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miércoles, 8 de octubre de 2008
La Biblia ¿Mitología o Realidad?
La Biblia, mas allá de su lectura y consulta por los creyentes de distintas religiones derivadas de ella, es una permanente fuente de información para aquellos que investigan hechos pasados, nuestra evolución, profecías etc. Su lectura en general condicionada por el hecho religioso y la fe, a veces no nos permiten ver la importancia de la información que podemos encontrar en las santas escrituras, como tampoco los errores cometidos por las personas que en la antiguedad recopilaron los datos que hoy conforman el libro.
Como ejemplo podemos leer un interesante artículo sobre el tema.
"La gente siempre ha odiado mi escepticismo. Sin embargo mi intención no es ofender creencia ni religión alguna, sino mostrar que muchas de las cosas que siempre hemos creído "verdaderas e incuestionables" pudieran estar equivocadas.
La Biblia es sin duda, el libro que más ha llamado mi atención; no porque lo considere un gran libro (porque de hecho no lo es), sino por el efecto que tiene en la gente. Actualmente hay más de 1.700 millones de creyentes en el mundo (casi un tercio de la población mundial). Lo irónico del asunto es que más del 80% de estos creyentes NUNCA HAN LEIDO LA BIBLIA. Un 15% la lee con los ojos cerrados, sin notar sus grandes incoherencias. Un porcentaje muy reducido las nota, pero nunca lo manifiestan, ya que la religión es su trabajo (léase NEGOCIO).
En las siguientes páginas, haré un breve análisis histórico de esta obra; mostraré además algunas de sus incoherencias, errores y muchas otras cosas que los cristianos no pueden explicar.
Un breve análisis histórico de la Biblia.
Es de aceptación general entre los eruditos Bíblicos el hecho de que el Pentateuco no fue escrito por una sola persona como lo sugiere la tradición. Más bien, los análisis lingüísticos y la evidencia arqueológica (incluidos los famosos rollos del Mar Muerto) indican que las leyendas de la Biblia existían solamente como una tradición oral de cientos de años, antes de que fueran escritas, y que existen al menos cuatro fuentes separadas del texto del antiguo Testamento, conocidas como la fuente Yavítica, la Elohista, la sacerdotal, y la Deuteronómica, con cada sección re-escrita varias veces. Todas estas fuentes diferentes fueron editadas juntas en su forma final por una o varias personas desconocidas y comúnmente llamadas "el Redactor", quien probablemente realizó esta labor alrededor del año 400 A.C.
La fuente Yavítica se cree que fue la primera, y que vivió probablemente, durante el reinado de Salomón, rey de Israel (960-920 A.C.). Se cree que el Yavítico escribió vastas porciones del Génesis y del Éxodo. Es de esta fuente (denominada "Yavítica" por el hábito de referirse a Dios con el nombre de Yahvé [Jehová]) que tenemos la segunda de las dos narrativas de la creación en el Génesis. Si bien el capítulo segundo aparece más tardíamente en la Biblia, fue aparentemente escrito antes que el capítulo primero. La versión Yavítica de los Diez mandamientos, por ejemplo, (Éxodo 34) no menciona a Yahvé descansando y bendiciendo el séptimo Día (aparentemente el Sabath), porque la cronología del séptimo día dada en el capítulo primero de Génesis no había sido escrita todavía.
La fuente Elohista (llamada así por el hábito de referirse a Dios como "Eloha", o "El Señor", en concordancia con la ley Judía, la cual prohibía pronunciar el nombre de Dios), vivió al rededor de 100 años después que "el Yavítico". Algunos eruditos creen que el Elohista fue un sacerdote antimonárquico. La fuente Elohista escribió parte del Génesis y del Éxodo, pero aparentemente no escribió su versión de la historia de la creación. Si lo hizo, no fue incluida en la compilación definitiva llamada "La Biblia".
