martes, 29 de junio de 2010

Annie Wood Besant


(Clapham, Londres, 1 de octubre de 1847 – Adyar, India, 20 de septiembre de 1933) estudió Ciencias y Botánica en Inglaterra y se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Benarés, India. Fue educadora, investigadora, escritora, periodista, estadista y una gran oradora; fue una militante feminista, activista a favor de la independencia de Irlanda y de la India, llegando a ocupar la presidencia del Congreso Nacional Indio.
Desde 1889 colaboró como secretaria en la escritura de La Doctrina Secreta, recibiendo los dictados e instrucciones de Blavatsky. Sucedió a Henry Olcott en la presidencia de la Sociedad Teosófica tras el cisma que ella misma inició, desde 1903 hasta 1933 y fue iniciada en la masonería en 1902. Desde 1893 hasta su última enfermedad, presidió sus famosas Convenciones Anuales y Ciclos de Conferencias que luego se convirtieron en la mayoría de los más de 330 libros y folletos que legó como guía a quienes aman la Verdad.
En 1911 se convirtió en vicepresidenta de la Comasonería mundial y alcanzó el grado de Gran Maestre del Consejo Supremo de la Orden Internacional de la Comasonería, una obediencia masónica que permite la iniciación de mujeres.[3] En 1912, junto a Marie Russak y James Wedgwood fundó la Orden del Templo de la Rosa Cruz inspirada en las enseñanzas del esoterismo occidental.

Algunas publicaciones
•The Political Status of Women (1874)
•Marriage, As It Was, As It Is, And As It Should Be: A Plea For Reform (1878)
•The Law Of Population (1877)
•Autobiographical Sketches (1885)
•"Why I became a Theosophist" (1889)
•Edición electrónica libre de {{{título}}} en el Proyecto Gutenberg(1893)
•The Ancient Wisdom (1898)
•Thought Forms (1901)
•Bhagavad Gita (traducción al inglés) (1905)
•Introduction to Yoga (1908)
•Australian Lectures (1908)
•Occult Chemistry
•The Doctrine of the Heart (1920)
•Esoteric Christianity
•The Future of Indian Politics (booklet), Theosophical Publishing House, Adyar, 1922
•Edición electrónica libre de en el Proyecto Gutenberg The Presidential Address Delivered by Annie Besant at the Thirty-Second Indian National Congress Held at Calcutta 26 de diciembre 1917
•Besant, Annie. The Devachanic Plane. Theosophical Publishing House, London, ca 1895
•Besant, Annie. Man and his bodies. Theosophical Publishing House, London, 1911
•Besant, Annie. Man's life in this and other worlds. Theosophical Publishing House, Adyar, 1913
•Besant, Annie. Study in Consciousness - A contribution to the science of psychology. Theosophical Publishing House, Madras, ca 1907
•Beasant,Annie and Blavatsky, H P - "Memory and Its Nature", Theosophical Publishing House, Madras, ca 1935

Proliferación de los registros akáshicos


En 1913, el teósofo británico Charles Webster Leadbeater (1854-1934) publicó su libro Man: How, Whence, and Whither?, donde cuenta sus experiencias analizando los registros del éter desde el verano de 1910 en la sede de la Sociedad Teosófica en Adyar (Tamil Nadú, India). Allí cuenta la historia de la Atlántida y otras civilizaciones desaparecidas. También ve en los registros que la sociedad en la Tierra del siglo XXVII estará alimentada por energía atómica.
Después del libro de Leadbeater, una gran cantidad de europeos declararon que también podían acceder a los registros akáshicos, y empezaron a publicar libros acerca de sus sorprendentes hallazgos:

•Edgar Cayce
•Rudolf Steiner
•Max Heindel
•Alice Bailey
•Dion Fortune
•Samael Aun Weor
•Manly P. Hall
•William Lilly
•Lilian Treemont
•GeEric Barone

¿Es verdad eso de que existen los archivos akasicos?
Es verdad si, más estos se encuentran en el mundo de las causas que es además la morada de la mayoría de los espíritus divinos que ayudan a la humanidad de este planeta. Para llegar a ellos y estudiarlos solamente es posible poseyendo un cuerpo astral solar. La mayoria de la humanidad nace con un cuerpo astral lunar con el que pueden viajar por el mundo pero no ir más alla de la luna y solamente se mueven por el astral inferior. Pero cuando alguien ha fabricado el astral solar entonces puede moverse por toda la galaxia y además ascender al astral superior, al mundo mental y luego al mundo de las causas. Esto esotericamente hablando.

Solo como información, los archivos akashicos es lo correspondiente al subconciente de la naturaleza y en ellos se aloja la historia de la humanidad y de todo el planeta desde su fundación.

Científicamente hablando lee esto:
http://www.elmisterio.com/astronauta-rus…

Registro akásico


Los registros akáshicos (de akasha, en sánscrito: cielo, espacio, éter), son una especie de memoria (de todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos) que estaría registrada en el éter. Allí se almacenaría todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos y todos los conocimientos del universo.
Actualmente muchas personas que siguen la corriente de la Nueva Era creen en la existencia de estos registros.
El adjetivo akáshico es un neologismo acuñado por la teósofa británica Annie Bésant (1847-1933), que proviene de ākāśa, un término existente en el antiguo idioma sánscrito de la India, que significa ‘éter’ (un fluido impalpable, inmaterial, sutil e intangible, que los antiguos hindúes suponían que penetraba todo el universo y sería el peculiar vehículo del sonido y la vida). Pero no hay ninguna palabra sánscrita que signifique «registro akáshico», a pesar de que el sánscrito es un idioma muy exhaustivo en lo que respecta a nombrar fenómenos paranormales.
Origen de la creencia
Probablemente la primera mención a los registros akáshicos se encuentra en un libro de la ocultista británica Annie Bésant (The Ancient Wisdom, ‘La sabiduría antigua’, de 1898).
Ella propuso que los antiguos maestros creían que existían unos registros insertos en otra realidad incorpórea, desconocida para la mayoría de los seres humanos. Entre estos «antiguos maestros» incluía a:
•los caldeos,
•los chinos,
•los cristianos,
•los druidas,
•los egipcios,
•los griegos,
•los hebreos,
•los himalayos,
•los hindúes,
•los mayas,
•los moros,
•los persas y
•los tibetanos.
O sea, abarcó a la mayoría de las culturas antiguas conocidas en su época (principios del siglo XX). No aportó ninguna prueba documental de ninguna de estas culturas.



La doctrina ocultista nos habla de los Archivos Akásicos, una especie de bancos de memoria cósmica donde se almacena la información de la conciencia colectiva; acciones, pensamientos, sucesos, palabras, todo se encuentra en Akasha un "mundo" superior al que sólo pueden acceder los iniciados, aquellos que logran un estado de conciencia elevado a través de la práctica de la meditación y los viajes astrales.

Los desdoblamientos (viajes astrales) pueden ser:

* Inconscientes, es decir, sin la participación voluntaria del sujeto, casi siempre son tomados como sueños y se originan la mayoría de las veces porque la persona ha sufrido un gran trauma (un cambio muy fuerte e importante) en su vida. Puede ocurrir también que ciertas personas posean una sensibilidad mística innata que ignoran o no han querido o podido desarrollar plenamente, pero que se manifiesta de vez en cuando aunque la persona afectada lo piense como sueños ya que no comprende en absoluto que le sucede.
* En un nivel más elevado encontramos los viajes astrales conscientes, aquellos en los que la persona sabe perfectamente que busca y cómo lograrlo a través de unas técnicas determinadas que hacen imprescindible una preparación metódica y un nivel de conciencia superior al ordinario. Es recomendable realizar este tipo de experiencias siempre acompañado por un guía, ya que podría ocurrir algún problema como que se rompiera el cordón de plata que une el cuerpo y la consciencia a causa de una mala praxis.
* Por último tenemos los viajes astrales inducidos, que son aquellos estados de conciencia producida por otra persona normalmente a través de la hipnosis, o bajo la dirección y/o acompañamiento de un guía o maestro.

La proyección astral requiere de unas condiciones medioambientales determinadas, cuando estas se dan y el viaje se produce, cuerpo y alma o mente o cómo se quiera llamar, permanecen unidos gracias a lo que los ocultistas denominan el cordón de plata. A través de los viajes astrales la persona con el conocimiento adecuado podrá lograr el objetivo de conocer no sólo los archivos Akásicos, sino desplazarse hasta donde desee. Para regresar a su cuerpo físico es suficiente con que así lo piense.

Personas que han estado clínicamente muertas, han tenido esta vivencia del viaje astral, han comprobado como sin el cuerpo físico eran capaces de "moverse" en otro nivel, han escuchado todo lo que se hablaba en el quirofano o en el lugar donde sufrieron el terrible trauma de su muerte, han visto a sus familiares, han acompañado a su propio cuerpo hasta el hospital, de hecho el dr. Raymond Moody tiene un interesante libro titulado "Vida después de la vida" donde hace una recopilación de casos que han pasado por el trance de la "muerte" y han vuelto a vivir relatando más tarde sus experiencias.
Para los ocultistas cuerpo y alma son dos entidades que conviven en una misma persona, Aristóteles ya nos hablaba de este dualismo, es más, decía que cuando moríamos, una parte del alma también se corrompía con el cuerpo pero había otra que permanecía inmortal. Teoría de la que siglos más tarde se apoderó la iglesia católica para afirmar la creencia en un alma imperecedera que conocería el paraíso si previamente se lo ganaba en la tierra.

Edgar Cayce disfruto del gran privilegio de conseguir entrar en esa enorme biblioteca y poder "leer" su libro de vida logrando obtener de esta manera todas las respuestas, y conocer cuales fueron sus vidas anteriores (sus reencarnaciones). Entrar en Akasha significa estar en un nivel de preparación espiritual muy elevado, requiere haber sacrificado tiempo y esfuerzo en alcanzar un nivel superior de conciencia, y la recompensa al abrir esa puerta es el conocimiento trascendental.

Quizá sólo los esoteristas crean que existe un lugar semejante, no es tan descabellado como en un principio parece. En próximas entradas les iré explicando como todo está relacionado, bueno, según determinadas hipótesis ;)

viernes, 25 de junio de 2010

Eclipse de Luna Llena de la Gran Cruz



Hoy ocurrirá el primer eclipse parcial de luna del año 2010


La madrugada de este sábado ocurrirá el primer eclipse parcial de luna del calendario astronómico del 2010. Aunque las condiciones de observación en Venezuela no serán muy favorables, en los estados occidentales del país se verá un ligero oscurecimiento del borde nororiental del satélite justo antes de ocultarse.

Según el divulgador astronómico de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía Francisco J. Duarte, Enrique Torres, la luna se oscurece porque se introduce en la larga sombra que proyecta la Tierra en sentido contrario al Sol, lo que ocurre en promedio dos veces al año justo en el día de luna llena.

“La luna tarda 29 días y medio en dar la vuelta a la Tierra. Cuando está del otro lado, el no iluminado, a veces se mete en la sombra cónica del planeta y se oscurece. En esta ocasión sólo se introducirá la mitad y por eso es un eclipse parcial lunar”, explicó Torres, quien anunció que el próximo 21 de diciembre habrá un eclipse total de luna.

No habrá una visibilidad favorable, a juicio de Torres, porque la fase más visible en el país será cuando la luna se oculte por el horizonte oeste.

“La noche del viernes (hoy) habrá luna llena en el cielo. El satélite de la Tierra sale por el este y se oculta por el oeste. En nuestro país se verá 15 minutos antes de ocultarse el sábado en la madrugada”, explicó Torres, quien dijo que en cada región se mete la luna a una hora distinta, así que las personas pueden estar pendientes luego de las 5:30 am.La luna tocará la penumbra de la sombra de la Tierra (semioscuridad) a las 4:27 am, etapa casi imperceptible para el ojo humano porque el oscurecimiento será tenue. “Sólo se podrá observar con instrumentos”, dijo el divulgador Torres.

A las 5:46 am el satélite tocará la umbra (máxima oscuridad de la sombra) y se empezará a ver el eclipse, pero en el caso de nuestro país en esos minutos será cuando se empiece a ocultar por el horizonte oeste. “Se verá como luna creciente”, relató Torres.

Las ciudades ubicadas más hacia el occidente, como Barquisimeto, Mérida, Cabimas, Valera, San Cristóbal y Maracaibo, entre otras, tendrán mejor visibilidad cuando la luna se introduzca en la umbra.

