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Traje
martes, 12 de mayo de 2009
Angeles en las religiones
Un ángel es un ser etéreo presente en las creencias de muchas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles actúan típicamente como mensajeros. Más específiamente, en el Cristianismo, el término ángel hace referencia a la categoría más superior de las nueve en que tradicionalmente se dividen los seres angélicos. La rama de la teología que se ocupa de los ángeles se denomina angelología.
Desde el punto de vista religioso, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el Cristianismo, se habla del ángel de la guarda o custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla.[1] Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, aquel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios. El más conocido de ellos, en la tradición cristiana, es Lucifer.
Tradicionalmente, sobre todo en pintura, los ángeles han sido representados como seres alados (adaptado de la iconografía de eros), aunque pueden ser espíritus invisibles o incluso simplemente rayos de luz que todo lo observan, que pueden aparecer en la Tierra no sólo como seres humanos sino también como animales o incluso objetos. Posiblemente, para seres visionarios o en trance místico, las "alas" fueran el movimiento tenue o enérgico que visualizaban alrededor de sus apariciones y que, por una traslación a algo inteligible culturalmente, fue asimilado a "alas".
Ángeles en el Judaísmo
Aunque los israelitas eran un pueblo monoteísta, vivían rodeados de otros pueblos de tradición politeísta cuyas creencias sin duda ejercieron un fuerte influjo sobre los judíos. Resultó entonces muy útil convertir a cualquier ser “divino” en un servidor del único dios que adoraban, formando así una “corte celestial”, similar a la de los reyes de esa época. Posiblemente por influencia mesopotámica (los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia desde el año 597 a. C. hasta el 538 a. C.), se empezó a representar a estos ángeles con alas. El influjo de la religión mazdeísta, basada en los principios del mal y el bien como explicación de todas las cosas, también contribuyó sin duda a configurar los ángeles como parte “del bien”, mientras que las potencias malignas encajaron de modo natural como “ángeles malos” (o ángeles caídos) y por tanto servidores del mal.
Desde muy pronto, a los ángeles se les atribuyó el papel de intermediarios entre la divinidad y los seres humanos, posiblemente porque su aspecto de “hombres con alas” parecía apropiado para moverse tanto en el ámbito divino como en el humano. Así, ya para los persas un ángel fue el encargado de revelar “la verdad” a Zoroastro. Este modelo se va a repetir una y otra vez en el judaísmo (por ejemplo el ángel Gabriel con Abraham), el Cristianismo (ángel Gabriel con la Virgen María) y el islam (ángel Gabriel con Mahoma).
A lo largo de los siglos, los ángeles judíos van evolucionando, en un principio se los menciona como seres tan parecidos a varones humanos que podían ser confundidos con ellos, para ir luego paulatinamente tornándose más espirituales y cumpliendo funciones más especializadas (ángeles que solo sirven a la divinidad, ángeles mensajeros, ángeles que castigan, etc).
Ángeles en el Cristianismo
Jerarquía
De acuerdo a los teólogos cristianos de la Edad Media, los ángeles están organizados en varias órdenes, o coros, angelicales. La clasificación más influyente fue creada por un autor desconocido cuyas obras nos han llegado atribuidas a Dionisio Areopagita, por lo que es conocido como Pseudo-Dionisio Areopagita, y expuso su doctrina angelológica en su libro La Jerarquía Celeste. Según esta obra, los nueve coros angélicos, agrupados en tres grupos, son serafines, querubines y tronos (primer grupo); dominaciones, virtudes y potestades (segundo grupo) y principados, arcángeles y ángeles (tercer grupo).
Los serafines están en la cima de la jerarquía y rodean el trono de Dios; son de color rojo y su atributo es el fuego. Los querubines simbolizan la sabiduría divina y son de color azul y oro. Los tronos representan la justicia divina y llevan toga y bastón de mando. El segundo grupo es responsable de los elementos naturales y de los cuerpos celestes. Las dominaciones llevan corona y cetro. Las postestades ordenan las operaciones que los espíritus superiores ejecutan en los inferiores; también llevan corona y cetro. Las virtudes se refieren a la Pasión de Cristo y llevan a veces flores o símbolos de María. El tercer grupo establece la relación con la humanidad. Los principados protegen a las naciones, los arcángeles son mensajeros de Dios y los ángeles protegen a los seres humanos.