La fuente Deuteronómica, como su nombre implica, escribió gran parte del libro Bíblico Deuteronomio. Estos materiales aparecen por vez primera en el año 621 A.C., en una copia que se descubre oculta durante los trabajos de reparación del templo del rey Salomón. Si bien la tradición atribuye la autoría a Moisés, los hechos indican que el mismo fue preparado por un miembro o miembros del grupo sacerdotal que por entonces agitaban por reformas religiosas en el reino, reformas que coincidentemente brindarían a los sacerdotes de un mayor poder y control político sobre Israel. Luego de que fuera encontrado, el libro fue llevado al rey Josías, que implemento inmediatamente todas las reformas que el libro indicaba. Los nuevos escritos fueron añadidos a los de la fuente Yavítica y Elohista para formar el grueso de los libros Bíblicos del Deuteronomio, Josué, Primero & Segundo de Samuel, y Primero & Segundo de los Reyes.
La fuente sacerdotal data de la caída de Jerusalén por Nabucodonosor en el 596 A.C. y del período de la cautividad de los hebreos en Babilonia (587-538 A.C.). En el exilio de Babilonia, los sacerdotes hebreos realizaron un colosal esfuerzo por mantener su cultura y religión viva, a través de la revisión de las tradiciones sacras. La fuente sacerdotal (no sabemos si de uno solo ó de varios hombres) agregó vastas secciones a la Biblia que entre otras cosas delinea rituales detallados y leyes religiosas, todas diseñadas para mantener las prácticas religiosas de los hebreos intactas, y prevenir que el pueblo se asimile al entorno babilónico. Es de esta fuente que los complicados rituales del Levítico fueron compilados, así como lo grueso de los libros de los profetas. Los textos Bíblicos existentes fueron también editados enfatizando la importancia del ritual religioso. La historia de Noé, por ejemplo, fue alterada. El Yavítico había escrito: "Y de cada ser viviente, de cada carne, dos de cada clase tomarás y pondrás en el arca, para mantenerlos con vida contigo, macho y hembra serán. De las aves según su clase, y del ganado según su clase, dos de cada clase vendrán para ser mantenidos vivos" (Génesis 6:19-20). Para la fuente sacerdotal, sin embargo, era importante que Noé sostenga todos los sacrificios y ofrendas rituales demandadas por la religión, así que se le agregó la narrativa: "De cada bestia limpia tomarás de a siete (nótese el número y su significado ritual-simbólico), el macho con su hembra, y de las bestias impuras de a dos, el macho y su hembra" (Génesis 7:2).
Es de la fuente sacerdotal que tenemos el primer capítulo del Génesis, el cual, si bien es el primero de la Biblia, en realidad es lo último que se escribió del Antiguo Testamento. La versión sacerdotal de la leyenda de la creación, que va desde génesis 1:1 a Génesis 2:3, presenta un énfasis totalmente diferente a la versión Yavítica, encontrada en Génesis 2:4 a 2:25. El Yavítico se salta los detalles, así que sin mayor cronología ni explicaciones dice simplemente que Dios creó los cielos y la tierra, que Dios colocó a Adán allí hecho a su imagen y semejanza. La fuente sacerdotal por su parte es muy detallada.
Los escritores de la Biblia se vieron fuertemente influenciados por las leyendas y tradiciones de otros pueblos. Algunas partes del texto sacerdotal, de hecho, mantiene afinidades inequívocas con ciertos mitos y leyendas Babilónicas.
La versión sacerdotal de la leyenda de la creación en el Génesis, capitulo uno, posee una serie de afinidades con la leyenda Babilónica del Enuma Elish, un poema de unas mil líneas que fuera encontrado en las ruinas de la ciudad de Nínive, al norte de Irak. Este poema data del 2000 a 2600 A.C., mucho antes de cualquiera de las versiones de la leyenda de la creación del Génesis.