De acuerdo con Torres, los países americanos serán privilegiados, excepto gran parte de Brasil y el este de Canadá. También se distinguirá bien el eclipse en casi todo el océano Pacífico y Australia.



Para mirar este fenómeno, Torres recomienda que, como se verá mejor en nuestro país cuando se empiece a ocultar este satélite, los observadores deben ubicarse en un lugar donde el horizonte oeste esté despejado y libre de obstáculos, como montañas y árboles.

El próximo 11 de julio, según Torres, ocurrirá un eclipse solar total, fenómeno que, lamentablemente, sólo será visible parcial y totalmente en el océano Pacífico y la parte baja de Suramérica.
LUNA NO VARÍA DE TAMAÑO

Según el divulgador Enrique Torres, la luna durante el eclipse no se verá más o menos grande.

“Por efecto psicológico uno la ve más grande cuando está más hacia el horizonte. Por evolución humana, el cerebro le da más importante, preponderancia y resalta lo que está al frente de la vista. La luna sigue siendo del mismo tamaño, pero cuando se ubica cercana al horizonte la vemos más grande por este efecto”, aclaró Torres.

Durante los eclipses lunares, los entusiastas de la astronomía miden los tiempos de contacto de la umbra con los principales cráteres lunares, a fin de monitorear el tamaño de la sombra terrestre y detectar posibles variaciones en ésta.

Durante los eclipses totales lunares, como el del próximo 21 de diciembre, se podrá medir el oscurecimiento y color de la luna en la totalidad del eclipse a fin de monitorear la contaminación de la atmósfera terrestre.

La soledad daña la salud humana


Facebook y Twitter tendrían el mismo efecto, al fomentar relaciones superficiales que aumentan el aislamiento

La soledad daña la salud humana porque propicia los malos hábitos de salud, un consumo mayor de medicamentos y un nivel más alto de estrés. Además, los efectos nocivos de la soledad pueden verse incrementados por las redes sociales de Internet, como Facebook, que favorecen las relaciones superficiales y, en consecuencia, los sentimientos de aislamiento y de soledad. Éstas son las conclusiones obtenidas en investigaciones realizadas por científicos estadounidenses, que señalan asimismo que la soledad se cura, únicamente, con relaciones personales estrechas y de calidad.


Un equipo de psicólogos de la Universidad de Arizona (UA) ha estudiado recientemente el fenómeno de la soledad y los efectos de ésta en la salud individual, con interesantes resultados.

En un comunicado emitido por la UA, los científicos señalan, por un lado, que la soledad es dañina para la salud porque potencia los hábitos nocivos de salud y el estrés.

Por otro lado, los científicos afirman que las redes sociales en Internet (como Facebook o Twitter) no sirven para paliar la soledad sino que, de hecho, pueden aumentar los sentimientos de asilamiento o separación, al propiciar las relaciones superficiales.

Según Stacey Passalacqua, una de las autoras de la investigación, se sabía que las redes sociales de Internet estaban relacionadas con una menor calidad de la salud de los individuos, pero hasta ahora no se había comprendido el mecanismo subyacente a dicha asociación. Este mecanismo podría estar relacionado con la soledad que estas redes provocan.

Passalacqua y Chris Segrin, que es el director de estas investigaciones y también del departamento de comunicación de la UA, analizaron las percepciones subjetivas sobre nivel de estrés y apoyo social de diversos individuos, lo que permitió comprender de qué manera la soledad y la salud se relacionan, y también vincular ambos factores a redes sociales como Facebook.

Para su análisis, los investigadores realizaron una encuesta a un total de 265 adultos de entre 19 y 85 años sobre el apoyo social con que contaban, su soledad, su nivel de estrés, sus hábitos de salud y su salud general.

Según publican los investigadores en un artículo aparecido en la revista Health Communication, los resultados obtenidos de este cuestionario demostraron que la soledad estaba mucho más relacionada con el número de relaciones estrechas con otras personas que con el número de contactos mantenidos en las redes sociales.

Malos hábitos

Frecuentar estas redes puede no resultar negativo para la salud, explican los científicos, siempre que el usuario mantenga relaciones más cercanas con otras personas sin que medie entre ellos la distancia.

Asimismo, el estudio demostró que los individuos más solitarios se cuidan menos, duermen peor y tienden más a consumir medicamentos. Además, son menos capaces de lidiar con los elementos estresantes de la vida cotidiana (es decir, se estresan más).

Todos estos hábitos establecen una relación entre la soledad y una salud pobre. Por ejemplo, explican los científicos, el estrés crónico es muy dañino para el organismo y tiene un efecto fisiológico constatado.

Por el contrario, las respuestas de los participantes demostraron que aquellas personas con un apoyo social mayor presentaban un estado de salud mejor.

La soledad es en parte subjetiva

Otro dato curioso arrojado por la encuesta fue el siguiente: la soledad sería, al menos en parte, una cuestión “subjetiva”, que depende de la percepción de cada individuo.

Según explica Segrin en el comunicado de la UA, se podría definir la soledad como la diferencia entre el nivel de contacto social que deseamos y el que realmente alcanzamos.

Por eso, resulta difícil establecer lo que es una persona “solitaria”, porque de hecho este perfil depende en gran parte de lo que cada individuo considera como “estar solo”. Así, no es de extrañar que personas que disfrutan de muchas relaciones sociales se sientan solas.

Sin embargo, sí existe un factor decisivo que determina la soledad real: la calidad de las relaciones personales, y no su cantidad.

La ausencia de familiares y amigos cercanos es, por eso, un hecho grave que puede afectar a la salud y que no puede ser contrarrestado por las relaciones que se establezcan a través de la Red ni por cualquier otro tipo de relaciones superficiales, advierten los investigadores.

Otros problemas de salud

Los resultados obtenidos en los trabajos de Segrin y Passalacqua explicarían porqué los individuos solitarios suelen presentar niveles de salud más bajos que las personas acompañadas.

Otras razones para este hecho han sido establecidas por investigaciones previas. Así, por ejemplo, un estudio realizado en 2007 por científicos norteamericanos reveló que la soledad crónica puede afectar a la expresión de los genes en los glóbulos de la sangre y, por tanto, condicionar la respuesta correcta del sistema inmunológico.

En otro estudio anterior, también realizado por investigadores estadounidenses, se había demostrado además que vivir en soledad aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias tanto entre personas mayores como entre jóvenes, al igual que hace crecer el nivel de estrés y la tensión arterial

miércoles, 23 de junio de 2010

Litha



Litha, conocido como solsticio de verano. En el hemisferio norte, Litha, también llamado San Juan se celebra en la noche del 21 de junio; en el hemisferio sur, Litha se celebra el 21 de diciembre.


La celebración del solsticio de verano proviene de tiempos anteriores al cristianismo. En esos tiempos la gente creía que las plantas que florecían o germinaban en dicho solsticio tenían más poderes curativos y sanadores de lo habitual , razón por la cual solían recolectarlas en dicha noche. Se encendían Hogueras para protegerse de espíritus malignos, los cuales supuestamente vagaban libremente cuando el sol se ponía por el sur. En años posteriores, las brujas utilizaron ese día para remarcar una fecha que supuestamente tenía una gran carga mágica.

En Suecia, dicha celebración se realizaba con sacrificios rituales en honor a la fertilidad.

Según varios antropólogos, el solsticio se ha mantenido como un momento especial dentro del ciclo anual desde el neolítico. En Suecia, Finlandia y Estonia, el solsticio de verano se considera una de las grandes celebraciones del año, comparable sólo con la noche de Walpurgis, la noche de Navidad o la de Año Nuevo.

Litha es una de las 8 festividades o Sabbat celebradas por los wiccanos, desde que tradiciones provenientes de New Forest (las cuales se refieren a la "British Traditional Wicca") empezaron a usar ese nombre tradicional. La festividad se considera como el punto crucial donde el verano alcanza su punto más álgido y el sol brilla con más intensidad y con una duración larga en comparación con el resto de días. Litha es precedido por el sabbat conocido como Beltane, y seguido luego por Lughnasadh o Lammas.

Fiestas Paganas: Ostara.


Esta es una de las festividades mas importantes dentro del mundo pagano, se las dejo para que se ballan preparando para el ostara.

OSTARA:
Cuando la Primavera llega al punto medio, la noche y el día se sitúan en perfecto balance, con la luz incrementando y se celebra el 21 de marzo. El joven Dios Sol celebra una boda sagrada con la joven Diosa Doncella, quien concibe. En nueve meses, ella volverá hacer la Gran Madre. Es el tiempo de gran fertilidad, crecimiento y para animales acabados de nacer.
En la próxima Luna llena (tiempo en que incrementan los nacimientos) es llamado Ostara y es sagrado para Eostre, el Dios Lunar Sajón de la fertilidad. La religión Cristiana adoptó estos emblemas para el Día de Pascuas que se celebra en el primer domingo después de la primera Luna llena seguido del equinoccio.

COMIDAS DE OSTARA:
Nueces como las de las calabazas, Girasoles y Pinos, Vegetales verdes.

HIERBAS DE OSTARA:
Todas las flores de Primavera, Violetas, Iris, Olivo.

INCIENSOS DE OSTARA:
Jazmín, Rosa, Floral (cualquier tipo).

PIEDRAS DE OSTARA:
Jasper.

ACTIVIDADES DE OSTARA:
Plantar semillas o jardines mágicos

lunes, 21 de junio de 2010

Xibalbá, el inframundo maya


Durante siglos, los pueblos que habitaron el mayab desarrollaron una fascinante mitología para explicar el mundo que les rodeaba. En esta particular concepción del cosmos, la sangre, los sacrificios, las prácticas mágicas y la creencia en el reino de los muertos –el Inframundo– conformaron un sistema de creencias que hoy nos resulta macabro y fascinante a partes iguales.

Los antiguos mayas desarrollaron una complejísima mitología, plagada de seres divinos y sobrenaturales, cuyas acciones influían de forma irremediable en la naturaleza y los seres humanos. Estas divinidades mayas eran seres muy poderosos, aunque no omnipotentes, pues estaban marcadas, al igual que los hombres, por ciertas limitaciones físicas como la sed o el hambre, que sólo podían ser satisfechas mediante la acción humana (generalmente mediante sacrificios de sangre). Pero además, el panteón maya estaba compuesto por deidades sometidas a pasiones semejantes a las de los simples mortales, dando rienda suelta por ejemplo, a la ira o la rabia.

Entre el amplio abanico de dioses, en el que destacan el dios celeste Itzam Na o Itzamná, el astro rey Kinich Ahaw, la diosa Luna Ixchel o el señor de la lluvia Chac, sobresalen también otro grupo de dioses terrestres, vinculados a las entrañas de la tierra y al Inframundo, “el lugar del Temor”. Y es, precisamente este aspecto de la religiosidad maya, uno de los más apasionantes de dicha civilización: su llamativo interés y fascinación por el “Otro Mundo”, en torno al cual tejieron multitud de ritos, creencias y costumbres.

LOS DOMINIOS DEL INFRAMUNDO

Para los antiguos mayas, la muerte no era el fin definitivo de la existencia, sino que creían que el alma del difunto se trasladaba al Inframundo (llamado Xibalbá por los quichés y Metnal por los yucatecos). Aquel otro mundo se ubicaba en las entrañas de la tierra, bajo la selva y más allá de las masas de agua, constituyendo una especie de reflejo siniestro del mundo de los vivos. Sin embargo, a pesar de este carácter “oscuro”, no sería un equivalente del infierno judeocristiano, pues el alma no recala allí a modo de castigo, sino que es su destino lógico. Este “otro mundo” es, en definitiva, la región de los muertos, la esfera de los dioses y los
antepasados, que al morir se convertían ellos mismos en divinidades.

En su inquietante periplo por el Inframundo, descrito en el Popol Vuh (el Libro del Consejo de los mayas quichés), los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué (como veremos más adelante) recorren un escenario siniestro y lleno de peligros. No es de extrañar, pues Xibalbá está dominado por terribles moradores. Según el Popol Vuh, los soberanos del Inframundo son Hun Camé y Vucub Camé (Uno Muerte y Siete Muerte). Junto a ellos, descubrimos siete parejas de divinidades, encargadas de acabar con la vida humana en la tierra. Ahalpuh y Ahalcaná (Productor de pus y Productor de bilis), tenían la función de “hinchar a los hombres y hacerles brotar pus”. Xquiripat y Cuchumaquic (Lazo corredizo y Jefe de la sangre), provocaban “derrames de sangre en los hombres”. Por su parte, Quicxic (Halcón de sangre) y Patan (el Cazador), sorprendían a los “hombres en los caminos, haciéndoles llegar la sangre a la boca hasta que morían vomitando sangre”. Y así, hasta completar la lista de siete parejas de dioses dotados de nombres sorprendentes y macabros.

Otros textos mayas, como el Chilam Balam de Chumayel (El Libro de las cosas ocultas), mencionan a otras divinidades de la región de los muertos. La denominación más habitual es la de Kisín, “el flatulento”, apelativo que hacía alusión a la fetidez que emanaba, propia de la muerte. A pesar de ser la morada de los difuntos, el Inframundo no era una región “estanca”. De hecho, los mayas creían que, en ocasiones, los fallecidos podían regresar al mundo de los vivos, interviniendo en los asuntos de éstos. Estas “visitas” aparecen reflejadas en algunas representaciones artísticas como, por ejemplo, en el llamado dintel 15 de Yaxchilán, donde se muestra a una mujer que presencia la aparición de un muerto, acompañado de una serpiente de gran tamaño que alude a su procedencia.

El inframundo maya fue concebido por el conocimiento de fósiles prehistóricos


Investigadores del INAH establecen que los mayas de Palenque pudieron haber concebido su visión del inframundo mediante sus conocimientos de fósiles marinos prehistóricos y que les hacía suponer que podría haber una ciudad bajo el mar.

La arqueóloga Martha Cuevas indicó que en los estudios realizados en torno a 31 fósiles marinos, se revela que los mayas tuvieron conocimiento de éstos hace más de mil 200 años, y con dichos conocimientos pudieron haber elaborado su cosmovisión.

Indica que para los antiguos palencanos, los fósiles marinos fueron la prueba contundente de que hace miles de años el mundo estuvo cubierto por mar y de este hecho pidieron haber creado su idea del origen del mundo.

La investigación, que lleva a cabo con el geólogo Jesús Alvarado, se inició hace tres años para comprender el simbolismo que dieron los antiguos mayas a los vestigios prehistóricos, y entre éstos están los 31 fósiles que se han encontrado.

Cuevas dijo que los restos petrificados fueron hallados principalmente en contextos funerarios y destacan fósiles de diferentes animales marinos, dientes de tiburón y espinas de raya.

Los estudios realizados en los templos del Grupo Norte, La Cruz, La Cruz Foliada y los fósiles encontrados fueron usados con fines rituales, durante el Clásico Tardío (600-850 d.C.).

Añadió que de acuerdo con lo registrado en mitos de la época colonial, para los palencanos estos fósiles fueron el testimonio más claro de que en la antigüedad la Tierra estaba cubierta por mar, y que a partir de la actuación de sus dioses, quienes ordenaron que el agua se retirara, emergió su ciudad y con lo cual inició la era actual.

viernes, 18 de junio de 2010

Shambhala


En varias tradiciones religiosas Shambhala es un reino mítico escondido en algún lugar más allá de las montañas nevadas del Himalaya.
Thangka Kalachakra[1] del Monasterio de Sera.

La localización de Shambala y su naturaleza son objeto de disputa. Mientras algunas tradiciones afirman que existe realmente, otros afirman que es un lugar intangible al que sólo se puede llegar a través de la mente.

Existe una localidad Śambhala entre el río Ganges y el río Rathaprā, aunque algunos identifican la Shambhala mítica con Sambhal (en Moradābād).[2]

En el Skandá puraná hay un texto que se llama Śambhala-grāma māhātmya (‘alabanza a la aldea Shambala’).

Shambala en el budismo

Se dice que cuando el mundo entre en una era de guerra y odio, y todo esté perdido, el rey de Shambala saldrá de su ciudad secreta con un gran ejército para eliminar el odio y comenzar una nueva era dorada.

Según otros budistas,[cita requerida] en Shambala habrá 32 reyes, que reinarán cada uno durante 100 años. Durante el reinado de Rudra Chakrin, el 32.º rey de Shambala, los seres humanos (que ya no creerán en la religión hinduista) atacarán Shambala con una armada enorme, equipada con armas terribles. En la última gran batalla, el rey Rudra Chakrin destruirá él solo a toda la humanidad perversa.

Esta leyenda se parece al mito hindú del dios Kalki.

Según Mipham (escritor tibetano, 1846-1912) en su Gran comentario sobre el kalachakra, el reino de Shambala se encontraría al norte del río Sita y estaría dividido por 8 cadenas de montañas. El palacio y la ciudad de Kalapa de sus gobernantes estaría edificado en la cumbre de una montaña circular llamada Kailasa (conocido monte de Tíbet), en el centro del país.[3]

El primer rey de Shambala se llamaba Suchandra y decía ser una emanación de Vashraiana. Existe una leyenda (que podría ser real) de que habría vivido en la época de Buda. En el día de la luna llena del tercer mes, en la estepa de Dhanyakataka, en el sur de la India, antes de una reunión de innumerables bodhisattvas, dakas, dakinis, dioses, magos y iakshas (duendes), Buda enseñó la doctrina

Shambala según el Dalái Lama

El actual Dalái Lama también cree en la existencia de Shambala:
Aunque los que tienen una afiliación especial puede realmente ir allí mediante su conexión kármica, sin embargo, [Shambala] no es un lugar físico que podamos encontrar en la realidad. Sólo puedo decir que es una tierra pura, una tierra pura dentro del ámbito humano. Y a menos que uno tenga el mérito y la asociación kármica real, uno no puede realmente llegar allí.
Tenzin Gyatso (1935–), durante una iniciación kalachakra en 1985 en la ciudad de Bodhgaya

Shambhala en el hinduismo

En el Bhágavata puraná (siglo X d. C.) dice que el sabio Śukadeva Goswāmī (de 16 años, hijo del sabio Viāsa) le predice al rey Mahārāsh Parīkshit (nieto del fallecido héroe Áryuna) acerca del nacimiento del último avatar de Vishnú, el terrible guerrero Kalki, al final de la era de Kali (dentro de 427 000 años). El texto del Canto 12 (capítulo 2, versos 18 a 38) dice:

18: En la aldea Śambhala, en el hogar de Vishnú Iaśā [‘fama de Visnú’] (principal brāhmana y gran alma), Kalki aparecerá.
19: Viajando rápidamente, montando en su caballo llamado Devadatta, el Señor del universo con su espada destruirá a los infieles, dotado con las cualidades de sus ocho opulencias [riqueza, fuerza, fama, inteligencia, belleza y renunciación]
20: Recorriendo velozmente la Tierra, a decenas de millones de ladrones (con aspecto de reyes) matará.
37: Devāpi, el hermano de Śāntanu, y Maru, nacido en la dinastía de Ikshwāku, en el pueblo de Kalāpa ambos están viviendo, dotados de grandes poderes del yoga.
38: Ellos dos volverán aquí al final de kali iugá, instruidos por Vāsudeva [Krishná]. Promulgarán la religión tal como había sido, con el sistema de castas (varna) y etapas de la vida (áshram).

Shambhala en el esoterismo

Para los esoteristas, Shamballa es el sancta sanctórum (la morada del Altísimo), el lugar donde la Voluntad de Dios es conocida. El maestro tibetano Djwhal Khul, narra como el primer puesto de avanzada para la Fraternidad de Shamballa fue el templo original de Íbez (situado en el centro de Suramérica), y una de sus ramas, en un periodo muy posterior, se encontraba en las antiguas instituciones mayas y en la adoración fundamental del Sol. Una segunda rama se estableció posteriormente en Asia, y sus representantes son los adeptos del Himalaya y del sur de la India.

miércoles, 16 de junio de 2010

Dioses Despertando






Somos los Dioses que un día tuvieron el sueño de vivir una vida humana. Lo imaginaron y así lo crearon. Y durante tantas vidas cosecharon la experiencia terrenal; los apegos, las limitaciones, la separación... Hasta que un día, distraidos por la fascinación de sus manifestaciones olvidaron quienes eran... Olvidaron su divinidad... Olvidaron cómo se regresaba a la fuente de la que provenían... ¡Hasta ahora!

Arqueólogos encuentran restos de Buda en China



Monjes budistas y arqueólogos chinos revelaron lo que creen que es una parte del cráneo de Sakyamuni, el fundador del Budismo, en un templo de la provincia oriental de Jiangsu.

El objeto, extraído por primera vez de un pequeño cofre de oro protegido por otro de plata, formaba parte del hueso parietal de Buda, aseguró el maestro Chuan Yin, presidente de la Asociación Budista de China.

El fragmento de hueso se encuentra en el templo Qixia de la capital provincial, Nanjing.

lunes, 14 de junio de 2010

Edgar Cayce - ¿Quién Fue?


Edgar Cayce (1877-1945) fue un conocido "psíquico" y "profeta" por muchos años en los Estados Unidos. Su especialidad psíquica era el diagnóstico médico y el leer las vidas pasadas. Se le llamaba el "profeta durmiente," ya que muchas de sus "lecturas" y "predicciones" eran supuestamente recibidas mientras estaba en un trance como dormido. Supuestamente, Cayce obtenía sus "poderes" al conectarse con una "conciencia superior" desconocida.

Edgar Cayce - Su Récord Profético
Fuera de su práctica privada "psíquica," Edgar Cayce fue notorio por muchas predicciones en los periódicos, tales como la de que California caería al Pacífico, la destrucción de la ciudad de Nueva York por algún tipo de desastre, y la revelación por parte del gobierno de los Estados Unidos, del secreto de la Atlántida y su cristal de gran energía. Sus seguidores mantienen que también tuvo profecías exitosas, incluyendo la Gran Depresión y el secuestro de Lindbergh, pero estas son sospechosas, en el mejor de los casos. Existen muchas otras leyendas urbanas relacionadas con Cayce y su vida. Supuestamente, recibió su don profético cuando lo visitó un ángel, a la edad de 13 años. También, muchos de sus seguidores sostienen que podía memorizar el contenido de libros con ponerlos debajo de su almohada en las noches.

Aunque Edgar Cayce no fue educado formalmente, trabajó en tiendas de libros por años y era conocido como un gran lector. También era conocido por su gran interés en libros relacionados con lo oculto y los remedios caseros. Aunque murió hace cerca de medio siglo, Cayce todavía tiene seguidores que mantienen miles de sus notas, lecturas y "registros médicos" en la Asociación para la Investigación e Ilustración.

Edgar Cayce - ¿Por qué nos Importa?
¿Cuál es el encaprichamiento con los profetas de periódicos y las leyendas psíquicas como Edgar Cayce? ¿Por qué tanta gente reconoce el campo metafísico mediante prácticas extrañas, en lugar de examinar lo establecido históricamente? Cuando ocurre un gran evento mundial, a la gente le encanta el bombo de las profecías. A los periódicos les encanta desplegar las profecías antiguas (y no tan antiguas) de las predicciones de Nostradamus, Jean Dixon, y Edgar Cayce. ¿Por qué le interesaría a alguien leer estas cosas, cuando la mayoría de sus predicciones anteriores han resultado ser falsas?



Las Profecías de Edgar Cayce

Edgar Cayce Nace en Kentucky en el año 1877 y se manifiesta en él el don de la profecía en 1901, accidentalmente y bajo circunstancias por demás llamativas. A causa de un simple resfrío pierde la voz y comienza entonces un peregrinar por distintos médicos tratando de superar el molesto estado que lo obligaba a hablar apenas susurrando. Luego de un año de buscar una cura a su problema decide consultar a un conocido hipnotizador local. Y aquí viene lo sorprendente: en trance hipnótico, él mismo le indica al hipnotizador el estado de sus cuerdas vocales y el remedio. El terapeuta siguió sus instrucciones y Cayce recuperó la voz.

A partir de allí adquiere la habilidad de dormirse a voluntad y hablar de temas que en estado conciente ignoraba. Esto incluía casos de personas que lo consultaban tanto en persona como por carta. Se recostaba en su sofá preferido entraba en trance y su esposa Gertrude formulaba las consultas y una secretaria tomaba nota taquigráfica de sus respuestas. Por lo general Cayce dormía un instante y luego con voz clara manifestaba "tener el cuerpo" y comenzaba a diagnosticar el caso del enfermo que le llevaba su caso.

Por más de 42 años, mediante este sistema entregó 20 millones de palabras emanadas, según sus propias explicaciones, de su propio inconsciente y de la memoria universal de la naturaleza. A partir de 1923 y debido a su gusto por la Metafísica, comienza a responder sobre temas como la vida y la muerte y la razón de la existencia humana.