Iconografía
Las representaciones artísticas sobre ángeles en el cristianismo han sido extensas y variadas a lo largo de la historia, a diferencia de lo ocurrido en otras religiones. Generalmente se les ha representado casi siempre como niños, jóvenes varones, o seres asexuados de gran belleza. Los primero ángeles paleocristianos toman figura humana, sin alas. A partir de la Edad Media, aparecen con alas que se ha convertido en el elemento más característico de su iconografía, durante este periodo no eran representados de forma aislada, a excepción de algunas obras de la pintura flamenca, italiana y española en las que aparece San Miguel Arcángel como "Juez de las Almas". Es en el Renacimiento cuando los ángeles comienzan a ser pintados de forma individual, es entonces cuando aparecen los angelotes, influencia de los putti, que son niños desnudos con alas pequeñas. Todas estas prácticas se extienden durante el Barroco, donde también se populariza la cabeza, sin cuerpo, sostenida solo por las alas. La indumentaria de los ángeles suelen ser túnicas, en otros casos ropa litúrgica y en algunas ocasiones llevan vestimenta militar, incluida coraza.[2]
La escuela sevillana de pintura, en especial Zurbarán y sus discípulos, contribuyó también de forma importante a la iconografía de los ángeles. Cuando los conquistadores españoles impusieron la religión católica a los habitantes de América, éstos encontraron en los ángeles unos sustitutos ideales para sus antiguos dioses, por lo que su culto llegó a ser muy popular, surgiendo, ya durante el Barroco, los ángeles arcabuceros, representados como soldados de lujosas ropas holgadas.
El sexo de los ángeles
Aunque la tradición los suele representar como varones, los ángeles no tendrían sexo debido a que son espíritus puros, y éste ha sido discutido en múltiples Concilios.[3] Sin embargo, en algunos pasajes de la Biblia se declara su carácter masculino o femenino en el caso del libro de Zacarias en el capitulo 5:
En el Génesis (19:2), Lot dice a los dos ángeles que llegan a Sodoma “Mirad, señores; os ruego que vengáis a la casa de vuestro siervo, para pernoctar en ella y lavaros los pies. Cuando os levantéis por la mañana, seguiréis vuestro camino”. El texto original hebreo utiliza adonai, "señor".
En el Libro de los Jueces (13:6), un ángel anuncia el nacimiento de su hijo a la madre Sansón: “Ha venido a mí un hombre de Dios. Tenía el aspecto de un ángel de Dios muy temible. Yo no le pregunté de dónde venía ni me dio a conocer su nombre”. El original hebreo utiliza el masculino 'iysh, "hombre, varón".
En los Hechos de los apóstoles (12:7) se produce la liberación de Pedro de su prisión: “Un ángel del Señor se presentó, y el calabozo se iluminó; y golpeando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto; y se cayeron las cadenas de sus manos”. El texto original griego utiliza aggelos, "mensajero", masculino.
En el Apocalipsis (15:6) se lee “y salieron del templo los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino puro, brillante, y ceñidos los pechos con cinturones de oro”. El original griego también utiliza aggelos.
En Zacarias (5:9) se hace referencia a los angeles como mujeres, "Yo levanté los ojos y tuve una visión. Había dos mujeres que avanzaban. El viento soplaba en sus alas: ellas tenías dos alas como las de la cigüeña, y levantaron el recipiente entre la tierra y el cielo"
Los ángeles en la tradición cristiana parten de lo que se ha dicho sobre ellos en la religión judía; por tanto, son seres creados por Dios para su servicio, que actúan como enviados o mensajeros para los hombres.
La postura oficial de la Iglesia Católica se fija en los concilios de Roma del año 745 y de Aquisgrán del 789, los cuales rechazaron el uso de nombres de ángeles, salvo aquellos citados en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael. La Iglesia ortodoxa griega y la Iglesia ortodoxa copta reverencian, no obstante, también a Uriel. Pero además existen muchas otras fuentes documentales y tradicionales que se refieren a otros ángeles, como Baraquiel, Alamiel, Letiel o Laeiel. En el Apocalipsis Nova de Amadeo de Portugal se mencionan a Uriel, Sealtiel, Jehudiel y Barachiel.
Ángeles en el Islam
Como religión emparentada estrechamente con el cristianismo y el judaísmo, en el Islam también existe la creencia en los ángeles, que en lengua árabe reciben el nombre de ملاك , malāk (plural ملائكة , malā'ika), de la misma raíz que el hebreo מלאך , malākh o malāj.
La creencia en los ángeles es central en el islam, empezando por el que, según la tradición, fue el jefe de los ángeles, Yibril o Yibrail (Gabriel), quien se dirigió a Mahoma en nombre de Dios para dictarle su revelación, el Corán. Además, es parte de su profesión de fé, por tanto un musulmán que negara la existencia de los ángeles sería apóstata.
El Islam concibe a los ángeles como seres creados de luz y dedicados totalmente al servicio de Dios, por cuyo mandato realizan determinadas tareas, como introducir el alma en el cuerpo de los neonatos, recoger el alma de los que mueren, registrar determinados hechos de la vida o servir de mensajeros divinos. Como ejemplo de esto último, además de la revelación hecha a Mahoma y a los profetas anteriores por Gabriel, está la anunciación a Maryam Bint Dawud (la virgen María).
Según el Islam, los ángeles, al contrario que los seres humanos, no comen ni procrean, no están dotados de libre albedrío y no pueden cometer pecados. Pueden adoptar apariencia humana y generalmente se les describe como seres extraordinariamente bellos que poseen varios pares de alas, aunque pictóricamente se les suele representar con un único par.
La figura del demonio en el Islam que tendría en su forma auténtica seiscientas alas, aparece asociada a la de los genios, seres creados de fuego y no de luz, por lo que no es considerado como un angel caído.
El Islam no establece entre los ángeles jerarquías complejas como las que crearon los teólogos cristianos medievales. Hay cuatro ángeles que se consideran principales, Yibril, Azra'il, Mika'il e Israfil, todos ellos mencionados en el Corán salvo Azra'il, y otros ángeles menores. Yibril o Yibra'il (Gabriel) es el jefe de todos los ángeles y es también el mensajero de Dios para todos los profetas. Es el instrumento de la revelación no solo del Corán sino también de los Evangelios, los Salmos y la Torá a sus destinatarios respectivos. Azra'il (Azrael) es el ángel de la muerte, encargado de que el alma humana abandone el cuerpo. La separación de alma y cuerpo puede hacerse de un modo más dulce o más violento dependiendo del comportamiento que haya tenido la persona en vida. Mika'il (Miguel) es el encargado de la lluvia y del trueno. Por último, Israfil (Rafael) es el encargado de dar la señal de la llegada del Día del Juicio, con la «trompeta de la verdad», y de sembrar las almas en sus cuerpos antes de nacer.
Entre los otros ángeles presentes en las creencias islámicas, podemos encontrar a Rakīb y Athīd, que registran las buenas y malas acciones realizadas por las personas a lo largo de la vida; Nakīr y Munkar, que interrogan a la persona que acaba de morir acerca de su fe; Radwān, el ángel responsable del Paraíso, así como Mālik lo es del Infierno; Hārūt y Mārūt, dos angeles de la magia; y Charrsk, conocido como ángel de luz y oscuridad a cuyo cargo están diecinueve ángeles que administran los castigos a los condenados al fuego. Otros ocho ángeles sostienen el trono de Dios.
Pelicula The Profecy
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