miércoles, 3 de junio de 2009

Los amigos tienen una “vida media” de 7 años


Hacemos amigos no según nuestros gustos, sino según las circunstancias, y con el tiempo los vamos reemplazando por otros nuevos.

¿Ha tenido una buena conversación con algún amigo recientemente? ¿Le ha ayudado algún otro en la mudanza? Pues será afortunado si esas personas están todavía en su vida al cabo de siete años. Al menos eso es lo que afirma el sociólogo Gerald Mollenhorst, que investiga cómo el contexto en el que conocemos a alguien influye en nuestra red social personal. Según él usted pierde la mitad de los miembros de su red social cada siete años.

Durante años los sociólogos han discutido si la ampliación de nuestra red social es el resultado de nuestras preferencias o si es el contexto en el que conocemos a alguien el factor más importante. ¿Sería su amigo del alma su mejor amigo si no hubiera estado con él en la misma clase durante tres años? Y si en lugar de haber conocido a su mujer a través de amigo común, la hubiese conocido en un bar de mala muerte, ¿seguiría siendo su esposa?

Para intentar responder a estas preguntas Mollenhorst realizó una encuesta a 1007 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años de edad. Siete años después volvió a contactar con los mismos. De todos ellos 604 estaban dispuestos a ser entrevistados de nuevo. En ambos casos tuvieron que contestar a preguntas acerca de sus relaciones personales, cómo habían conocido a sus amigos y cómo era su relación con ellos.



Mollenhorst investigó si el contexto social en el que se hace el primer contacto influye en el grado de similitud entre miembros de la pareja, entre amigos o simplemente entre conocidos. Se esperaba que la influencia del contexto social sobre el parecido en la relación fuera más importante en relaciones débiles que en las fuertes. Después de todo usted probablemente sea menos quisquilloso a la hora de elegir a un conocido que a su cónyuge. Mollenhorst encontró más similitudes en las relaciones de pareja que en relaciones de amistad. Pero curiosamente la influencia del contexto social sobre la similitud no difería demasiado entre cónyuges, amigos y conocidos. Esto revela cómo de fuertemente influyen en las composiciones de las redes sociales de las personas las oportunidades de conocer a alguien.
Con este estudio Mollenhorst ha confirmado que estas redes no están basadas solamente en las elecciones personales y que dichas elecciones están limitadas por las oportunidades que se tiene de conocer gente. Más aún, la amplitud con las que nuestros amigos se conocen entre sí depende fuertemente del contexto en el que la gente conoce a los demás.

Muchos sociólogos asumen que nuestra sociedad se está haciendo más individualista. De este modo se mantiene por ejemplo que separamos estrictamente los compañeros de trabajo, los del club de tenis y los amigos. Sin embargo, Mollenhorst sostiene que los contextos públicos del trabajo, el vecindario y el privado se solapan frecuentemente entre sí.

El estudio de este investigador revela además que la red social no mengua, pese a que algunas investigaciones norteamericanas sostienen lo contrario. Sobre un periodo de siete años el tamaño promedio de la red personal promedio se mantiene estable. No obstante, durante el transcurso de siete años reemplazamos muchos miembros de nuestra red por otras personas. Sólo un 30% de nuestros amigos de conversación o los que nos echan una mano si los necesitamos estarán con nosotros siete años más tarde. Sólo el 48% de los antiguos miembros formarán parte de nuestra red al cabo de ese tiempo. Por tanto, valore los amigos que tiene, al menos por el tiempo que los tenga.


http://www.nwo.nl/nwohome.nsf/pages/NWOA_7RJAKH_Eng

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