Entre sus teorías postulaba que los sobrevivientes de la Atlántida habían guardado registros de toda la sabiduría de su civilización y la historia completa de la humanidad. Según vaticinó, estos registros serían hallados entre 1996 y 1998. Para nuestra época Cayce sostenía que luego del año 2.000, Jesucristo volvería a manifestarse al mundo en la era de Acuario, luego de un tormentoso período de catástrofes que obligarían a la humanidad a volver a vivir en comunión con la naturaleza y con Dios.

Edgar Cayce vivió entre 1877 y 1945. Durante su vida, vaticinó la segunda ascensión de Alemania dos décadas antes de que sucediera, la depresión económica de 1929, vaticinó que EEUU entraría en guerra en 1941 y anunció que 1945 sería el año de la victoria aliada.

Al morir, dejó al mundo un legado de más de catorce mil predicciones realizadas en estado de trance. Los acontecimientos que Cayce profetizó ocupan un periodo de 40 años, entre 1958 y 1998.

Cambios en Rusia y China.

Edgar Cayce profetizó que en Rusia se produciría una gran transformación individual y que gracias a ella, se ofrecería una gran esperanza a la humanidad. Varios videntes, entre ellos el de Fátima, ya habían profetizado la caída del imperio Soviético y su inclinación hacia el capitalismo y la cristiandad, y habían asegurado que en el futuro establecerían una alianza para hacer frente a China.

Cayce también previó la guerra. Recomendó que se prestara mucha atención a Libia, Egipto, Turquía, Siria, el Golfo Pérsico y los mares del sureste asiático y norte de Australia. Señaló –al igual que Jeane Dixon- los estrechos de Davis (cerca de Groenlandia, al norte de Canadá) como una zona vital.

Cambios sísmicos

Según Cayce, los trastornos sísmicos irán aumentando progresivamente, lo que coincide con la confirmación de geólogos y sismólogos de que ha ido aumentando en todo el mundo el número de temblores, terremotos, erupciones, etc...

En 1932, Cayce advirtió que cuando se observe la primera demostración de ciertas condiciones en el Pacífico Sur, se den alzamientos y hundimientos en el Mediterráneo y se registre una mayor actividad en el monte Etna, sabremos que ha comenzado el periodo de grandes catástrofes mundiales.

En un vaticinio hecho en 1941, Cayce dijo que la parte continental de EEUU se vería afectada por los movimientos telúricos, pero que los mayores daños los padecería la costa oeste, los estados del centro y la costa oriental. Primero se producirían grandes explosiones en el Vesubio y en el Monte Pelado, en la Martinica. Cuando uno de los dos o los dos comiencen a rugir, en los tres siguientes meses, la costa sur de California y las zonas situadas entre el Lago Salado y la parte meridional de Nevada pueden verse inundadas. Tanto los Angeles como San Francisco serían destruidas antes que Nueva York.
http://www.youtube.com/watch?v=oiqVc36Ago0

Resumen de algunas profecías de Edgar Cayce

El mundo sufrirá una gran crisis financiera.

Tendrá lugar el gran terremoto de California. Carolina y Georgia padecerán inundaciones. Destrucción de Nueva York. Los grandes lagos verterán sus aguas en el Mississipi.

Nuevas tierras surgirán en el Atlántico y el Pacífico, frente a las costas americanas, como los restos de continentes perdidos en otras épocas.

Todo el continente sudamericano se verá sacudido de norte a sur.

La mayor parte del Japón se hundirá en el mar.

Europa septentrional se modificará en un abrir y cerrar de ojos. Los lugares dónde se desarrollaban las batallas de la guerra mundial estaban destinadas a convertirse en océanos mares y bahías.

La tierra experimentará un cambio de sus polos electromagnéticos. Una vez cumplido el cambio de los polos, no habrá más desastres geológicos.

El advenimiento de un nuevo Mesías y de otros dirigentes espirituales ocurrirá casi al final del periodo de grandes trastornos geológicos.

viernes, 11 de junio de 2010

Jesús y los Esenios



Desde el descubrimiento arqueológico de los Rollos del Mar Muerto en 1946, la palabra "esenio" ha dado la vuelta al mundo, haciendo surgir con frecuencia muchas preguntas.Muchas personas se han mostrado asombradas al descubrir que hace dos mil años, una fraternidad de hombres y mujeres santos vivían juntos en una comunidad y portaban las semillas de la cristiandad y la futura civilización occidental.

Esta hermandad --que era más o menos perseguida y mantenida en el ostracismo-- daría personas que cambiarían la faz del mundo y el curso de la historia. Sin duda, casi todos los principales fundadores de lo que luego se denominó la cristiandad fueron esenios: Santa Ana, José y María, Juan el Bautista, Jesús, Juan el Evangelista, etc.

The Los esenios se consideraban separados a sí mismos, no por causas externas, como el color de la piel, el pelo, etc., sino porque la iluminación de su vida interna y su conocimiento de los ocultos misterios de la naturaleza eran desconocidos para otros hombres. También se consideraban un grupo en el centro de todos, porque cualquiera podía formar parte de su Fraternidad tan pronto pasaran con éxito las pruebas selectivas.
Ellos pensaban, con muy buenas razones para ello, que eran herededos de los antiguos hijos e hijas de Dios, herededos de su antigua y gran civilización. Poseían avanzados conocimientos y trabajaban arduamente en secreto por el triunfo de la luz sobre las tinieblas en la mente humana.

Sentían que les había sido confiada una misión, que eventualmente sería la fundación del cristianismo y la civilización occidental, y estaban apoyados en este esfuerzo por seres altamente evolucionados que dirigían la fraternidad. Eran verdaderos santos, Maestros de sabiduría, hierofantes de las antiguas artes maestras.

Los esenios no se limitaban a una sola religión, sino que estudiaban todas para poder extraer de ellas los grandes principios científicos. Consideraban que cada religión era un estado diferente de una misma manifestación. Le daban gran importancia a las enseñanzas de los antiguos caldeos, de Zoroastro, de Hermes Trismegistos, a las secretas instrucciones de Moisés y de uno de los fundadores de su orden, que había trasmitido técnicas similares a las del budismo, así como a las revelaciones de Enoc.Poseían la ciencia viviente de estas revelaciones y, de este modo, sabían cómo comunicarse con los seres angélicos y habían resuelto la pregunta del origen del mal en la tierra.

Una de sus más grandes preocupaciones era protegerse de cualquier contacto con espíritus del mal, para poder preservar la pureza de sus almas. Sabían que estarían en la tierra durante un corto período de tiempo y no querían prostituir sus almas eternas. Fue esta actitud, esta estricta disciplina, esta absoluta negativa a mentir o a comprometerse, lo que les hizo objeto de muchísimas persecuciones a través del tiempo.

Los esenios se consideraban guardianes de las Divinas Enseñanzas. Poseían un gran número de manuscritos muy antiguos, algunos de los cuales databan del inicio de los tiempos. Una gran parte de los miembros de la Escuela pasaban el tiempo descifrando sus códigos, traduciéndolos a varias lenguas, reproduciéndolos para perpetuar y preservar este avanzado conocimiento, y consideraban este trabajo como una tarea sagrada.






Los esenios consideraban su Fraternidad, compuesta de hombres y mujeres, como la presencia en la tierra de las enseñanzas de los hijos y las hijas de Dios. Ellos eran la luz que brilla en las tinieblas, que invita a la oscuridad a convertirse en luz. Así, para ellos, cuando un candidado solicitaba ser admitido en la Escuela, ello significaba que dentro de él se había puesto en marcha un completo proceso del despertar del alma. Un alma así, estaba lista para ascender las escaleras del sagrado templo de la humanidad.

Los esenios sabían diferenciar entre las almas que aún estaban dormidas, las que estaban sólo medio despiertas, y las despiertas. Su tarea era ayudar, consolar y aliviar a las almas dormidas, tratar de despertar a las que estaban a medias, y dar la bienvenida y guiar a las almas despiertas. Sólo las almas que se consideraban despiertas podrían recibir la iniciación en los misterios de la Fraternidad esenia, integrada por hombres y mujeres. Entonces comenzaba para ellos el sendero de evolución, que ya no se detiene más a través del ciclo de sus encarnaciones.

Todos conocían a "los hermanos y hermanas vestidos de blanco". Los hebreos los llamaban "La Escuela de los Profetas"; para los egipcios, ellos eran "los Sanadores, los Médicos". Tenían propiedades en casi todas las grandes ciudades, y en Jerusalén había incluso una puerta que llevaba su nombre: La Puerta de los Esenios.

A pesar de algunos temores y bromas, debido principalmente al rechazo a aquello que se desconoce, las personas sentían en general respeto y estimación por los esenios, por su honestidad, su pacifismo, su bondad, su discreción, y su talento como sanadores, dedicados tanto a los pobres como a los ricos. Las gentes sabían que muchos grandes profetas hebreos provenían del linaje de la Escuela esenia.

Es más, aún cuando la Fraternidad era muy estricta sobre las leyes secretas en relación con su doctrina interna, cultivaban muchos puntos de contacto con las personas, principalmente a través de los sitios donde daban alojamiento a peregrinos de todo horizonte, proporciondo ayuda en los períodos difíciles, y especialmente a través de la sanación de los enfermos. Estos sitios donde se impartían las enseñanzas básicas y se practicaba la sanación estaban localizados en lugares que tuvieran acceso público para que todas las personas pudieran acudir.



http://miportalespiritual.com/cristo/alfa1a6.htm



Tras la revuelta Macabea (166-159 a. C.), que habían apoyado pero cuyos resultados finales no compartieron, se retiraron al desierto para "preparar el camino del Señor", bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia.

Si alguien deseaba ser miembro de la comunidad (Yahad) debía ser instruido, aceptado y luego pasar dos años de prueba para ingresar definitivamente. A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, humildad y disciplina. No volvían a jurar pues estaban obligados a decir siempre la verdad. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos que, sin ser integrantes de la comunidad, requirieran ayuda. Se imponía también la observancia de un estricto código de disciplina, cuya base era la corrección fraterna mutua. Las mujeres no eran aceptadas dentro de la comunidad, y sólo los hombres podían ser miembros de ella.

Administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el Maestro de justicia. Este personaje, del que se especula más gracias a los manuscritos del Mar Muerto, actuó hacia el 150 a. C. y se habría opuesto al Sumo Sacerdote Jonatán, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios. Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco. La arqueología muestra que la ocupación de Qumrán fue intensa del 103 al 76 a. C., durante los reinados de Aristóbulo I y Alejandro Janeo, quienes persiguieron cruelmente a sus opositores.

El esenismo no se limitó a Qumrán. Se sabe que en el siglo I en Jerusalén había un barrio esenio. Muchos esenios, unos 4.000, según Flavio Josefo, vivían en las ciudades, de una forma particular, pacifista, en comunidad de bienes, manifestando su doctrina. Según este autor, parte de los esenios no se casaban, pero otros por el contrario sí lo hacían. Entre estos últimos estaban los de Qumrán, que debían contraer matrimonio a la edad de 20 años.

La comunidad de Qumrán, se autosostenía con los trabajos agrícolas. En las ruinas es notable el número de depósitos de agua. Estos eran imprescindibles para las necesidades físicas de la comunidad en medio del desierto, pero también desempeñaban una parte importante de su ritual, que incluía numerosos lavados. Se supone también que dentro de sus leyes y deberes los esenios eran vegetarianos.

jueves, 10 de junio de 2010

Religión Asiria



Los asirios fueron continuadores de la religión mesopotámica creada por los sumerios y adoptada por la dinastía babilónico. Es evidente que con el paso de los siglos la religión se modificó, a veces, incluso en cuestiones muy importantes, como en la constitución del panteón oficial, pero no es menos cierto que la esencia de la misma permaneció inalterable. Con la hegemonía de A., Marduk, dios nacional de Babilonia, cede su lugar preponderante a Asur, patrón de la ciudad de Nínive, quien viene a representar la voluntad de poseer una divinidad nacional superior a los demás dioses del panteón mesopotámico, para controlar de esta manera todos los resortes del poder, al igual que anteriormente hiciera la dinastía babilónica. Asur significa benévolo, pero su actuación siempre se presenta contraria a la benevolencia, pues constantemente lo encontramos compartiendo los instintos bélicos de su pueblo. Él es el dios que acompaña al ejército en las batallas, dirige la flecha del arquero y la hunde en el corazón del enemigo, y también se complace en el espectáculo de las torturas infligidas a los enemigos capturados y con la deportación de los pueblos vencidos. Se le representa bajo la forma de un disco alado, y también cabalgando un toro, representación llena de profundo simbolismo bélico. Junto a sus atribuciones guerreras, otras hacen referencia a su condición de dios de la fecundidad, representado entonces bajo el aspecto de un macho cabrío rodeado de ramos y frutos.

La divinidad que en importancia seguía a Asur era Isthar. A. continuó la veneración de dicha diosa, ya iniciada por los babilonios, y cuya importancia siguió vigente durante el primer milenio antes de Cristo bajo el nombre de la Astarté fenicia y transmitió muchos de sus rasgos a la figura griega de Afrodita. Es hija de Anu o de Sin, según se tome una u otra de las tradiciones referentes a su origen. En el primer caso, es la diosa de la guerra; en el segundo, la diosa del amor. En A. se la adoró bajo las dos facetas; acompaña a Asur en sus batallas, montada en un carro tirado por leones y empuñando el arco. Sus santuarios se hallaban en las ciudades de Nínive y Atbelas. En Erech se la veneraba como diosa del amor y del placer. Una de las formas de adoración consistió en la práctica de la prostitución sagrada que llevaban a cabo las sacerdotisas a ella consagradas. En este rápido repaso al panteón asirio, hemos de hablar de un dios cuya influencia fue enorme en la religión asirio-babilónica: Shamash, divinidad a la que caracterizan el valor y el ánimo, aunque se distingue por ser el dios de la justicia. Él es quien disipa las tinieblas que cubren el crimen. En su calidad de juez supremo, se le representa sentado en un trono, ostentando en su mano derecha el cetro y un anillo junto a él se veneraba a su esposa Aya y a sus hijos Kettu (la Justicia) y Mesharu (el Derecho). Al parecer, estos dos últimos son dioses tardíos, puesto que al representar abstracciones indican que la mentalidad religiosa había sufrido una profunda evolución.



Espíritus y héroes. Los asirios creían en la existencia de espíritus, si bien en su religión los había benefactores, cosa desconocida en Babilonia. Éstos son llamados Lamassu. Sus funciones eran las de proteger al hombre, defendiéndose del mal y llevando sus presentes y sus homenajes a las divinidades. Se les representaba en las puertas de los templos bajo el aspecto de toros alados con cara humana, Los malos espíritus reciben el nombre de Utukka y son de dos clases. Una la forman las almas de los difuntos que no han recibido sepultura, lo que les obliga a vagar eternamente, perjudicando a los mortales. La segunda clase la constituyen espíritus mucho más temibles que proceden del mundo inferior: son los que constantemente atacan a los hombres, deparándoles la enfermedad e incitándoles a cometer actos criminales. Cuando se aparecen al hombre lo hacen bajo el aspecto de seres monstruosos con cuerpo humano, cabeza de león erizada de cuernos y provistos de temibles garras. La única manera de librarse de su presencia es recurrir a la ayuda de un conjurador, quien por medio de exorcismos y magia los ahuyentaba.

En la religión asiría ocupaban un lugar destacado los héroes o semidioses, Cuyo origen se habría de buscar una vez más en la religión sumeria. Eran venerados por su relación directa con la divinidad y por el valor que demostraban ante el peligro; en ellos veían los asirios un ejemplo a seguir en el campo de batalla. Los héroes más famosos y venerados eran Etana, Adapa y, sobre todo, Gilgamesh.

Adivinación y magia. La inseguridad frente a la propia condición humana hizo que los asirios continuaran la tradición sumerio-babilónica de la adivinación. Los hechos nefastos que atormentaban a la humanidad era necesario conocerlos de antemano para intentar conjurarlos. A este fin tendió la ciencia adivinatoria, que desarrolló una gran cantidad de métodos de entre los que podemos citar la hepatoscopia o estudio del hígado, la interpretación de los sueños, del vuelo de las aves y de los nacimientos anormales. Los sistemas más utilizados fueron los dos primeros. Los asirios creían que los sueños eran una realidad, a causa de lo cual su valor fue universalmente apreciado. El sueño era una manera para entrar en contacto con el mundo de los dioses, por lo que cuando era preciso realizar algún hecho colectivo, como una campaña guerrera, el rey pedía a los adivinos que sonaran para que los dioses, por este medio, dejaran oír su voz. No faltan indicios para suponer que se utilizaban estupefacientes para lograrlo. Cuando era el rey quien tenía un sueño, los adivinos se encargaban también de interpretarlo. En uno y otro caso, se valían de manuales que daban la clave de la interpretación.

El método más utilizado fue el de la hepatoscopia, que se realizaba con el hígado de los animales sacrificados. Los adivinos, a fuerza de prolongadas y constantes observaciones, llegaron a conocer todas las particularidades posibles acerca de dicho órgano. Las alteraciones o modificaciones que pudiera presentar, sus relaciones con las vísceras próximas a él, su posición, su tamaño, daban a los adivinos la información que precisaban para sus predicciones. El mecanismo funcionaba según que los signos se encontraran a uno u otro lado del hígado.

Como resultado de la adivinación, A. conoció un gran desarrollo de la magia, que formaba parte de las instituciones del Estado asirio, de tal manera que los reyes mantenían en sus cortes a los magos, que eran delegados de las grandes divinidades, como Shamash, en cuyas manos estaba el mundo de la magia y la adivinización. Oficialmente, ambas gozaban de un respeto en el que no estaba exento el temor.



Escatología y moral. En cuanto a sus ideas sobre el más allá, sabemos que los asirios creían en la existencia de un infierno en el que moraban las almas de los muertos y en el que llevaban una existencia triste y apagada en un mundo de tinieblas. Por lo que se refiere a la responsabilidad moral del hombre estamos mal informados, aunque algunos indicios, como el respeto por la justicia y la existencia de listas de pecados que no se debían cometer, hacen pensar que los asirios creyeron que el hombre era responsable de sus actos.

miércoles, 9 de junio de 2010

Las creencias religiosas influyen en la gestión de los recursos naturales


Un estudio de los pueblos bereberes del Alto Atlas revela que el abandono de las tradiciones ha propiciado prácticas menos sostenibles

Una investigación realizada por antropólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona sobre los amazig o bereberes del Alto Atlas de Marruecos ha revelado que las creencias religiosas favorecen la gestión sostenible de los terrenos. Por el contrario, señalan los científicos, la desaparición de estas tradiciones ha dado lugar a una gestión más individualista, basada en el provecho inmediato. Según los investigadores, estos resultados sugieren que las creencias religiosas deberían añadirse a la lista de factores que condicionan la explotación de los recursos naturales y, por tanto, deben tenerse en consideración.

n equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha publicado un artículo en la revista Human Ecology, acerca de la importancia de las creencias religiosas en la gestión sostenible de los cultivos, es decir, en la forma de usar la tierra.

Hace tiempo que los especialistas advierten que los recursos medioambientales deben ser aprovechados de tal manera que no resulten esquilmados. Éste supone uno de los grandes retos actuales, junto al cambio climático o el crecimiento demográfico.

Según publica la agencia de noticias CORDIS en un comunicado, los científicos de la UAB señalan que, en esta gestión de los recursos, deben tenerse en cuenta las creencias religiosas populares, como un elemento condicionante más del tipo de gestión establecida.

Creencias religiosas y gestión territorial

En Human Ecology, el antropólogo Pablo Domínguez y sus colaboradores de la UAB, señalan que, desde hace varias décadas, coexisten dos corrientes de pensamiento contrapuestas en relación al uso comunal de la tierra y la gestión de los recursos naturales.

Algunos teóricos opinan que el uso no regulado de los recursos naturales de una propiedad comunal ni es sostenible ni se ajusta al espíritu de cooperación.

Asimismo, los partidarios de un sistema de uso comunal de la tierra consideran que las instituciones sociales, políticas y religiosas influyen en la gestión socioeconómica de la propiedad comunal y en la conservación ecológica.

Aunque se ha sugerido que estos fenómenos podrían estar vinculados, hasta ahora la investigación en este campo ha obviado la influencia de las creencias religiosas en la gestión del territorio y de los recursos naturales comunales y también en los procesos de cambio.

No es el caso de la investigación realizada por los científicos catalanes, y que ha recibido ayuda financiera por parte del plan Marie Curie del Sexto Programa Marco de la Unión Europea.


Limitación del pastoreo

En su estudio, el equipo de la UAB se centró en los amazig (bereberes, en la lengua autóctona) de las montañas del Alto Atlas cercanas a Marrakech, en Marruecos, con la intención de averiguar si las creencias religiosas en los santos locales influían en la gestión de los recursos naturales de la zona por parte de sus habitantes, y de qué manera.

La comunidad amazig estudiada se rige por normas basadas en un marco tradicional de gestión de la propiedad comunal. A lo largo de su historia, los amazig han cumplido una regla por la cual está prohibido el acceso a los pastos comunales en primavera, con el fin de que que éstos tengan mayor calidad en verano. Este periodo de veda, denominado «agdal», tiene raíces muy profundas en las prácticas y creencias religiosas de este pueblo.

En un artículo publicado en 2005 por Domínguez en la revista Periferia se explica en profundidad este concepto: “el agdal implica mucho más que una simple explotación productivista de artículos agrícolas y pastorales. Estos métodos de gestión comunitarios implican toda una ética social que se basa en el respeto de una serie de reglas de pastoreo estrictas para con sus semejantes, para con los santos del Atlas y para con su concepto de Dios…”

Esta gestión de los pastos protegía eficazmente los espacios sometidos al agdal de una degradación abusiva y, aunque en medio de una fuerte pobreza, repartía la “riqueza” del agdal de una manera relativamente equitativa.

Con el fin de establecer el estado actual del agdal, entre los años 2003 y 2008, los investigadores entrevistaron y observaron a los amazig de la tribu Mesioua y efectuaron una encuesta en 80 hogares de la aldea de Warzarzt (en la región centro-sur de Marruecos).

Menos religiosidad y menos sostenibilidad

Sus pesquisas indicaron que, ciertamente, existe un vínculo entre la transformación de las creencias tradicionales en los santos islámicos locales y las nuevas prácticas silvopastorales.

En concreto, los investigadores constataron una relación entre el abandono progresivo de las creencias tradicionales en santos y la expansión agrícola y la introducción de una raza nueva de oveja, denominada Sardi, que es fruto del cruce entre otras razas.

Los autores del estudio observaron que, por ejemplo, el cultivo de más tierra y la posesión de más ovejas parecían incompatibles con las creencias tradicionales en los santos.

Según el artículo, la desaparición de la tradición del agdal, ha dado paso a una nueva estrategia de gestión de los recursos «más individualista, que genera beneficios a más corto plazo y contradice la filosofía ancestral de los santos que, por el contrario, promovía la gestión comunal y los beneficios a largo plazo».

Por consiguiente, la presente investigación sugiere que el debilitamiento de las creencias religiosas entre los amazigs ha derivado en un descuido de la sostenibilidad futura del medio ambiente.

Por eso, los autores de la investigación concluyen que las creencias religiosas deben añadirse a la lista de factores que varían a medida que se modifica el uso de los recursos naturales, como el cambio climático, el crecimiento demográfico, las migraciones, los avances técnicos y los procesos económicos.

«Nuestro estudio pone de relieve que las creencias religiosas, o la ausencia de ellas, pueden ser un elemento importante que determina el uso de los recursos silvopastorales”, concluyen los científicos.

En definitiva, y según palabras de Pablo Domínguez publicadas en otro artículo aparecido también en Periferia, en este caso en 2007, el cambio acaecido en las instituciones religiosas tradicionales de los santos del Atlas es causa y efecto de la manera en que son gestionados estos pastos, y dicho sistema simbólico es parte relevante de la economía y ecología locales.

lunes, 7 de junio de 2010

Un ensayo básico actualiza la filosofía de Teilhard


“El Corazón de la Materia”, escrito en 1950, culmina la evolución de su visión interior

El tomo XIII de la edición francesa de las Oeuvres, los ensayos filosóficos y teológicos de Pierre Teilhard de Chardin (bajo el título general de La Coeur de la Matière) no había sido traducido al castellano hasta el 2002. En este artículo se sintetizan las líneas de fondo del ensayo autobiográfico (escrito en 1950, hace ahora sesenta años), que da nombre al volumen: El Corazón de la Materia. Este ensayo (que suele ser poco citado en España, al no haber sido traducido hasta 2002), se sitúa aquí dentro de la obra general teilhardiana. Este ensayo, escrito pocos años antes del fallecimiento de Teilhard, revela un avance en la maduración de su pensamiento. Es breve pero denso, y es fundamental para entender el pensamiento teológico, espiritual y místico del Teilhard enfermo, débil y anciano. El Corazón de la Materia está impregnado de referencias autobiográficas e introspectivas que resumen la experiencia interior del autor.


Las llamadas Obras Completas de Teilhard fueron editadas en Francia en trece tomos después de su muerte y han sido casi totalmente traducidas al castellano. Se trata de ensayos de tipo filosófico, teológico y espiritual, casi todos inéditos, al serle prohibido su publicación en vida del autor. El último tomo traducido, El Corazón de la Materia lo ha sido en 2002.

En sus obras, Teilhard centró en la evolución cósmica en el tiempo intentando, a partir de los datos aportados por las ciencias de la Tierra y las ciencias de la Vida, una síntesis entre ciencia, filosofía, teología y mística. Su filosofía/teología es así una proyección del sentido del ser humano en el mundo que, desde el futuro, ilumina el pasado. Dios, el mundo, la materia, la socialización, la esperanza, lo humano se amalgaman en una unidad fascinante.

En el año 1950, cinco años antes de su fallecimiento en Nueva York, Teilhard redacta un escrito sorprendente de tipo autobiográfico que titula El Corazón de la Materia. El fondo de este ensayo se condensa en esta frase del propio autor: “este año de 1950 culmina la evolución de mi visión interior”.

Teilhard cuenta ya 69 años. Antes se dedicó –nos parece- a poner unos rayos de luz, a modo de ráfagas de linterna, sobre la ingente realidad del pasado del hombre y por extensión del mundo y del cosmos. Desde la Ciencia, desde la Fe comprometida, desde cualquier parte del mundo.

Las experiencias de infancia y la maduración del pensamiento

Dos aspectos convienen resaltar en una primera lectura de El Corazón de la Materia. Por un lado, la insistencia que pone Teilhard en sus experiencias de infancia, tanto a la influencia espiritual de su madre como al despertar a la Naturaleza. Éste se realiza gracias al coleccionismo de fósiles, animales, vegetales y rocas volcánicas que hacían sus familiares, y que suscitó en él la temprana vocación a lo que se llamaba en los manuales escolares Historia Natural.

Por otra parte, en El Corazón de la Materia resalta el extenso uso por parte de Teilhard del lexema “génesis” en la elaboración de múltiples conceptos que no cesa de utilizar en sus más importantes obras: cosmogénesis, biogénesis, noogénesis, antropogénesis, ortogénesis, cristogénesis, etc. Esto muestra su empeño y esfuerzo científico por explicar esas diversas “génesis” u orígenes de cada cosa. Una lectura atenta, 60 años más tarde, de El Corazón de la Materia de Pierre Teilhard de Chardin, nos permite percibir que los latidos de ese corazón maduro siguen latiendo. Pese a que Teilhard en esa época había padecido algunas crisis cardíacas, su alma seguía tejiendo hondos sentimientos.

Dónde y cuándo fue escrito El Corazón de la Materia

En el mes de agosto de 1950 Teilhard redacta el texto más largo y complejo de este ensayo al que puso como título El Corazón de la Materia. Lo redacta reflexiva y pausadamente en la finca familiar de Les Moulins mientras pasaba unas vacaciones en Francia. Es un momento de plena madurez en nuestro autor. Firma el escrito precisando incluso la fecha: el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María. Se nos antoja que es, una vez más, la devoción mariana la que le dicta el día.

Dentro del amplio conjunto de la obra filosófica y espiritual de Teilhard, ¿qué lugar ocupa El Corazón de la Materia? En cuanto al tamaño material, es decir, en cuanto al número de páginas, que en rigor serían en torno a 50, se puede calificar esta obra como de tamaño menor. Pero si la comparamos con la obra más compacta, larga y pensada, como es El Fenómeno humano, el ensayo que glosamos podría pasar por un capítulo y no precisamente el más largo. Si la comparamos sólo en cuanto al tamaño material se refiere, con El Medio Divino (175 pags.), (la segunda obra de alta divulgación en extensión), El Corazón de la Materia, es menos de un tercio.

No obstante, el momento o circunstancia en que Teilhard escribe es de reflexión pausada, de madurez casi plena, de estancia feliz con familiares y amigos en una Francia que comienza a ser próspera al igual que una Europa que ve alejarse el fantasma de la última guerra y de la locura colectiva que supuso.

En el año 1950 se viven días de recuperación económica, en una Europa que no quiere mirar al pasado inmediato (años 1930-45 aproximadamente). Es una época de experimentos sociales fallidos soportados una vez más, sobre todo por el pueblo llano y los que no tuvieron poder de decisión alguna, que, por cierto, fueron la inmensa mayoría. Pero no sólo nos referimos al año de un continente entero, Europa, sino más bien al año de la vida de una persona que se acerca a su fin biológico con la madurez que dan los años.

Parece ser que estos días de vacaciones en la casa familiar evocan interiormente a Teilhard toda su vida. Es un momento de felicidad interior cuando en el verano de 1950 se lanza a escribir, parece que en muy poco tiempo, este ensayo: El Corazón de la Materia. Teilhard revive su infancia, sus primeros años de jesuita, su formación en Inglaterra, los primeros contactos con la geología y con la paleontología. La experiencia en las trincheras durante la guerra europea y luego, la larga estancia en China.

Cuando la guerra mundial, en los años cuarenta, se encuentra en China, muy alejado de los centros militares que se enfrentan. Pero se mantuvo bien informado por el correo de amigos o familiares y por las noticias radiofónicas, las reuniones con sus hermanos de comunidad, de sus compatriotas franceses en la embajada, etc.

En estas vacaciones de agosto de hace 60 años, imaginamos a Pierre Teilhard de Chardin con ánimos para hacer balance de su “visión interior”. Una visión diacrítica, ahora no marcada por cientos de miles de años, sino por la brevedad relativa de una vida dedicada a la Fe y a la Ciencia.

El latido de la Vida en la Materia

En cuanto al título del ensayo: El Corazón de la Materia, Teilhard explica largamente no sólo por qué razones la Materia tiene para él un Corazón, sino quien personaliza ese corazón “que hace funcionar y evolucionar la materia”, (entrecomillado nuestro) al modo como el corazón de los animales y personas hace funcionar y vivir el cuerpo.

Ese corazón de la materia, lo es de toda materia, no sólo en cuanto a la cantidad, sino sobretodo en cuanto a la calidad de la misma. Si bien, no es lo mismo la materia inerte o mineral que el Espíritu que surge de cierta materia humana, materia que, incluso puede llegar a ser pensante o “productora”, en cierto modo, de Espíritu.

El tema del “corazón” no era algo nuevo es la Espiritualidad del mundo cristiano occidental del siglo XX. Parece ser que fue nada menos que el Padre de la Iglesia de Occidente San Agustín de Hipona, quien primero se refiere al tema del “corazón”.

Breve esquema de El Corazón de la Materia

El ensayo se inicia con una introducción titulada La Zarza Ardiente. Comienza con sencillez. Parece que el autor se quiere acotar a sí mismo y define lo que va a hacer en esta obra: narrar “una experiencia psicológica directa, lo bastante reflexionada como para ser inteligible”. Más breve aún “un documento vivido”.

Dice que ha “necesitado más de sesenta años de esfuerzo apasionado para descubrir (lo) que no eran sino enfoques o aproximaciones sucesivas a una misma realidad de fondo...”. Escribe literalmente más abajo: “como yo he experimentado en contacto con la Tierra, la Diafanía de lo Divino en el corazón de un Universo ardiente: lo Divino resplandeciendo desde las profundidades de una Materia ardiente”.

La obra consta de tres partes o capítulos que están numerados en romano: I. Lo Cósmico, o Evolutivo; II. Lo Humano, o lo Convergente; y III. Lo Crístico, o lo Céntrico.

I.- LO CÓSMICO, O EVOLUTIVO

La primera parte la denomina su autor como lo Cósmico, o Evolutivo y se inicia con una Nota preliminar sobre el Sentido de la Plenitud. Se cita a sí mismo con un texto de 1917 (en plena primera Guerra Mundial). En ella afirma que toda la presente obra va a ser un desarrollo de su “polarización sicológica particular, común ciertamente a todos los hombres” a la que llamará “Sentido de la Plenitud”. Por ello, sigue haciendo referencias a su infancia. Fue entonces cuando tuvo una “llamada”: era “por algo que brillaba en el corazón de la Materia”.

1.- La llamada de la Materia.

Escribe Teilhard que, por influencia de su madre, quería mucho al Niño Jesús. Sin embargo, “mi verdadero “yo” estaba en otra parte”. Sentía “aquel gesto instintivo que me hacía ‘adorar’ un fragmento de metal”. Mantiene que “toda mi vida espiritual no ha consistido sino en desarrollar” aquellas íntimas experiencias de niño. Intuye que la consistencia de aquellas materias (hierro, restos de metralla...) fueron su “aprehensión inicial de lo absoluto bajo la forma de lo Tangible”. (Con mayúscula inicial en el texto). Enfrenta, como buen dialéctico, físico y metafísico, nacido en el rigor de la escolástica, lo Necesario, a lo Contingente, lo General a lo particular y lo Natural a lo Artificial.
Ya en este segundo epígrafe prevé que “la Consistencia con la que yo soñaba por entonces es un efecto no de la ‘sustancia’ sino de la ‘convergencia’”.

Al nombrar la palabra convergencia, de tanta importancia en la etapa final de la evolución, alude expresamente al Punto Omega, donde todo convergerá al final de los tiempos. Termina este epígrafe: “comencé, sin darme cuenta, a acceder verdaderamente al Mundo...”. Aquello fue cuando él contaba aproximadamente con 9 ó 10 años de edad.

2.- La aparición de lo Universal

En el desarrollo de sus intereses vocacionales, Teilhard pasa de lo metálico a lo mineral, a las piedras y a las rocas (incluso a los seres vivos petrificados o fosilizados). Todo el universo no es metálico, pero sí mineral, como “un Elemental expandido por doquier, cuya ubicuidad misma constituía su incorruptibilidad”. (Recuérdense los cuatro elementos de la Cosmología griega primitiva: agua, fuego, tierra y aire).

Y sigue: “Más adelante, cuando estudiara Geología (...) lo que me ha llevado irresistiblemente (aún a expensas de la Paleontología) al estudio de las grandes masas eruptivas y de los zócalos continentales, no es sino una necesidad de mantener contacto (un contacto de comunión) con una especie de raíz, o de matriz, universal de los seres”.

Continúa: “Durante cerca de 20 años de mi vida encuentro claramente en mis recuerdos las huellas ininterrumpidas de esta transformación profunda”. Sigue con excelentes párrafos, incluso poéticos, en un sentido amplio, de su vida íntima, pero con un sesgo muy profesional o vocacional: la ciencia como vocación irrenunciable.

Enuncia a continuación los componentes o atributos juveniles de su Sentido del Todo (sentido de Dios, al menos como aproximación o vía hacia Él):

a) Gusto por lo geológico: “lugar axial ocupado invariablemente por la pasión y la ciencia ‘de las Piedras’ a lo largo de la embriogénesis espiritual”.
b) Las tres columnas de su visión: “la Materia, la Vida y la Energía: las tres columnas de mi visión y mi bienaventuranza internas”. Al mismo tiempo Dios se le manifestaba, de alguna manera, a través de la visión, contemplación, razonamiento y admiración del Cosmos y sus leyes físico-químicas.

Sigue haciendo un elogio de la Física, como ciencia que le ayudó a sentirse a gusto: “me siento en mi casa”, afirma. En la Física, “he encontrado los ‘arquetipos’ de lo Consistente, lo Total, lo Único, lo Esencial de mis sueños de la infancia, esos mismos arquetipos que (como veremos) incluso en lo Crístico me siguen sirviendo hoy para expresarme a mí mismo”.

Y en el párrafo siguiente: “El Oriente (en Egipto, dónde explicó Física) entrevisto y ‘bebido’ ávidamente (...). Tal era hacia los 28 años de edad, el complejo espiritual, pasablemente confuso, en el seno del cual fermentaba, sin lograr aún emitir una llama bien definida, mi amor apasionado por el Universo”.

Antes de terminar este importante epígrafe 2 del capítulo I, escribe sobre la insidiosa tentación de “panteísmo de efusión y disolución”. Se refiere, al decir disolución a que finalmente todo iría diluyéndose en la nada, algo típico también de algunas filosofías orientales. Llama a esa tentación o posible opción, de formas “orientales bajo su ropaje científico”.

Y finaliza el apartado, como suele hacer, enlazándolo con el siguiente y encadenando así los silogismos del razonamiento fenomenológico: “si por azar no hubiera eclosionado en mí, como un germen salido de no se sabe donde la idea de Evolución...”. Hipótesis u oración condicional que no tuvo que lamentar, ya que, como se puede apreciar, para Teilhard la “idea de la Evolución” supuso mucho, supuso casi todo.

3.- El descubrimiento de la Evolución

En los años de Teología en Hastings, sur de Inglaterra (1911 – 1914), “fue cuando poco a poco, (...) como una presencia –fue creciendo en mí- hasta invadir por completo mi cielo interior, la conciencia de una Deriva profunda, ontológica y total del Universo en torno a mí”.

Enumera algunas pistas de aquella conciencia de Deriva. También indica cómo por aquellos años diez del siglo XX al “haber leído en aquel tiempo, ávidamente, L´Evolutión Créatrice” de su compatriota Henri Bergson (1859 – 1941).

Afirma, yendo más lejos: “yo siempre había admirado dócilmente hasta entonces (...) una heterogeneidad de fondo entre Materia y Espíritu, Cuerpo y Alma, Inconsciente y Consciente: dos ‘sustancias’ de naturaleza distinta, dos ‘especies’ de Ser incomprensiblemente asociadas en el Compuesto vivo, respecto de las cuales era preciso mantener a cualquier precio, se me aseguraba, que la primera (mi divina Materia) no era sino la humilde sierva (por no decir la adversaria) de la segunda, encontrándose ésta (es decir, el Espíritu) reducida a mis ojos, por este mismo hecho, a no ser más que una Sombra que había que venerar por principio, pero por la cual (emotiva e intelectualmente hablando) yo no experimentaba en realidad ningún interés vivo. Júzguese en consecuencia, mi impresión interior de liberación y júbilo cuando, con mis primeros pasos, aún vacilantes, por un Universo ‘evolutivo’ constataba que el dualismo en el que se me había mantenido hasta entonces se disipaba como la niebla ante el sol naciente. Materia y Espíritu, no dos cosas, sino dos estados, dos rostros de una misma Trama cósmica, según se la vea, o se la prolongue...”.

Esta cita es muy ilustrativa de la problemática de fondo que mantuvo nuestro autor, problemática incluso de una parte del catolicismo universal, hasta llegar al nuevo cambio de ritmo que supusieron las nuevas espiritualidades dimanadas pocos años después, a su vez, de una lectura pastoral y generosa de algunos documentos del Concilio ecuménico Vaticano II.

Sobre la irreversibilidad del proceso evolutivo, escribe más abajo: “No me detuve seriamente ni un sólo instante ante la idea de que la Espiritualización progresiva de la Materia, a la que me hacía tan claramente asistir la Paleontología, pudiera ser nada distinto ni inferior a un proceso irreversible”. “Dicho de otro modo, la materia se metamorfoseaba, por el contrario, en Psiqué”. “El Espíritu, lejos de ser antagonista o antípoda, era el corazón mismo de la Tangibilidad a la que yo trataba de llegar. Necesitaría toda una vida para calibrar (...) lo que esta transposición de valor (...) tiene de inagotablemente constructivo..., y a la vez de revolucionario para la inteligencia, la oración y la acción”.

Sigue escribiendo fluido y contento de recordar aquellos descubrimientos tan decisivos en su visión biológico-filosófica. Concluye este primer capítulo reafirmándose en “dos inmensas Unidades vivientes”, “unidades de dimensiones planetarias”: una, “la envoltura viva de la Tierra, la Biosfera”; otra, “-para cuya perspectiva definitiva no le faltaba a mi espíritu sino el gran impacto de la Guerra- (1914-1918), la Humanidad totalizada: la Noosfera”.


Teilhard y su itinerario interior (1911-1931)


II.- LO HUMANO, O LO CONVERGENTE.

La segunda parte de El Corazón de la Materia lleva como título: II.- LO HUMANO, O LO CONVERGENTE. En ella describe las tres etapas por las que pasó: “entre los 30 y los 50 años” (lo que correspondería a 1911-1931).

Esquemáticamente: “la primera etapa me hizo acceder a la noción de Planetariedad humana, (existencia y contornos de una Noosfera)”. (O sea, el Fenómeno Humano como un fenómeno que se extiende por todo el Planeta). “La segunda me descubrió más explícitamente, la transformación crítica en el nivel de la Reflexión”. “Y la tercera me condujo a identificar (...) una deriva acelerada de la Noosfera hacia estados ultra-humanos”.

1.- La realidad de la Noosfera

Narra como en 1917, en el frente de guerra entre Yser y Verdun (Francia) intuyó el concepto “Noosfera” a causa de la inmensa marea de personas (cientos de miles) en la que él estaba inmerso. Tarda diez años en escribir sobre el concepto de Noosfera que elabora por semejanza con el concepto Biosfera” de Eduard Suess (1831-1914).

Percibió en esa importante “experiencia de la Guerra”, “la realidad y la organicidad de las magnitudes colectivas”. En este caso, la realidad de un pensamiento, si no colectivamente organizado en su totalidad, sí con momentos en que se resalta “con un resplandor y una consistencia crecientes, la esencia, o, mejor dicho, el Alma misma de la Tierra.

2.- La trama de la Noosfera

Teilhard sintetiza sus ideas sobre la Noosfera: “Se totaliza absolutamente sobre sí misma” a modo de una esfera. Así pues, a “la multitud desordenada de los vivientes” le supone Teilhard que tenga unicidad, es decir, no hay varias “noosferas”, al igual que no hay varias “atmósferas” o “biosferas” en el planeta Tierra.

Enumera tres grados en la Trama noosférica: a) en la raíz. Disposición “sui generis, de la sustancia cósmica a enrollarse sobre sí misma”. b) en el camino, “punto crítico de reflexión, que desencadena el cortejo completo de las propiedades específicas de lo Humano”. Finalmente: “difundidos, por efecto de Reflexión, en la médula misma de lo noosférico, una exigencia y un germen de completa y definitiva inalterabilidad”.

Cuenta cómo, cuando era joven estudiante de Física pretendía desentrañar (cuando fuera mayor) los secretos de la gravedad de los cuerpos (siguiendo la tradición de Galileo y de Newton). Sin embargo, ha descubierto la Noosfera. Se entusiasma con este concepto que, (nosotros suponemos) él prevé se llenará de contenido y tendrá una importancia decisiva.
3.- La evolución de la Noosfera

Dice que la Noosfera sigue evolucionando, no está parada como un cuerpo móvil cuando está “en punto muerto”. La evolución de la Noosfera hay que estudiarla como una antropogénesis (el proceso de evolución humana) ya que la humanización continúa incluso en la actualidad. Enlaza pues con la ciencia social que es la Historia: “La humanización aún prosigue”. Y es un proceso que “generador del pensamiento en la tierra: (es) un dinamismo de cerebración”. La “Reflexión colectiva está en rápido ascenso al mismo tiempo que una organización más unitaria”

Casi finaliza este epígrafe (último del capítulo II) con un párrafo de 5 líneas, todo él en letra cursiva que, dada la importancia para el autor y el lector, reproducimos aquí: “Zoológica y psicológicamente hablando, el Hombre, percibido finalmente en la integridad cósmica de su trayectoria, no se encuentra aún sino en un estado embrionario..., más allá del cual se perfila ya una amplia franja de ULTRAHUMANO". Y termina satisfecho de haber encontrado “por efecto de la convergencia de) lo Inalterable con que siempre había soñado”.

Nuestro autor ha pasado pues, a lo largo de los años, del “Trozo de Hierro” (eterno para aquel niño) al “Punto Omega” del que escribirá en el tercer y último capítulo, pero del que nos adelanta: “es la Consistencia del Universo la que tengo ahora concentrada (no sabría ahora decir si por encima o en el fondo de mí mismo) en un único centro indestructible, al que puedo amar”.

A partir de ahora va a entrar, definitivamente y sin retorno, en el terreno donde se unen la fe y la ciencia, interpretada ésta última por la fe. Este “Punto Omega” al que se refiere va a ser también, por efecto de su fe religiosa, una persona (Cristo) a la que puede amar. De momento sólo lo insinúa.

La convergencia hacia el futuro: el punto Omega

III.- LO CRÍSTICO, O LO CÉNTRICO

La tercera parte de El Corazón de la Materia, la más extensa, lleva como título general: III.- LO CRÍSTICO, O LO CÉNTRICO.

Se inicia, como en otras ocasiones, con una “Observación preliminar” seguida de una “Reflexión o revelación del Punto Omega”. Teilhard relata que con el nacimiento en su “trayectoria interior” del concepto denominado “Punto Omega” termina su visión: “en busca de la consistencia última del Universo”.

¿Y si yo no hubiera sido creyente? –se pregunta. Le parece que por reflexión, o sea “por simple profundización racional de las propiedades cósmicas de Omega (...) hubiera sido llevado tardíamente en el curso de un proceso final, a reconocer en un Dios encarnado (Cristo) el Reflejo mismo, en nuestra Noosfera”. Pero duda y escribe: “todo esto no son más que suposiciones gratuitas”.

En los tres últimos párrafos de esta “observación preliminar” se congratula de haber nacido “en pleno ‘phylum’ católico”, es decir, en Francia, en la vieja Europa. Ello ha ocasionado en él, tanto el gusto innato por “la fuerza ascensional cósmica”, como por “el flujo descendente (...) de atracción personal y personalizante”. Se refiere al despertar de un “Sentido Crístico” (con mayúsculas iniciales) “cuyas fases me es preciso ahora relatar”.

Y prepara, como suele, el siguiente epígrafe con los siguientes cinco renglones muy apropiados para releer lentamente: “Sentido cósmico y sentido crístico: en mí, dos ejes aparentemente independientes el uno del otro en su nacimiento, y en cuya relación, convergencia, y finalmente, identidad de fondo, sólo después de mucho tiempo y esfuerzo he acabado por percibir a través y más allá de lo Humano”.

El Corazón de Jesús

A su visión del Universo o cosmos le faltaba algo: “Al Punto Omega yo no accedía, en efecto, por vía cósmica y biológica, sino a duras penas” –nos dice. ‘La chispa’ que hizo que su Universo acabara de centrarse y amorizarse –escribe-: “fue indudablemente a través de mi madre, a partir de la corriente mística cristiana, cómo iluminó y encendió mi alma de niño”.
Otros “muchos espíritus bien dispuestos (incluso ávidos) para concebir la posibilidad misma de un amor super-hominizado”, no llegaban a esa realidad espiritual.

En el caso de nuestro autor, describe un “proceso de universalización” con dos fases: a) de “materialización” del Amor divino, y b) de “energificación”, también del Amor divino. Dado que ambas fases (también las llama “gusto por”) tienden a entrar en conflicto acabando el uno con el otro, o viceversa, la solución que se impuso a sí mismo fue: “el ajuste en mí de lo Divino a lo evolutivo”.

Teilhard se explaya en una descripción del papel o función de la piedad materna en su corazón infanto-juvenil. Hace referencia a la devoción en su familia, e incluso en el catolicismo francés al Corazón de Jesús. (En realidad, es algo común a casi todo el catolicismo europeo occidental, la devoción de la divinidad humana de Cristo, centrada en el órgano biológico que tradicionalmente se ha considerado el centro de la vida afectiva. En Francia fue más divulgada esta espiritualidad por apariciones personales a Santa Margarita María Alacoque, 1647-1690, canonizada en 1920).

La devoción al Corazón de Jesús la presenta Teilhard de Chardin con frase entre paréntesis y exclamaciones, de este modo: “(¡sírvase el lector no sonreir!)” y también “una devoción con la que mi madre no dejó jamás de nutrirme, sin sospechar las transformaciones que le haría experimentar mi insaciable necesidad de Organicidad cósmica”. Aquella devoción infantil fue para Teilhard una “primera aproximación a lo Crístico mas allá de Cristo”.

Para terminar con este apartado que podría ser glosado mucho más a fondo, dada la importancia central, no sólo en lo autobiográfico, sino también en todo su esquema reflexivo-afectivo e incluso poético, nada mejor que este párrafo, aunque hay otros muy enjundiosos: “Me sería difícil hacer comprender a qué profundidades, con qué vehemencia y con cuánta continuidad (mucho antes de que se formara explícitamente en mí la noción de “Cristo-Universal”) mi vida religiosa de pre-guerra (1914-1918) se desarrollaba bajo el signo y el asombro del Corazón de Jesús... así comprendido”.


El Cristo Universal


Con breves y sencillas comparaciones describe Teilhard como en su “ego” pagano, hay “un Universo haciéndose persona por convergencia”, al mismo tiempo que en su “ego” cristiano existe una Persona (la de Cristo) universalizándose por Irradiación. Ello, es decir, esta lucha dialéctica en progreso, le produce en su “vida interior” conflictos, caídas y avances continuados.

Pero siempre hay conflictos. El conflicto clave parece ser el choque entre la falsa espiritualidad desencarnada, de otros tiempos, incluso desencarnada de su actualidad vital. Él propone una espiritualidad no enfrentada a la “orientación tradicional”, sino transversal. Lo explica de dos formas diferentes. Una de las dos formas, tal vez la más descarnada y existencial es ésta: “entre el ‘Dios del Hacia Arriba’ y una suerte de ‘Dios del Hacia Delante’, se había entablado una lucha en lo más profundo de mi alma moderna”.

Teilhard se lamenta, conscientemente, de la vía de síntesis que ha emprendido, (a la altura de 1950). Distingue entre “fe ascensional en Dios” y “fe motriz de lo Ultra-humano”. Concluye este texto sobre los conflictos, en los que se ha adentrado por querer avanzar en la Mística cristiana: “Una aventura grande y espléndida, en el curso de la cual sigo frecuentemente teniendo miedo, pero en la que me era imposible no arriesgarme, tan poderosa era la fuerza con que se aproximaban y cerraban gradualmente sobre mi cabeza, en una única bóveda, las capas de lo universal y lo Personal”.

Pero no solo hay conflictos. También hay progresos. A lo largo de este ensayo-síntesis de su obra ha venido escribiendo sobre el “Sentido de la Plenitud” y sobre el “Sentido de la Consumación y de la Compleción, Sentido Plerómico”. Ahora en el tercer y último capítulo de la obra que glosamos se refiere a “la importancia, en rápido crecimiento, adquirida en mi vida espiritual por el Sentido de ‘la Voluntad de Dios’”.

Teilhard hace alusión “a los grandes impactos de Asia y de la Guerra (1914-1918) lo que reflejan en 1924 y 1927, La Misa sobre el Mundo y El Medio Divino”. Y sigue: “todos los rasgos esenciales de mi visión cristo-cósmica se encontraban ya establecidos en aquel tiempo”.

Establece una etapa larga de progresos maduros, que llega hasta el año en que escribe este texto. Se expresa así: “Constituiría la obra y el gozo continuos de los veinte años siguientes, el ver –paso a paso y a la par- reforzarse en torno a mí, la una por la otra, la Densidad crística y la Densidad cósmica de un Mundo cuyo”poder comulgante” aumentaba incesantemente a mis ojos con el “poder convergente””.

Lenguaje comprensible para todos los seres humanos

Es imprescindible leer sus propias palabras. Son muy calculados los vocablos; son muy sintéticas las oraciones gramaticales. Teilhard, hombre crítico con el pensamiento espiritualista – por lo que las mentalidades conservadores lo tachan de “modernismo” - de su época nos narra ahora los ‘progresos’ de su vida interior. ¡Qué bien sabía que aquellas líneas no iban a ser publicadas en letras de molde hasta después de su muerte!

Sentimos respeto ante estos párrafos de una autobiografía espiritual que le costó, no sólo el destierro prolongado (aunque enriquecedor) desde 1923 hasta el año 1950 en que escribe esta obra, y podríamos decir, hasta el final de sus días; sino también la incomprensión de la inmensa mayoría que, podrían haberlo entendido si no hubiera sido por diversas razones ocultas: ¿miedo a la posible inestabilidad personal de la propia fe?, ¿cortedad de miras ante el futuro?, ¿ignorancia científica? En fin, así avanza la historia del pensamiento desde tiempo inmemorial.

Así pues, tras este párrafo y comentario, sólo introducido para provocar un receso, volvemos a la pura síntesis de la obra y nos adentramos en:

El descubrimiento de Dios, o la llamada a Aquel que Viene

Teilhard apunta que, si ha podido escapar tanto de la “materialización progresiva” como de la “deshumanización materializante” ha sido por “haber percibido un día que, en un Mundo previamente reconocido como de esencia convergente, había una tercera vía abierta -¡y era la buena!- en dirección a la Unidad”. Explica, aunque con dificultad, esta afirmación sobre la tercera vía.

Para ello, es necesario introducir un término típicamente teilhardiano: “lo Céntrico”. Lo Céntrico es el ámbito donde se encuentran lo Cósmico, lo Humano y lo Crístico. También en lo Céntrico “se desvanecen las múltiples oposiciones que constituyen la desdicha o las ansiedades de nuestra existencia”.

Lo Céntrico, el centro al cual nos dirigimos nos atrae y hacia él convergemos: “ni disuelve, ni somete los elementos que reúne, sino que los personaliza” e incluso, “la Materia se hace Espíritu, en la medida misma en que el amor comienza a expandirse por doquier”....“Lo Personal en la cumbre de la Evolución”, pero para ello “sería necesaria nada menos que la conjunción de Cristo con el Punto Omega”, es decir, “un abrasamiento general del Mundo por amorización total”. ¡Por amor!

En resumen, Evolución convergente hacia un “Polo supremo de atracción y compleción”. “Toda pasión (e incluso toda visión) muestra una singular inclinación a transformarse en amor”. Y concluye, “el amor tiende gradualmente, según nuestra experiencia a convertirse en la parte principal y, finalmente, en la forma única y suprema. Sola caritas”...“Continúo escrutando sin descanso el futuro –escribe- para ver mejor llegar a Dios”.

El retorno a El Medio Divino

La Trama del Cosmos intensifica en nuestro autor la Presencia de Dios, mediante las fuerzas que él llama de Comunión con ese Cosmos o Universo material. Se está refiriendo a los años veinte del siglo XX en los que escribió el pequeño opúsculo La Misa sobre el Mundo, en 1923 y El Medio Divino, en 1927.

Fue aquel un “periodo aún algo egocéntrico y cerrado de mi vida interior”. Ahora, veintitantos años más tarde, cuando escribe, dice que “la Evolución hominizada” va siendo que “Dios, bajo el efecto mismo de la operación unitiva que le revela a nosotros, de alguna manera, se ‘transforma’ incorporándonos (…) no simplemente a verlo y dejarse envolver y penetrar por Él, sino al mismo paso descubrirlo (…) cada vez más y más”.

Llegando ahora nuestro autor al último punto de esta “especie de autobiografía”, antes de la oración final, nos hace referencia a su desconfianza y sospecha personal “desde la infancia”. No dice específicamente que fuera “el diablo” quien le tentara, sino que la “enigmática fuerza (…) me había habituado a considerar que emanaba, no de Dios, sino de algún Astro rival”.

Vuelve a distinguir, como lo hizo más atrás, además de en otros ensayos, entre la “Fe ascensional hacia un Trascendente y la Fe propulsora hacia un Inmanente; una Caridad nueva en la que se combinan, divinizándose, todas las pasiones (y acciones) que mueven la Tierra”.

Cita ahora el Nuevo Testamento, (aunque ya El Medio Divino también contenía bastantes citas bíblicas) concretamente a San Pablo. No especifica la carta, ni el capítulo pero escribe entre paréntesis “conforme con el espíritu de San Pablo”.

Añade que el mundo (cosmos) no sólo ha sido creado por Dios como algo extrínseco, “por benevolencia desbordante, de la suprema eficiencia divina”, sino que también ha sido creado como “un misterioso producto” para que llegue a ser completado y acabado para el Ser Absoluto mismo: Dios. El Mundo es pues, “el Ser participado de pleromización y convergencia”.

Sigue, tras exponer la teoría, haciendo una crítica que no es otra que la que nos hacen los gentiles a los cristianos: “la idea de Dios se encuentra detenida y como atrofiada para nosotros en su evolución”.Resume la crítica de los gentiles, escribiendo que nuestro Cristo, al no creer verdadera y consecuentemente en Él como realmente “encarnado en el mundo”, o al menos no lo explicamos bien, es una especie de “Cristo reductor de Dios…”.

El último epígrafe o titular, fuera de la numeración de los epígrafes anteriores, como colofón de esta obra va a ser una oración, evidentemente personal e íntima. Los teilhardianos la conocen o han oído hablar de ella, se titula: Oración al Cristo siempre mayor. Ocupa tres páginas de denso contenido y va entrecomillada por el autor de principio a fin. Es una preciosidad, literaria, espiritual y mística. Recomendamos al lector su lectura reposada…

Teilhard en el Corazón, sesenta años después

Hace 60 años, en el verano de 1950, Teilhard aprovechaba las vacaciones en la casa familiar para redactar su testamento espiritual, El Corazón de la Materia.

Para poder llegar con más claridad a los pliegues de su alma, nada mejor que la reflexión de un teólogo que lo conocía bien. El volumen que incluye El Corazón de la Materia está precedido por un prólogo de N. M. Wildiers. Este franciscano holandés, doctor en Teología, ha prologado o introducido diversas obras de Teilhard, como El Porvenir del Hombre, El Fenómeno Humano y el Himno del Universo.

Ya participaba a los pocos años de su muerte en los tempranos coloquios públicos sobre su pensamiento espiritual: en Milán, mayo de 1965, el libro que salió de aquellos coloquios se tituló Le Message Spirituel de Teilhard de Chardin.

Wildiers tiene la buena costumbre de ser breve y conciso en sus prólogos. No obsta la brevedad para que cite a diversos y cualificados pensadores del área lingüística anglo-francesa que, van corroborando, o al menos no niegan, con sus investigaciones, la verosimilitud real de los aspectos más importantes de la filosofía evolutiva general teilhardiana: el paleontólogo Jean Piveteau, que conoció personalmente a nuestro autor; el biólogo Pierre Grassé; François Meyer y otros.

N. M. Wildiers califica El Corazón de la Materia, así como su último ensayo Lo Crístico, como “dos obras maestras”. Sobre la oración final “al Cristo siempre mayor” dice el prologuista que “es inigualada hasta el día de hoy (escribe en 1976) en su profundidad mística, como en el alcance de la ciencia que implica y en la belleza de la expresión”.

Es evidente que los editores han presentado en español esta obrita cuando el grueso de la traducción de la obra ensayística teilhardiana al español estaba ya concluido. Ello es un acierto ya que se puede considerar El Corazón de la Materia como una obra de síntesis. Es la síntesis de un pensamiento y su trayectoria, pero también de una vida dedicada a abrir caminos de investigación. El realismo del científico, así como sus intuiciones prospectivas de futuro, se perciben cada vez más a la altura de 1950-1955. Este último el año de su muerte.

Tal vez podamos ver una relación entre la actual fase de globalización del conocimiento a través sobretodo de internet, y la convergencia final a la que Teilhard se refiere, si no fuera porque los caminos abiertos de la Historia siguen ignotos para la inmensa mayoría de los mortales, incluido el que suscribe. Además, nuestro autor tiene tal sesgo teológico y finalista en su pensamiento que, no podemos atisbar, más que borrosamente el fin de los tiempos o como él dijo: “la Llamada de Aquel que Viene”.

Teilhard y Darwin: dos testamentos vitales

Comparamos aquí el ensayo El Corazón de la Materia, salvando lógicamente las distancias, con la Autobiografía de Charles Darwin. El naturalista inglés la subtituló Recuerdos de la Evolución de mi Espíritu y de mi Carácter. Darwin contaba 67 años cuando la dictó a su hijo. Teilhard cuando escribe El Corazón de la Materia, ha cumplido ya los 69 años. Ambos textos son breves y analítico-sintéticos. Y están escritos con el distanciamiento propio de los que ven la vida como un continuo movimiento evolutivo al que se van incorporando generaciones y generaciones.

Darwin, ironías del destino, murió en abril de 1882, meses después del nacimiento de nuestro autor, en mayo de 1881. El desarrollo del evolucionismo desde lo biológico a lo cosmológico, tanto hacia el futuro, como descubriendo su pasado, quedaría garantizado como corriente de pensamiento e hipótesis generalizada. Una hipótesis que puede tener mucho como Didáctica de toda la Realidad. Tanto de la del pasado, a través de millones de años, como de la que nos rodea en la actualidad, que es el resultado de aquel.