El Enuma Elish nos cuenta de como el Dios Marduk creó el Universo en varias etapas. Primero, emanó luz de los Dioses Babilónicos para iluminar su trabajo. Luego, Marduk creó el firmamento, un duro y claro "techo" que se sostiene por encima del cielo. Luego, Marduk creó la tierra seca, por debajo del firmamento, y luego creó las luces de los cielos. Finalmente, Marduk creó a los humanos, y en el día final los Dioses descansaron y celebraron. El orden de la narrativa en el Génesis sustenta signos inequívocos de la influencia del Enuma Elish.
Paralelismos se encuentran también entre el Génesis y la leyenda épica Babilónica de Gilgamesh, escrita alrededor del 2000 A.C. En Gilgamech, encontramos la historia de Utnapishtim, un hombre al que la Diosa Ea le informa que la tierra será destruida por el Dios Enlil en un rapto de cólera, ahogándolo todo en un gran diluvio. En respuesta, Utnapishtim fabrica un gran barco de madera, y lo carga con si mismo, su familia, y toda clase de animales vivos. Grandes lluvias azotan la tierra por seis días, todo es inundado y ahogado excepto Utnapishtim y su bote. Luego que las aguas "bajan", Utnapishtim envía a una paloma, luego una golondrina, y por último a un cuervo a encontrar tierra seca. Luego del diluvio, Utnapishtim y su esposa son recompensados por los Dioses y hechos dioses a si mismos, y son llevados al cielo. (A Noé no le fue tan bien). Demás está decir que las similitudes entre este poema y la leyenda de Noé son inconfundibles, y es muy probable que buena parte del Génesis fuera redactado bajo el influjo de la tradición Babilónica.
Similares problemas de autoría emergen en el Nuevo Testamento. Si bien la tradición popular sostiene que los Evangelios fueron escritos por los discípulos de Jesús; Mateo, Marcos Juan y Lucas, hoy es de aceptación general entre los historiadores bíblicos que ninguno de los Evangelios fue escrito por alguien que hubiera conocido a Jesús. El primero de los cuatro Evangelios, Marcos, fue escrito al rededor del año 70 D.C., a unos 40 años de la muerte de Cristo, por una persona, que según los eruditos Bíblicos, no parece haber sido muy educada y que por ende probablemente no fuera un sacerdote. Desde el
análisis lingüístico e histórico, algunas pistas apuntan a que el trabajo fue perpetrado en Roma.
El Evangelio de Mateo fue escrito a mediados de los ochenta, por un Judío que fuera probablemente abogado, y que en ningún caso fue tampoco una persona educada. Donde fue exactamente escrito continúa en cierta disputa, pero la ciudad de Antioquia es la candidata principal. Aparentemente, el autor de Mateo tenía un familiar conocimiento del Evangelio de Marcos, de modo que muchas de las secciones de su obra se repiten casi palabra por palabra con el libro anterior.
El Evangelio de Lucas fue escrito a pocos años del de Mateo. Muchos eruditos Bíblicos están de acuerdo de que Lucas, y los Hechos de los Apóstoles son de una misma autoría, y muchas pistas apuntan a que el autor fue un gentil (No Judío). Como el autor de Mateo, el escritor de Lucas tuvo acceso al primer Evangelio de Marcos, y dejó partes completas del libro virtualmente intactas.
El Evangelio de Juan fue terminado alrededor del año 100 D.C., A diferencia de los autores Mateo y Lucas, el autor de Juan no parece haber tenido contacto alguno con los primeros textos. El texto original de Juan fue escrito en griego, y fue probablemente el trabajo del estudiante de alguien que oyó a su vez las palabras de Juan el apóstol. Por lo que el Evangelio de Juan es una recopilación al menos de tercera mano, y, como en los otros evangelios, atribuye a Cristo palabras que probablemente él nunca pronunció.
Los fundamentalistas cristianos, por supuesto, rechazan la idea de una Biblia ensamblada pieza a pieza años después de los eventos que describe, por una sucesión personas que tuvo motivos para enfatizar las cosas a su manera. Sin embargo la prueba histórica y arqueológica sencillamente no puede dejarse de un lado.
Errores en la traducción.
Quizás el ejemplo más famoso de mala traducción es el de la creencia de que Cristo "nació de una virgen". El original hebreo consigna la palabra "almah", que simplemente quiere decir "mujer joven". La palabra hebrea que específicamente se refiere a virgen es "betulah", que no es utilizada en este caso. Cuando la Biblia se tradujo al griego se mal utilizó el vocablo "parthenos", que quiere decir virgen. Por lo tanto, la afirmación Bíblica original fue que Cristo nació "de una joven mujer", y por cierto, es de esta manera es como aparece en algunas traducciones.
Un verso que jamás ha sido traducido correctamente en ninguna versión de la Biblia, es el mismísimo primer verso. Génesis 1:1 dice: "En el principio, creo Dios los cielos y la tierra". La palabra hebrea utilizada acá para Dios es "elohim", que es un plural, por lo que literalmente quiere decir "dioses". Por lo tanto, la traducción exacta del primer verso sería "En el principio, los dioses crearon los cielos y la tierra". Esta es solo una de las varias indicaciones de que la religión monoteísta que introduce la Biblia no siempre fue monoteísta. Algunos otros versos de la Biblia implican que habían ó hubieron en la mentalidad judaica primitiva más de un dios. Génesis 1:26 dice: "y Dios dijo, HAGAMOS al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza". Génesis 3:22, prefigura de Dios diciendo: "Mira, el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo lo bueno y lo malo’". Durante la descripción de la Torre de Babel, se describe a Dios diciendo: "Ahora pues, DESCENDAMOS y confundamos sus lenguas" (Génesis 11:17).
Hoy en día, los historiadores Bíblicos han concluido que el Judaísmo fue en un tiempo una religión politeísta, hasta que los sacerdotes del Dios Yahvé (Jehová), ganaron poder político y religioso como para declarar el Dios único.
La Biblia: errores e incoherencias.
Una de las más grandes incoherencias de la Biblia, es, irónicamente, una de las más aceptadas ciegamente por la comunidad cristiana.
Dios dijo:
"De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día en que comas de él, positivamente morirás".
(Génesis 2:16-17)
Satanás dijo:
"Positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de el tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo "
(Génesis 3:4-5)
¿Qué sucedió?
"Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos".
(Génesis 3:7)
"Y Jehová Dios paso a decir: ‘mira, el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo lo bueno y lo malo’ "
(Génesis 3:22)
"De modo que todos los días de Adán ascendieron a novecientos treinta años..."
(Génesis 5:5)
Las palabras de Satanás se cumplieron al pie de la letra: Adán no murió el día que comió el fruto sino que vivió 930 años. Adán y Eva llegaron a ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo (esto último lo confirma el propio Jehová en Génesis 3:22).
Entonces... ¿Quién es el mentiroso?
En Ezequiel 23, Dios le engendra niños a dos prostitutas:
"La voz del Señor vino de nuevo a mí diciendo: Hijo del hombre, hubieron dos mujeres, hijas de una misma madre. Y cometieron fornicación en Egipto; cometieron fornicación en su juventud, sus senos fueron estrujados y las tetas de su virginidad magulladas. Y sus nombres fueron Aholah la mayor, y Aholibah su hermana; Y ELLAS FUERON MIAS, y tuvieron hijos e hijas ..."
(Ezequiel 23:1-4).
Cuando el faraón rechaza el dejar partir a lo hebreos, Dios responde matando a todo primogénito Egipcio, incluso aquellos que no tienen nada que ver con la decisión del faraón:
"Cerca de la medianoche saldré por entre medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito del faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; y todo primogénito de las bestias."
(Éxodo 11:4-5)
Como el obispo John Shelby señalara, "La imagen de Dios que empieza a emerger de la Biblia no fue para mí ni placentera ni digna de adorarse". Ciertamente, ¿tenemos que adorar un Dios abocado a matar niños inocentes, o tener sexo con prostitutas?
Por supuesto, tal imagen de Dios es entendible si uno toma en cuenta que es el pensamiento de una tribu de guerreros nómadas que vivían del saqueo, el que nos habla; una tribu obligada a pelear en un mundo sin ley, acostumbrado a matar cruentamente a sus enemigos, reales o imaginarios.
Aquellos que se toman la Biblia literalmente tienen que explicar muchas cosas, entre otras, las múltiples contradicciones y conceptos mutuamente excluyentes que se encuentran aquí y allá. Puesto que la Biblia es como hemos descrito, una amalgama de tradiciones orales, relatada por diversos autores, distanciados por cientos de años, no nos sorprende encontrar contradicciones y errores. Este es un problema que solo afrontan los literalistas, que persisten en tomar cada palabra de la Biblia como inequívoca.
En Génesis 35:19, nos cuentan que la tumba de Raquel está en Belén, en Judea: "Y Raquel murió, y fue enterrada en el camino a Efrat, que es belén". Pero en 1Samuel 10:2, nos cuentan otra historia. Se nos dice que "Raquel fue sepultada en el borde de Benjamín en Selsah". ¿Y entonces?
En el primero de Samuel 16:1-23, se nos cuenta la historia de como llegó David a la corte de Saúl (y se convirtió posteriormente en rey de Israel). De acuerdo a este relato, Dios le dice a Samuel que David será el próximo rey. Poco después, el Rey Saúl pregunta por alguien que sepa tocar el arpa, alguien menciona a David, hijo de Isaí. Saúl manda por él: "Y David vino a Saúl, y puesto frente a él, fue amado grandemente, viniendo a ser su portador de armas ....cuando el espíritu maligno desde Dios estaba encima de Saúl, David tomaba un arpa y tañía con sus manos, de modo que Saúl se refrescaba, y el espíritu maligno se retiraba de él"
En el siguiente capítulo, sin embargo, se nos da una historia totalmente diferente de como David vino a formar parte de la corte de Saúl, quizás la más famosa historia Bíblica, la leyenda de David y Goliath. Se cuenta que los tres hermanos mayores de David se unieron al ejército de Saúl para luchar contra los Filisteos, y que David se quedó en casa a cuidar las ovejas (no se menciona que David fuera un "portador de armas" (escudero) en el ejército de Saúl. Cuando su padre le pide llevar algo de granos y pan a sus hermanos al campo de Saúl, David llega justo a tiempo para escuchar el desafío de Goliath al ejercito Israelí, y el pregunta a la gente a su rededor porque alguien no mata a Goliath. Cuando David es llevado en presencia de Saúl, este no da señales de conocerlo, ninguna señal del joven del arpa. En su lugar Saúl le dice que no podrá matar a Goliath porque es solo un niño. Pues bien, David mata a Goliath, lo que hace que Saúl pregunte, "Hijo de quien es este joven?" (I Samuel 17:55). David es llevado frente a Saúl, quien "desmemoriado" nuevamente pregunta, "¿Hijo de quien eres?" David responde: "Soy el hijo de tu siervo Isaí el Belenita" (I Samuel 17:58). Pero esto es absurdo si nos acordamos del capítulo anterior. Para la más elemental lógica, las dos narrativas son exclusivas, no pueden ser ciertas ambas simultáneamente.
Estas diferentes narrativas son comprensibles cuando se cae en cuenta que no son relatos de hechos históricos, sino tradiciones orales (al estilo de las leyendas del Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda), que pasaron de boca en oídos por cientos de años antes de ser escritas en la Biblia en diferentes épocas y por diferentes personas. En tales procesos de transmisión oral, los errores y omisiones son inevitables. Y solo son problema cuando intentamos hacer de estas leyendas una verdad histórica.
