La diferencia vibratoria entre donde te encuentras y donde quieres estar es la arena creativa a la que has venido a jugar: a la Primera Línea de la Creación. Aquí es donde has venido a experimentar y a disfrutar, nunca a completar.
Traje
lunes, 9 de agosto de 2010
Descubren El Inframundo de los Mayas
Un grupo de arqueólogos mexicanos al parecer han descubierto por fin la entrada al misterioso inframundo maya o Xibalbá.
Gracias a unas excavaciones realizadas en estado de Yucatán los exploradores dieron con una red subterránea de cenotes (ríos sagrados) y cuevas dentro de las cuales se erigen templos que afirman la gloria de esta cultura.
Estas construcciones están emplazadas en lugares a los cuales no es fácil llegar y dentro de una de las cavernas hay un curioso camino de alrededor 100 metros de largo que gira hacia un espejo de agua en dirección hacia un grupo de estalactitas y estalagmitas, similares en forma a una ceiba, el árbol que para la cultura maya representaba la vida.
El extraño sendero culmina en una especie de plataformas, el esquema y la estructura de este camino es muy semejante a las de la Cueva de Balakanché, en Chichén Itzá.
Para el que no sepa que es; XIBALBÁ
Xibalbá
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Xibalbá o Xib'alb'a es un lugar dentro de la mitología maya, descrito como un mundo subterráneo regido por los espíritus de la enfermedad y la muerte. En el siglo XVII, tradicionalmente se ubicaba su entrada en una caverna ubicada en la localidad de Alta Verapaz, en las cercanías de Cobán, Guatemala.
Fray Francisco Ximénez tradujo al latín la obra aborigen guatemalteca Popol Vuh (Pop wuj, en k'iche' correcto) o Libro de los acontecimientos, desde una perspectiva católica. Por lo tanto se refiere al Xibalbá como el Infierno cristiano, un mundo telúrico gobernado por los Ajawab del Xibalbá o los "señores del infierno".(ver Mitología maya)
Sin embargo el concepto de "mal" está explícitamente representado en las características de otros seres de la mitología maya, como Wuqub Qak'ix y su familia, o en defectos en las personalidades de los primeros seres humanos creados. Xib'alb'a no es entonces el infierno, ya que representa a la muerte y la enfermedad, vistas como parte de la existencia y no como castigo. Es más preciso referirse a Xib'alb'a como el inframundo.
Una de las partes del Popol Vuh narra el enfrentamiento entre los Señores de Xibalbá (el inframundo maya) y dos pares de gemelos divinos: en primer lugar Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú, y tras ser derrotados, sus hijos Hunahpú e Ixbalanqué, que saldrán victoriosos gracias a su ingenio y conocimiento de la magia.
En ambos casos son llamados por los Señores de Xibalbá debido a que les molesta que hagan ruido al jugar a la pelota sobre la superficie de la tierra. Una vez allí serán retados a realizar varias pruebas y a jugar al juego de pelota. Así, mientras se cuentan los acontecimientos de dichos enfrentamientos, se hace una descripción de Xibalbá y del camino que hay que recorrer antes de llegar a él, lo cual permite dar una idea de la visión maya quiché del inframundo.
El camino hacia Xibalbá se describe como un descenso por unas escaleras muy inclinadas que desembocan en la orilla de un río, el cual recorre barrancos y jícaros espinosos. A continuación hay otros ríos e incluso uno de sangre, para después abrirse un cruce de cuatro caminos: uno rojo, otro blanco, otro amarillo (o verde en el caso de Hunahpú e Ixbalanqué) y otro negro. El último es el que se dirige a Xibalbá, exactamente a la sala del consejo de los Señores de Xibalbá.
En cuanto a las pruebas que los Señores de Xibalbá hacían pasar, el Popol Vuh cuenta que eran muchos los lugares de tormento y los castigos de Xibalbá:
* El primero era la Casa oscura, en cuyo interior sólo había tinieblas;
* El segundo era la Casa del frío, donde un viento frío e insoportable soplaba en su interior;
* El tercero era la Casa de los tigres, donde los tigres se revolvían, se amontonaban, gruñían y se mofaban;
* El cuarto era la Casa de los murciélagos, donde no había más que murciélagos que chillaban, gritaban y revoloteaban en la casa;
* El quinto se llamaba la Casa de las navajas, dentro de la cual sólo había navajas cortantes y afiladas
En otra parte del Popol Vuh dice que hay una sexta casa llamada la Casa del calor, donde sólo habían brasas y llamas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario