangular, quizá una diosa Thueris.
Para acceder hasta las mismas había que pasar por una abertura bajo un gigantesco peñón que estaba incrustado entre dos paredes.
Como en el valle de Marcahuasi, junto a dicha figura descubrí otras muy significativas. Dos de ellas parecían ser símbolos de la fertilidad, como un falo y una vulva pétreos. Frente a estas formaciones una escultura leonina que miraba hacia el poniente. Sin embargo, vista desde el lado opuesto adquiría el aspecto de un felino –tal vez un jaguar–, y se orientaba hacia la salida del sol.
Aunque volvían a repetirse algunos de los motivos característicos de la altiplanicie de Marcahuasi, tuve la misma sensación que me asaltó en México: conforme me dirigía hacia el norte, las esculturas perdían contornos y definición. Parecían más erosionadas, quizá por estar cercanas al nivel del mar.
He regresado a este lugar varias veces con otros estudiosos de lo insólito.
http://ovniweb.freeservers.com/Titanes.htm
Todos ellos se mostraron convencidos de que la particular morfología de estas piedras no podía atribuirse a una simple casualidad.
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