martes, 30 de marzo de 2010

QUIEN SOY YO? POR QUÉ ESTOY YO AQUÍ?


http://eraofpeace.org

Estamos en el medio de lo que parecen ser desafíos abrumadores. Durante este tiempo muy difícil, la gente por todo el mundo se está sintiendo indefensa e incapaz de cambiar o hasta incluso hacer frente a las cosas negativas que están sucediendo en sus vidas individuales y en las vidas de las personas alrededor del globo. Con desesperanza, billones de personas están enviando sinceras súplicas pidiendo a Dios por ayuda. A través de la misericordiosa Gracia de Dios nuestras oraciones han sido escuchadas y ellas están siendo contestadas de formas sin precedentes!

Nuestro Padre-Madre Dios le ha dado a los Seres de Luz en los Reinos de la Verdad Iluminada permiso para que vengan a través del velo para encontrarnos a mitad de camino. En el interior de los Reinos Celestiales, estos Seres de Luz desinteresadamente prestan servicio como mensajeros de nuestro omnisciente, omnipotente, omnipresente Dios —el YO SOY Cósmico—Todo lo que Existe. Ellos funcionan desde los niveles más elevados de Integridad y Verdad. Estos mensajeros desinteresados de Dios están brindando a la Humanidad información específica acerca de lo que está sucediendo sobre el planeta en este tiempo. Esta información esclarecedora está diseñada para ayudarnos a todos a ver la imagen mayor que elevará nuestros corazones y transformará el sendero que estamos pensando y sintiendo acerca de la difícil condición de la Humanidad. Con este elevado nivel de comprensión, hasta el caos comienza a tener un sentido perfecto.

Es imposible sentirse indefenso o desesperanzado una vez que aprendemos la Verdad que está contenida dentro de estas participaciones celestiales. No solamente no estamos indefensos sino que somos poderosos más allá de nuestro conocimiento. Este es el momento para el que todos nos hemos estado preparando. Las compuertas del Cielo se han abierto y la Compañía del Cielo está de pie en preparación esperando la oportunidad para intervenir en nuestras vidas de formas nuevas y poderosas. Todo lo que debemos hacer es pedir para recibir esta asistencia desde Lo Alto.

La información increíble y transformadora que está siendo brindada a la Humanidad en este tiempo está inundando el estrato mental de la Tierra. Está disponible para cualquiera que esté deseoso de elevarse en consciencia y conectarse hacia los Reinos de la Verdad Iluminada.

Para ayudar con la distribución de este Conocimiento Sagrado proveniente de los Seres de Luz, hemos estado de acuerdo en publicar un libro que revele la impresionante Verdad acerca de lo que está sucediendo en todas nuestras vidas en este mismo momento. El título de nuestro nuevo libro es “Quién soy Yo? Porqué Estoy Yo aquí?”

Ustedes están aquí por una razón y todo lo que necesitan para lograr su propósito y razón de existencia ya está en su interior. Todo lo que deben hacer es recordar.

El Intento Divino de este libro no es sólo compartir esta información que no tiene precio, con ustedes, sino enseñarles cómo ir a su interior dentro de la Divinidad de su propia Flama Corazón donde ustedes accederán en forma directa a este Conocimiento Sagrado para ustedes mismos. Contenida en el interior de estas Verdades sagradas están las soluciones viables a todas las dolencias que existen tanto en nuestras vidas individuales o colectivas.

Su Presencia Dios ha atraído el conocimiento de este libro hacia su esfera de consciencia, porque es tiempo de que ustedes recuerden quiénes son y porqué están ustedes aquí en la Tierra en este momento. Mientras examinan las páginas de este libro, ustedes sentirán la Presencia de Dios en el interior de ustedes tomando plenamente dominio de su vida. Un nuevo nivel de claridad y comprensión se despertará en el interior de su corazón y de su mente. Mientras recuerdan quiénes son y porqué están aquí, ustedes comenzarán a “ver con nuevos ojos y a escuchar con nuevos oídos.”

lunes, 22 de marzo de 2010

Seres de evolucion Superior





Que las bendiciones del Padre Cósmico impregnen vuestra vida de amor, armonía y sabiduría.

La función de los seres de luz que están vibrando en la frecuencia de la Magna Octava del amor divino es educaros y transmitiros pautas para que vayáis integrando los paradigmas espirituales universales. En este punto de vuestro ciclo evolutivo es importante que recapituléis y evaluéis vuestro nivel de evolución espiritual que habéis obtenido hasta el momento presente. Son muchos los que se identifican con la luz, pero pocos los que realmente están vibrando en ella. Vibrar en la luz es un estado de conciencia que requiere compromiso, trabajo personal y espíritu de servicio desinteresado.

En la actualidad estáis siendo bombardeados por una avalancha de información espiritual que os desborda y que a veces genera conflicto, porque se están divulgando determinados conceptos que no se corresponden con la realidad. Son diversos factores los que contribuyen a tergiversar la realidad y el sentimentalismo, motivaciones personales del canal e infiltración de las fuerzas de la oscuridad están eclipsando la información. Además, hay que considerar que no tenéis una comprensión real y profunda de lo que implica la espiritualidad, que está más allá del sentimentalismo y motivaciones personales. El crecimiento y la evolución espiritual es el elemento predominante que impulsa el universo y los mundos de evolución superior que vibran en sintonía y sinergia con ese paradigma.

Mientras sigáis manteniendo anclajes emocionales, psicológicos, intereses personales, identificación con el plano físico y un anhelo por disfrutar de mejores condiciones existenciales y prestaciones espirituales, no será posible que crucéis la frontera del ego y del autoengaño. Nuestra misión es independientemente del formato que utilicemos, que es transmitiros las pautas de acción y guía para establecer la verdad, aunque no sea de vuestro agrado, porque los egos sin sublimar no la aceptan. Una herramienta para evaluar el nivel de sublimación del ego involucionista que podéis utilizar es hasta qué punto reaccionáis positiva o negativamente ante la información que activa vuestros egos y refuerza vuestra resistencia al cambio. La alquimia espiritual es el proceso de transmutación y dilución de aquellos aspectos de vuestra vida que no fomentan integridad, sinceridad y actitud de servicio y renuncia hacia todo aquello que obstruye vuestra conexión con Dios y con la evolución espiritual.

El concepto de espiritualidad, que está muy de moda en vuestro planeta, es bastante cómodo y sugerente, porque no desafía al ego involucionista, donde el esfuerzo es mínimo y la transformación es una cuestión fundamentada en nutrir y enmascarar más los aspectos sombra de vuestra vida. No es fácil interactuar con vosotros, conscientes de la resistencia que tenéis a enfrentaros a la verdad y lo que esto implica, y no todos estáis dispuestos a aceptarlo, a no ser que se os garantice mejores prestaciones y condiciones evolutivas. Como podéis observar, sois un colectivo conflictivo y con una marcada tendencia hacia la negatividad o hacia aquello que desafíe y ponga en peligro vuestros conceptos, actitudes, hábitos y conductas que son discordantes y que no vibran en sintonía y sinergia con los paradigmas de la luz. En base a esta tesitura, los seres de luz tenemos que utilizar diversas estrategias para exhortaros e inspiraros a que os despojéis de todo aquello que vosotros consideráis positivo y que os produce cierto grado de satisfacción y placer. La espiritualidad es algo muy distinto, y no tiene nada que ver con las concesiones que a veces hacemos, sino con el “Desafío, el Compromiso y el Trabajo Personal”. Sin esfuerzo, disciplina y espíritu de servicio no existe evolución espiritual. Esto es un axioma de la evolución cósmica que debéis tener muy claro, si realmente deseáis progresar espiritualmente y no sumergiros gradual e imperceptiblemente en los planos del ego involutivo que es muy sutil y poderoso. No sois capaces de hacer algo a no ser que obtengáis algún tipo de retribución económica, emocional, psicológica o espiritual. Los maestros y seres de luz no eligieron la senda del crecimiento espiritual con la expectativa de obtener algo a cambio, ni siquiera progresar espiritualmente, sino como un acto de servicio, convicción y conocimiento de que, como seres de luz, su función era servir a la luz incondicionalmente. Este paradigma espiritual predomina en las altas esferas de la luz cósmica, y nosotros vibramos en sintonía y nos regimos por él.

Actuar como un ser de luz no es lo mismo que pensar o tener el conocimiento de la naturaleza intrínseca del ser, sino que la conducta y las actividades son las que marcan la diferencia. Hacemos énfasis en este aspecto, porque en términos generales el colectivo de operadores de luz no está alineado con los paradigmas conductuales que deseamos transmitir. Hasta el momento presente hemos realizado muchas concesiones con el objeto de captar vuestra atención e inspiraros, conscientes de vuestro historial evolutivo como seres en estado de rectificación evolutiva y oposición a la luz. El que ahora estéis buscando la conexión con la luz no quiere decir que en el pasado la hayáis tenido, porque son muchos los ciclos y errores evolutivos que habéis cometido y experimentado. Ahora se os está brindando la oportunidad de modificar por completo vuestra trayectoria evolutiva y vosotros elegís dónde deseáis vibrar.

Los tiempos del cambio están presionando vuestro proceso evolutivo, y la intensidad irá incrementando a medida que se aproxime el alineamiento galáctico. La propia dinámica evolutiva os impulsará a alinearos con alguna de las dos polaridades, y los que elijan la luz, tendrán que demostrar e integrar la frecuencia y energía vibratoria que se está instalando en la Tierra. No será suficiente con formar parte del colectivo de luz, sino que tendréis que incorporar los paradigmas y dinámicas evolutivas que se requiere para sintonizaros con ellas.

Actuar como seres de luz es una gran responsabilidad y gran honor para aquellos que realmente deseen integrarse en el colectivo de los mundos de evolución superior. El ser de luz actúa, siente y piensa teniendo en cuenta su vínculo con el plano divino y la responsabilidad de impulsar la evolución cósmica y su evolución personal. La acción y la conducta son las características fundamentales de aquellos que vibran en sinergia y sintonía con los paradigmas de evolución superior, y no el conocimiento que se tenga. Actuar como un ser de luz es estar dispuesto a penetrar y diluir los aspectos sombra de vuestra vida, aunque suponga crisis y sufrimiento, consciente de la responsabilidad que se tiene con el crecimiento espiritual y la evolución cósmica. No todo lo que resplandece es luz, ni el aspecto externo ni las palabras son la evidencia de vibrar en la luz, sino la conducta personal que se rige en base a los paradigmas de evolución superior. Esto implica, amados seres cósmicos, estar dispuestos a despojaros de todo aquello que fomente resistencia, separación, agresividad, egocentrismo, manipulación, explotación, deshonestidad e hipocresía. Estos condicionamientos evolutivos no son fáciles de diluir, pero la integridad, la sinceridad y el espíritu de transformación son la herramienta evolutiva que está a vuestra disposición.

El desafío no se fundamenta en las circunstancias externas ni en los eventos geofísico-magnéticos que se puedan producir, sino en afrontar con honor, intrepidez y honestidad las sombras que hay en vuestro interior. En nombre de Dios, se cometieron infinidad de atrocidades en vuestro planeta. En la actualidad, la espiritualidad se ha enmascarado y desvirtuado de diversas formas, hasta el punto de corromperla. Las fuerzas de la oscuridad han contribuido a ello, sirviéndose de vuestra colaboración, conscientes de vuestro linaje de insurrección evolutiva y marcada tendencia al fraude y la corrupción espiritual. Actuar como seres de luz es admitir que “Las Sombras Están en Vuestro Interior” y que de alguna forma os aportan algún tipo de beneficio y satisfacción personal, de lo contrario ya las habrías transmutado. Obviamente, sois seres de luz, pero vuestra tendencia y frecuencia vibratoria es negativa, lo cual es el origen de vuestra crisis, conflictos y sufrimiento.

Actuar como seres de luz no es crear un colectivo legalizado oficialmente con la finalidad de que el mundo sea mejor, sino que comprendáis que sois hijos de Dios y, como tales, es vuestra responsabilidad reconectaros con el Padre Cósmico. Esto implica aceptar que como esencias divinas hemos sido diseñadas para amar y servir al Creador Infinito, la fuente del amor, la belleza y el gozo infinito. Los seres de luz sólo viven con este objetivo, sin aspiraciones ni expectativas personales de ningún tipo. ¿Estáis dispuestos a eso o habéis elegido la senda espiritual para obtener mejores condiciones existenciales y prerrogativas divinas que convergen en el egocentrismo y la satisfacción personal? Actuar como un ser de luz implica plena rendición a los designios divinos sin expectativas personales, y un intenso anhelo por transformarse y contribuir a la expansión de luz interior y la evolución cósmica. Sólo así seréis felices, y comprenderéis quiénes sois en realidad y cuál es la finalidad de la vida y la evolución.

La ascensión espiritual es un estado de transformación interior mediante el cual somos conscientes de la diferencia que existe entre nuestro Ser Divino y las expresiones físicas densas o sutiles de la energía cósmica. En el momento actual estáis existiendo en dos planos que coexisten simultáneamente: el plano físico o material y el plano espiritual. La ascensión espiritual no está relacionada con la transustanciación de la materia, aunque es un efecto de semejante proceso. Hay muchas personas dentro del ámbito de la nueva era que piensan que la ascensión espiritual está relacionada con la traslación del cuerpo físico a un plano de dimensión superior. Aunque esto se puede producir, y yo fui un ejemplo vívido de ello, no es la esencia ni finalidad del proceso. También existe otro sector de operadores de luz que piensan que la ascensión espiritual es irse a dimensiones superiores para experimentar y disfrutar de la forma de vida que existe en esos planos. Esto también es una consecuencia de la expansión y depuración de la conciencia.

Las personas sin recursos confían más en Dios que las personas con dinero


El estatus social influye en las creencias religiosas, según un estudio

La mayoría de los norteamericanos cree que Dios se ocupa de su bienestar y que está directamente implicado en sus asuntos personales, señalan los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Toronto. Por otro lado, el presente estudio, en el que participaron más de 1.720 personas, ha revelado que hay una relación entre la fe en la intervención divina en lo cotidiano y el estatus socioeconómico de la gente: los pobres suelen creer más que los ricos en que Dios les ayuda y protege. Según los investigadores, conocer el contenido de las creencias religiosas es importante desde un punto de vista sociológico

La mayoría de los norteamericanos cree que Dios se ocupa de su bienestar y que está directamente implicado en sus asuntos personales, señalan los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Toronto, en Canadá.

Según un comunicado emitido por dicha universidad, en el presente estudio se utilizaron datos de dos encuestas nacionales recientes para analizar las diferencias en las creencias sobre Dios y la influencia de éste en la vida cotidiana.

Estas encuestas fueron The Baylor Religion Survey (BRS) de 2005, a la que respondieron un total de 1.721 personas, y la Bureau of the Census Current Population Survey de 2007, a partir de la que el autor del estudio, el psicólogo de la Universidad de Toronto, Scott Schieman, tomó información sobre el sexo, la raza, la región, la edad y la educación de los encuestados.

La fe en porcentajes

En un artículo, publicado por Schieman, en la revista especializada Sociology of Religion, se explica que las diferencias en la forma de entender la influencia de Dios en la vida diaria fueron consideradas en todos los niveles socioeconómicos y de compromiso religioso, dentro de la muestra de población analizada.

El análisis de todos los datos permitió establecer los patrones de relación entre las creencias religiosas y ciertas características determinadas, como la educación o el nivel de ingresos de estos individuos.

Algunas de las informaciones que arrojó el estudio fueron las siguientes: en general, la mayoría de la gente cree que Dios influye mucho en los hechos y los resultados de sus vidas.

Más concretamente, el 82% de las personas encuestadas afirmó depender de Dios como medio de ayuda y guía para tomar decisiones.

Por otro lado, el 71% de los encuestados dijo creer que las cosas malas o buenas que les habían ocurrido eran, simplemente, parte de los planes que Dios tenía para ellos; y el 61% afirmó creer que Dios había determinado la dirección y el curso de sus vidas.

El 32% de los encuestados, por último, estuvo de acuerdo con la siguiente afirmación: “no tiene sentido hacer muchos planes porque, en última instancia, mi destino está en manos de Dios”.

Más fe en las clases sociales más bajas


Schieman señala que, en general, el nivel socioeconómico y el nivel cultural pudieron relacionarse negativamente con las creencias de control e implicación divina en la vida cotidiana, salvo en el caso de las personas que afirmaron tener un compromiso religioso, es decir, estar más implicadas en sus religiones respectivas.

Según el investigador, se suele pensar que las personas que pertenecen a clases sociales más altas tienden más a rechazar la idea de intervención divina en sus vidas, pero el análisis de los datos demuestra que esto es cierto sólo en el caso de aquellas personas que no siguen una vida religiosa.

La gente religiosa que sí participa de los rituales y de las costumbres de su propia religión presenta el mismo nivel de fe en la intervención cotidiana de Dios, independientemente de la clase social a la que pertenezcan.

Por el contrario, los individuos que pertenecen a clases sociales bajas tienden a manifestar niveles más altos de creencia en la implicación y control divinos en sus vidas, incluso cuando estos individuos presentan bajos niveles de participación en los rituales religiosos.

Investigación social necesaria

Los patrones encontrados en este estudio coincidieron, en general, con la idea previa de que los grupos con bajos niveles económicos tienden a mantener creencias religiosas más ortodoxas que los individuos de alto nivel socioeconómico.

Schieman afirma que con la presente investigación se ha extendido el análisis social al análisis de los modos con que las personas de diferentes estratos sociales contemplan la influencia de Dios en sus vidas cotidianas.

Dada la presencia de Dios en la cultura americana actual, especialmente en algunas áreas del discurso político, el psicólogo cree que resulta cada vez más importante comprender cómo perciben los ciudadanos la influencia divina, así como documentar, describir e interpretar dicha percepción.

La fe en Dios sigue estando extendida y siendo muy influyente en la sociedad americana contemporánea. Sin embargo, poco se sabe sobre los contenidos de las creencias religiosas de la población y las formas en que éstas de distribuyen en los diversos estamentos sociales, señala el psicólogo.

También control personal

Éste no es el primer estudio que Schieman realiza sobre la religión y ciertas condiciones humanas. En una investigación anterior, el psicólogo estableció una relación entre el nivel de compromiso con los rituales religiosos –como la oración o la asistencia a servicios religiosos- con el sentido de control personal sobre hechos que acontecen en la vida cotidiana.

Entonces, una encuesta realizada a 1.800 personas, reveló que aquellas personas que creían en Dios pero que no eran muy devotas informaban de un sentimiento bajo de control personal sobre sus vidas.

Por el contrario, aquellos individuos que creían que Dios influía en sus vidas cotidianas, y que estaban comprometidos con los rituales de sus religiones, se sentían más capaces de ejercer control sobre sus propias vidas.

Para Schieman, estos resultados resultan especialmente importantes dada la situación económica actual, en que mucha gente está perdiendo su trabajo o sufriendo problemas económicos. Según él, algunas personas se sienten incapaces de cambiar ciertos hechos de su vida, mientras que otras personas encuentran apoyo en sus creencias.

lunes, 15 de marzo de 2010

Otros Papas corruptos


Inocencio XII


Bonifacio VII


Benedicto VIII


Juan XII



ALGUNOS PAPAS IMPÍOS DE LA EDAD MEDIA

La prueba de que el Papado era todo menos santo es su vergonzosa historia entre los siglos VIII-XIV.

Veamos algunos ejemplos que fueron ocultados por la Iglesia Católica y sacados a la luz en este siglo:

El Papa Sergio II (904-911 d.C) quien obtuvo la oficina papal por medio del asesinato, y quien fuera llamado “el Papa Monstruo”.

El Papa Juan XII (931-935 d.C) fue muy corrupto y no tenía respeto por las mujeres solteras, casadas o viudas. Éste fue asesinado por un marido celoso.

El Papa Bonifacio VII (984-985 d.C) fue un ladrón, asesino y sucio. Envenenó al Papa Juan XIV y más tarde él mismo fue envenenado.

El Papa Benedicto VIII (1012-1024 d.C) tomó el oficio papal por un chantaje.

El Papa Benedicto IX (1033-1045 d.C) fue elegido Papa a los doce años por medio de arreglos monetarios. Más tarde, aún siendo joven, cometió crímenes, homicidios, y adulterios en pleno día.

El Papa Inocencio XII (1194-1216 d.C) fue homicida de un millón de “herejes” al crear la “santa inquisición”.

El Papa Bonifacio VIII (1294-1303 d.C) practicó la brujería, llamó mentiroso e hipócrita a Jesús, dijo ser ateo, y negó la vida futura. Fue homicida y pervertido sexual. Durante el reinado de este vil Papa, Dante visitó Roma y la describió como “el alcantarillado de la corrupción” y puso a Bonifacio VIII (junto con el Papa Nicolás III y Clemente V) en “las profundidades del infierno.”

El Papa Juan XXII (1410-1415 d.C) fue acusado por 37 testigos---obispos y sacerdotes en su mayoría--- de fornicación, adulterio, incesto, sodomía, hurto, y homicidio. Violó a 300 monjas.

El Papa Sixto IV (1471-1484 d.C) tuvo dos hijos ilegítimos de su manceba Teresa a los cuales hizo cardenales.

El Papa Inocencio VIII (1484-1492 d.C) tuvo 16 hijos de varias mujeres.

El Papa Alejandro VI (1492-1521 d.C) ganó el papado con chantajes. Cuando era Cardenal y Obispo vivió en pecado con Vanezza de Catanei. Vivió en incesto con sus dos hermanas y con su propia hija. El 31 de Octubre de 1501 hizo una orgía sexual en el Vaticano. Sólo se preocupó por los intereses materiales para sus hijos y a ganar más territorios para su familia.

El Papa Pablo III (1534-1549 d.C) siendo cardenal tuvo cuatro hijos, y en el día de su coronación celebró el bautismo de sus dos bisnietos.

El Papa León X (1513-1521 d.C) fue Papa a los trece años y bendijo la muerte por fuego a los herejes. En esta época Lutero visitó Roma y se asqueó por todo lo que vio y oyó. ¿Se puede creer que los Papas eran infalibles “excátedra” siendo inmorales y muy alejados de Cristo y su palabra? Por eso los protestantes no creen en el catolicismo. Para mayor información sobre el escandaloso papado, lea el libro de E.R, Chamberlein, “Los Papas Malos”.al parecer tienen pilas buenas,,,, porque siguen.......y siguen.....y siguen...

Siempre ha habido corrupcion en la iglesia


La Era de la Pornocracia del Papado Romano

El papa Sergio II que reinó del 904 al 911 obtuvo la oficina papal por medio del asesinato. Este papa es descrito por el Cardenal Baronio y otros escritores eclesiásticos como un monstruo y por Gregorio como un criminal aterrorizante. Dice un historiador: “Por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina,imitando a Semíramis madre, Reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio”
(Italia Medieval, pag. 331) Refiriéndose a otra, dice: “Esta mujer -Teodora de nombre, junto con su hijaMarozia, la prostituta del Papa. Llenaron la silla papal con sus hijos bastardos y convirtieron su palacio en un laberinto de ladrones.” Y así, comenzando con el reino del papa Sergio, vino el periodo (904-963), conocido como “el reinado papal de los fornicarios”.

Antiguo amigo del desquiciado Esteban VI, Sergio era de su misma ralea. Desde su juventud se vio implicado en la lucha de facciones que hizo de este periodo uno de los más turbulentos y escandalosos de la historia del Papado. Fue nombrado obispo de Cerveteri por el papa Formoso, más tarde declarado hereje por su sucesor el papa Esteban VI.

Sergio III prendió al antipapa Cristobal y al anterior papa Teodoro II, al parecer, los hizo estrangular. Desde entonces gobernó Roma como un señor feudal, favoreciendo especialmente a sus partidarios. Condenó la memoria de todos sus antecesores, desde Esteban VI, considerándolos antipapas. Asesino de sus predecesores, inauguró un período del papado al que el cardenal César Baronio designaría, a principios del siglo XVIII, con el famoso nombre de «pornocracia». Fueron mujeres las que gobernaron en Roma, y los Papas no fueron más que juguetes de sus ambiciones políticas y de sus pasiones personales.

Había sido elegido Papa en el 897 por primera vez por los enemigos del difunto Formoso, pero Lamberto de Espoleto le forzó a ceder el trono pontifício a Juan IX. Desde entonces, retirado en los dominios del margrave Adalberto de Toscana, Sergio esperaba su hora para volver a sentarse en el trono papal.

Nombrado obispo por el papa Formoso, fue sin embargo uno de los participantes en el "concilio del cadáver" que se celebró contra dicho pontífice a instancias del papa Esteban VI y que finalizaría con la exhumación y profanación del cadáver. Excomulgado y exiliado hasta que el papa León V revocó la excomunión y pudo volver a Roma en 901 --1--

Un tal Teofilácto, se había propuesto imponerse a la nobleza romana. Simple juez en el año 901, se autoadjudicó los títulos de cónsul, duque y senador del pueblo romano. En realidad, era su esposa, Teodora la Mayor, y sus dos hijas, Teodora la Joven y Marozia, tan libertinas como ambiciosas, las que lo controlaban todo. Teodora, calificada de “cierta ramera sin vergüenza” en el Antapodosis, crónica de la época escrita por Liutprando de Cremona. Esta mujer, esposa de Teofilacto, por real voluntad hizo que el pontífice Sergio III (“el peor que haya tenido la Iglesia Católica”) depusiera y asesinara al anterior ,papa Cristóbal, declarándolo antipapa, declaración que extendió a los tres papas anteriores. Y más tarde convirtió en el pontífice Juan X , a uno de sus amantes, un humilde clérigo cuando le había conocido. A continuación, seguramente obsesionado por lo sucedido con el papa Formoso, Sergio y sus comparsas proclamaron una vez más la invalidez de todas las ordenaciones conferidas por aquel Pontífice. ( Ningun Obispo en funciones podía cambiar de diócesis)

Las únicas relaciones que tuvo Sergio III con Bizancio (sede política) fueron para autorizar al emperador León VI que se casara por cuarta vez. Tanto el derecho civil como el derecho eclesiástico prohibían ya un tercer matrimonio. También el patriarca de Constantinopla se había opuesto al emperador cuando éste quiso casarse, en cuartas nupcias, con Zoé Carbonopsina a fin de legitimar a su hijo, heredero del trono.

Sergio III tuvo como amantes a la esposa de Teofilacto ,Teodora la Mayor y a la hija de este Marozia, con la que tuvo un hijo, el futuro papa Juan XI, y que se convirtieron en las verdaderas gobernantes de Roma durante varios decenios. Sergio III falleció el 14 de abril de 911.

Durante los siete años que ocupó la sede de Pedro, Sergio III se plegó dócilmente a los caprichos de Teodora y, sobre todo, a los de su hija menor, Marozia. Ésta se había casado en el 905 con Alberico de Espoleto, pero eso no fue obstáculo para que fuera bastantes años amante del Papa, y que le diera un hijo, el futuro papa Juan XI, al que su propia madre mandaría encarcelar pasado el tiempo.

Papas que fueron casados

San Félix III 483-492 (2 hijos)

San Hormidas 514-523 (1 hijo)

San Silverio (Antonia) 536-537

Adriano II 867-872 (1 hija)

Clemente IV 1265-1268 (2 hijas)

Félix V 1439 1449 (1 hijo)

Papas que fueron hijos de otros papas u otros miembros de clero


San Damasco I-366-348

San Lorenzo, sacerdote

San Inocencio I-401-417

Anastasio I

Bonifacio-418-422


Hijo de un sacerdote

San Félix-483-492
Anastasio II-496-498
San Agapito I-535-536
Gordiano, papa
San Silverio-536-537
San Hormidas, papa
Marino-882-884

Papas que tuvieron hijos ilegítimos después de 1139


Inocencio VIII-1484-1492-varios hijos

Alejandro VI-1492-1503-varios hijos

Julio-1503-1513-3 hijas

Pablo III-1534-1549-3 hijos, 1 hija

Pío IV-1559-1565-3 hijos

Gregorio XIII-1572-1585-1 hijo

martes, 9 de marzo de 2010

Los individuos religiosos son más amables pero menos extrovertidos


La religiosidad aporta ciertos recursos a la sociedad, mientras que otros proceden de creativos y revolucionarios

Un meta-análisis de docenas de estudios que vinculaban ciertas características de la personalidad humana con la religiosidad ha revelado que las personas religiosas son, en general, más amables y rectas, pero también menos extrovertidas y abiertas. Según el autor de la investigación, estos resultados sugieren que la religión puede facilitar ciertos recursos a la sociedad, pero que otros escapan a su ámbito, como aquéllos que aportan los creativos, los rebeldes o los revolucionarios. Ambas aportaciones han sido, sin embargo, siempre necesarias para el desarrollo y el mantenimiento de la sociedad
n análisis reciente realizado por el científico de la Universidad belga de Louvain, Vassilis Saroglou, especializado en la investigación de la personalidad y de la psicología religiosa, ha revelado que la religiosidad está relacionada generalmente con la amabilidad y con la rectitud.

Saroglou realizó un meta-análisis que consistió en combinar estadísticamente los resultados de docenas de estudios anteriores para sustraer de ellos ciertas tendencias de la personalidad.

En total, el investigador revisó 63 estudios realizados en todo el mundo, buscando en ellos el llamado Modelo de los cinco grandes.

Más amables y rectos

En psicología, este modelo es el más extendido para medir la personalidad y describe ésta como formada por cinco factores amplios o dimensiones: extroversión, amabilidad, rectitud, neurosis y apertura.

Uno de los hallazgos del meta-análisis de Saroglou fue que, independientemente de la religión, de las áreas culturales y de los grupos sociales estudiados, las personas que más alto puntuaron en amabilidad fueron las mismas que señalaron ser más religiosas.

La amabilidad es considerada como el acto o el estado de comportamiento caritativo hacia otras personas.

En este aspecto, el estudio de Saroglou constató, sin embargo, importantes diferencias culturales. Así, reveló, por ejemplo, que los individuos más religiosos de Europa son menos amables que los más religiosos de América. Por otro lado, las personas europeas más religiosas tienen una mentalidad más cerrada que los europeos no religiosos.

En lo que se refiere a la rectitud, considerada ésta como conducta justa y severa, las puntuaciones obtenidas también revelaron que esta característica de la personalidad está más presente en los individuos religiosos.

Funciones de la religión

Tal y como explica Saroglou en un artículo publicado por la revista Personality and Social Psychology Review, el hecho de que exista una relación entre dos aspectos fundamentales de la personalidad humana y la religiosidad sugiere que la religión cumpliría con dos funciones claves.

La primera de ellas es la de propiciar el autocontrol, la necesidad de orden y la reducción de la incertidumbre, además de ayudar a la organización de la vida alrededor de un sentido y de unos objetivos. Estos elementos generan, en última instancia, una estabilidad personal.

Por otro lado, la religión parece propiciar también la preocupación por el bienestar de otras personas y por la armonía social.

Este aspecto de la religión potenciaría la calidad de las relaciones interpersonales, intercambios beneficiosos y amor y protección en las relaciones con los allegados.

Menos extrovertidos y abiertos

El meta-análisis de Saroglou reveló asimismo que existe una ausencia de relación entre la religiosidad y otras dos dimensiones de la personalidad establecidas por el Modelo de los cinco grandes: la extroversión y la apertura.

Esta ausencia de relación podría responder, según el científico, a que la religión no se ocupa en absoluto de otras funciones claves de la personalidad humana, como la capacidad de adaptarse o de desarrollarse.

La religiosidad cubre ciertos aspectos de la personalidad humana, como la preocupación por la estabilidad social y personal y por la autotrascendencia moral, pero no se ocupa de las necesidades humanas de gozo, crecimiento personal o de cambio social, afirma el investigador.

Entre los recursos que la religión puede aportar a la sociedad y a los individuos están los ejemplos morales o las normas, pero otros elementos que posibilitan las adaptaciones culturales escapan a su ámbito, como aquéllos que proporcionan los individuos creativos, los rebeldes o los revolucionarios.

Presumiblemente, escribe Saroglou, las sociedades humanas necesitan ambos aspectos. Este hecho explicaría porqué, a lo largo de toda la historia, ha habido personas religiosas y personas no religiosas.

Ambos tipos de individuos resultarían necesarios, por razones complementarias, en la determinación del mundo tal y como es en la actualidad.

jueves, 4 de marzo de 2010

El pensamiento simbólico humano tendría 100.000 años de antigüedad


Esta habilidad cognitiva permite interpretar el significado de las formas religiosas, de los mitos y de los ritos

El pensamiento simbólico, que nos permite, por ejemplo, interpretar el significado de las formas religiosas, de los mitos y de los ritos, parece tener un origen más antiguo de lo que se creía, a juzgar por los últimos hallazgos arqueológicos. Según publica la revista Science, en Sudáfrica se han encontrado evidencias de comportamiento simbólico en piezas de hasta 100.000 años de antigüedad, grabadas con intrincados patrones de líneas. La religiosidad humana podría ser una forma particular de un comportamiento social simbólico ampliado, según los especialistas
a principal diferencia que establecen los especialistas entre el Homo sapiens (nombre científico del ser humano moderno) y nuestros ancestros homínidos (como el Homo neanderthalensis, extinguido hace 25.000 años o el Homo floresiensis, que desapareció hace unos 12.000 años) es la capacidad de desarrollar comportamientos simbólicos, como el arte o la interpretación del significado de las formas religiosas, de los mitos y de los ritos.

Pero, ¿en qué momento desarrolló el ser humano esta habilidad cognitiva?

La revista Science ha publicado recientemente un artículo en el que se habla de descubrimientos que podrían apuntar a que esta habilidad cognitiva se desarrolló hace más tiempo del que se creía.

Intrincados patrones geométricos

Por ejemplo, un equipo de investigadores ha encontrado recientemente en Sudáfrica la que se cree podría ser una de las mejores evidencias de un tipo de simbolismo arcaico: un escondite de cáscaras de huevos de avestruz de unos 60.000 años de antigüedad y grabadas con intrincados patrones geométricos.

Este hallazgo coincide con otros hallazgos recientes que sugieren la existencia del simbolismo en Sudáfrica, en una época muy lejana: el año pasado, los científicos encontraron en esta zona del planeta piezas grabadas en ocre con lo que podrían ser diseños abstractos, y de una antigüedad de 100.000 años.

Fueron encontradas en la Cueva Blombos, situada en la costa oriental de Sudáfrica. En esta misma cueva habían sido halladas anteriormente piezas similares, de unos 77.000 años de antigüedad.

El equipo de investigadores de Blombos afirma que estos hallazgos son representativos de una larga y continua tradición simbólica, aunque otros arqueólogos cuestionan la posibilidad de relacionarlos con un comportamiento simbólico arcaico.

Más hallazgos

Desde el año 1999, un equipo dirigido por el historiador Pierre-Jean Texier de la Universidad francesa de Bordeaux, ha trabajado en otro lugar, el refugio rocoso de Diepkloof, un complejo cárstico similar a la Ciudad Encantada de Cuenca ubicado en la costa occidental de Suráfrica, a 180 kilómetros al norte de Cape Town, la capital del país.

Allí, estos científicos han encontrado evidencias de varias culturas que usaron herramientas de piedra típicas de los humanos modernos.

Por otro lado, en los últimos años, se han encontrado en este mismo sitio fragmentos de unas 25 cáscaras de huevos datadas hace entre 55.000 y 65.000 años. Estos fragmentos fueron grabados con diversos tipos de motivos, incluyendo líneas paralelas cruzadas y líneas no paralelas repetitivas.

Texier y su equipo han podido constatar que algunos de estos patrones grabados fueron cambiando a lo largo del tiempo. Así, los motivos de líneas tramadas aparecieron sólo en las primeras capas de Diepkloof estudiadas, y luego desaparecieron.

Asimismo, los investigadores encontraron algunos fragmentos de cascarones de huevos de avestruz aparentemente perforados en su parte superior con herramientas.

Estos huevos de avestruz, que debieron tener un volumen aproximado de un litro, fueron utilizados por los cazadores-recolectores del desierto del Kalahari, en Sudáfrica, para identificar a sus dueños o lo que contenían.

¿Simbolismo real?

Según los científicos, este descubrimiento representaría la evidencia más antigua de la existencia de una tradición gráfica en las poblaciones prehistóricas de cazadores-recolectores.

Pero, ¿pueden ser estas expresiones consideradas realmente como simbolismo? Según declaraciones de Stanley Ambrose, arqueólogo de la Universidad de Illinois, recogidas por Science, sí pueden serlo.

Ambrose señala que la diversidad del diseño de los motivos encontrados es impresionante y supone una importante aportación al corpus de evidencias del desarrollo del simbolismo y de las expresiones artísticas en África.