Como en el Antiguo Testamento, en el Nuevo también existe una tradición oral por un largo periodo de tiempo antes de que esta tradición fuera escrita. No sorprende por lo tanto, de que estos textos también estén llenos de inexactitudes e inconsistencias. Las mas flagrantes inconsistencias (y las mas difíciles de explicar para los literalistas) se encuentran entre los Evangelios de Mateo y Lucas. Como la profecía Bíblica establece que el Cristo será un descendiente de David, ambos Evangelios trazan el linaje de Jesús hacia tiempos de David (y mas atrás). Sin embargo, estas genealogías no son consistentes unas respecto a las otras. En Mateo 1:16, nos cuentan que "Jacob engendró a José, quien fue padre de Jesús. En Lucas 3:23, nos cuentan otra cosa: "Helí engendró a José, quien fue padre Jesús". Para empeorar las cosas, el linaje dado por Mateo, traza los ancestros de Cristo al hijo de David, Salomón. Pero la genealogía de Lucas nos lleva al hijo de David, Natán. Mateo lista 40 generaciones desde Abraham a Jesús, mientras que para Lucas las generaciones son 55.
No se puede sacar otra conclusión que la de decir que al menos uno de estos relatos está equivocado. Este no es un problema si uno recuerda que estos escritores no conocieron a Jesús, que ninguno tuvo información de primera mano. Problema que los literalistas no podrán resolver si no es violentando la más elemental lógica.
Se pueden encontrar otras inconsistencias, y como el Evangelio de Juan fue el último libro escrito, y de forma independiente, no sorprende que contradiga a los otros en numerosos puntos. En Juan 2:13-17, por ejemplo, la expulsión de los mercaderes del templo tiene lugar al principio del ministerio de Cristo, justo después que el reclutamiento de los apóstoles. En todos los otros Evangelios este incidente se describe poco antes de la crucifixión (Mateo 21:12-13, Marcos 11:15-19, y Lucas 19:45-48). Juan coloca el milagro de los pescados como un evento postresurrección: "Esta es ahora la tercera vez que Jesús se muestra a sus discípulos, después que fuera levantado de entre los muertos" (Juan 21:14). Pero Lucas describe esto como el incidente que causó el enrolamiento de Pedro, Jacobo y Juan, quienes se unen a los discípulos al empezar el ministerio de Cristo (Lucas 5:4-7). Mateo 26:17, Marcos 14:12 y Lucas 22:17 describen todos ellos la Ultima Cena como sucedida en la Pascua Judía, para Juan (13:1-9), ocurrió una semana antes de la Pascua Judía.
Otra de las grandes inconsistencias entre los escritores de Mateo y Lucas se puede ver en los libros Mateo y Hechos:
"Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos.-He pecado- les dijo- porque he entregado sangre inocente. --¿Y eso a nosotros qué nos importa? -respondieron-. ¡Allá tú! Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó. Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: "La ley no permite echar esto al tesoro, porque es precio de sangre." Así que resolvieron comprar con ese dinero un terreno conocido como Campo del Alfarero, para sepultar allí a los extranjeros. Por eso se le ha llamado Campo de Sangre hasta el día de hoy."
(Mateo 27:3-8)
"Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio. (Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras. Todos en Jerusalén se enteraron de ello, así que aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir 'Campo de Sangre'.)"
(Hechos 1:17-19)
Aparecen dos contradicciones claras:
La primera, acerca de la muerte de Judas. Según Mateo, se Ahorcó. Según Lucas en Hechos, se cayó de cabeza, se reventó y se le salieron las vísceras.
Es notoria la deshonestidad de la mayoría de los traductores modernos de la Biblia, al agregar en el verso 17, un añadido vulgar y falso: "luego de colgarse", quedando: "Judas compró un terreno; luego de colgarse, cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras." Obviamente, no es de extrañarse este hábito de los "piadosos" traductores cristianos para tratar de hacer parecer la Biblia como si fuera inspirada por Dios. El problema con este añadido es que no aparece en ninguno de los manuscritos antiguos que han llegado hasta nosotros. Es simplemente, un añadido descarado para disfrazar una contradicción obvia y torpe. Y esto lo puede verificar cualquiera que tenga la Biblia de Jerusalén o la World English Bible.
Pero las contradicciones no paran ahí. Según Mateo, después de arrepentirse, Judas arrojó el precio de la traición al suelo, se ahorcó y los Sacerdotes compraron el campo de Sangre. Por eso, según Mateo, Judas no pudo comprar el campo del Alfarero.
Según Hechos, con lo que le pagaron por Jesús, Judas compró el campo (que aquí no tiene nada que ver con alfareros), y tras
caer en él y regársele las vísceras en un sangriento y dantesco espectáculo, el campo se llamó "Campo de Sangre".Por lo tanto, según Hechos, los Sacerdotes no compraron el campo.
Nuevamente, ninguna de estas discrepancias extraña si recordamos que estas tradiciones orales pasaron por décadas antes de ser escritas. Para los literalistas, presentan sin embargo, bochornosos problemas de consistencia.
Quedamos peor cuando se trata de confrontar las leyendas Bíblicas con la realidad histórica. Por ejemplo, Daniel 1:1 dice: "En el tercer año del reinado de Joacim rey de Judá, Vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió". De los registros arqueológicos, sabemos que Joacim empezó su reinado en el año 609 A.C., por lo que este sitio debió tener lugar en el año 606. Pero Nabucodonosor en ese entonces ni siquiera era rey!, y no atacó a Jerusalén hasta el 597 A.C.
Otro pasaje en Daniel 5:1-2 establece: "Belsasar el rey ...mandó que trajesen los vasos de oro y plata que su padre Nabucodonosor trajera del templo que estaba en Jerusalén". Belsasar fue ciertamente una figura histórica, pero no fue hijo de Nabucodonosor y no era el rey, era un virrey.
Uno de los pasajes más difíciles de creer es sin duda Josué 10:12-14, donde el sol se detiene por mandamiento de Dios. Tan extraordinario evento pasó desapercibido para los hombres de todo el mundo. Ni mayas, ni chinos, ni ninguna otra cultura describe este hecho.
De igual manera, en toda la voluminosa jeroglificología Egipcia no hay el más mínimo registro de las plagas Bíblicas. Tampoco hay registros Egipcios de un allegado a la corte llamado José.
En el nuevo Testamento, el escritor de Mateo describe la "matanza de los inocentes", en que Herodes trata de eliminar a Cristo, asesinando a todo varón menor de tres años. No hay registros de este incidente en la historia Judía, Romana o Griega de ese periodo, y la masacre no se menciona en ninguno de los otros libros de la Biblia. Tiene sin embargo, notables paralelos con la temprana leyenda del nacimiento de Moisés (Donde otro líder trata de abortar la profecía matando niños, y que tampoco tiene referencias extra Bíblicas). Muchos eruditos creen que Mateo engendró esta historia tomándola de la leyenda de Moisés.
En muchas ocasiones la Biblia deja el reino de la realidad, incluso para el pensamiento de su época, aseverando por ejemplo, que los humanos y los animales conversan en lenguaje oral. En Números 22, encontramos la historia de Balaam, quien montando su burro se encuentra en un camino bloqueado por un ángel que solo el asno ve. Balaam le pega al burro, el cual le amonesta, "Que me haces, que me has afligido tres veces" (¡Que cultura tiene este burro!). Balaam, lejos de caerse del burro todo espantado, le responde....(Números 22:28-30). No hay que decirlo, los burros nunca han hablado, aparte de carecer de los elementos fisiológicos necesarios al habla, y la idea de un ángel ventrílocuo parece más bien sacada de la mitología griega.
* Fuentes de información histórica y teológica: Microsoft Bookshelf, Century XX & Lenny Frank trade
Conclusiones
Para quienes estudiamos la Biblia de forma objetiva, y sin la influencia de ningún grupo religioso, es fácil concluir la Biblia carece de validez histórica y científica. La Biblia es sencillamente un libro que versa sobre materia teológica y espiritual.
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