Para otros arqueólogos, la cosa no está tan clara. Thomas Wynn, de la Universidad de Colorado, por ejemplo, afirma que estas grabaciones podrían no tener nada que ver con el simbolismo, y no haber requerido de un pensamiento simbólico.

Buscando el origen de la religión

Las evidencias del inicio del pensamiento simbólico resultan importantes para comprender el inicio de la religiosidad en el ser humano.

De hecho, los últimos hallazgos arqueológicos relacionados con el humano moderno apuntan a que es en esa habilidad cognitiva donde podría encontrarse el inicio de nuestra espiritualidad: diseños geométricos de contenido simbólico o antiquísimas tumbas cuyo análisis ha revelado la existencia de rituales de enterramiento, son algunos ejemplos de la relación entre simbolismo y aparición de las religiones.

Tal y como explicamos en un artículo anterior de Tendencias21, actualmente los arqueólogos buscan señales de religiones antiguas en relación con el inicio del comportamiento simbólico en nuestra historia.

La razón estaría, según explica el arqueólogo Colin Renfrew, de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, en que la religión podría ser una forma particular de un comportamiento social simbólico ampliado.

Nuestros Hijos nos acusaran

martes, 2 de marzo de 2010

Los deseos de espiritualidad avanzan en el mundo actual


Sin embargo, las instituciones religiosas retroceden, reflexiona un maestro Zen

En opinión de Dokushô Villalba, el Maestro Zen, el reto más importante que tenemos a partir de este siglo es: ¿cómo favorecer un proceso natural de evolución desde lo pre-racional a lo racional? Es decir, desde lo arcaico-instintivo (0,1% de la población) a lo mágico-animista; desde lo mágico-animista (10% de la población) a lo mítico; desde lo mítico (60% de la población) a lo racional. ¿Cómo favorecer la evolución natural desde lo racional (30% de la población) a lo trans-racional; desde lo trans-racional (12% de la población) al estado de Unidad Fundamental y de plena realización del potencial humano? Y esto, basándonos en un exquisito respeto a todas las formas de religiosas y culturales de vida. En otras palabras, ¿cómo gestionar las necesidades diferentes y las relaciones entre las muchas humanidades que conforman la Humanidad?


Cuál es el papel de las religiones en el siglo XXI? ¿Por qué las religiones pierden adeptos cuando más necesidad hay de espiritualidad? ¿a qué nos estamos refiriendo cuando decimos “religiones”?, ¿nos referimos a las diversas tradiciones religiosas actualmente existentes?

Desde algunas de nuestras culturas emergentes en el siglo XXI y desde nuevas experiencias religiosas, mucha gente está descubriendo que una cosa son las creencias, otra cosa son las instituciones religiosas tradicionales y otra cosa es la fe personal. La espiritualidad traspasa los límites de nuestra inteligencia para iluminar la realidad en su última profundidad y sentido.

Esta es la reflexión que ofrece Dokushô Villalba, un reconocido maestro Zen nacido en Utrera (Sevilla). Éste ha fundado centros de meditación Zen en Sevilla y Madrid. El texto que sirve de base a este artículo en Tendencias21 es una conferencia que fue pronunciada en Salamanca, en mayo del año 2002 en el marco del Encuentro Interreligioso. Se publicó con su autorización en ATRIO.

Como preámbulo, presenta el proceso de la evolución humana desde la subconciencia, a la autoconciencia y a la iluminación a través de ocho niveles progresivos. En cuanto al papel de las religiones distingue entre la creencia –que es una expresión pre-racional que sustenta una religiosidad horizontal- y la fe, propia de una religiosidad trascendente, que se basa en la experiencia religiosa de una unidad trascendente, y se integra en la vida cotidiana.

Tradiciones religiosas

La filosofía de las religiones muestra que las tradiciones religiosas proceden de una experiencia trascendente de una persona (el fundador) o de un grupo. Si el fundador de esa tradición religiosa no ha logrado transmitir un método para acceder a esa experiencia, la tradición se banaliza en creencias y ritos.

Por otra parte, respecto al papel de las religiones (como experiencias institucionalizadas) hay que distinguir entre el papel de las instituciones religiosas y el papel de la espiritualidad. El conflicto sólo puede darse entre las instituciones religiosas –nivel horizontal-, no en la espiritualidad que experimenta la profunda Unidad con el Todo.

En cuanto al enfrentamiento entre religiosidad y razón, suele darse entre las creencias y la razón. La fe como experiencia de la Unidad trascendente no es irracional sino supra-racional, un nuevo nivel de pensamiento, al que podríamos llamar relativista-multicéntrico.

Como prospectiva de futuro, el maestro Zen Dokushô Villalba propone favorecer la evolución de la población desde los niveles primitivos e intermedios –el 60% de la población se encuentra en el nivel racional- hacia el estado de Unidad Fundamental y de plena realización del potencial humano, siempre respetando todas las formas de vida religiosa y cultural.

Aportaciones de la psicología a la racionalización de la experiencia religiosa

Antes de entrar en lo propiamente “religioso”, el maestro Zen intenta fundamentar científicamente sus planteamientos. Para ello, pasa a exponer algunos descubrimientos interesantes de la psicología evolutiva.

Según Ken Wilber, uno de los más lúcidos estudiosos de la conciencia en la actualidad, “parece ser que la historia de la evolución humana es un camino que va desde la oscuridad de la subconciencia hasta la plena iluminación de la supra-conciencia, pasando por la etapa intermedia de la auto-conciencia”.

Uno de los grandes logros de la psicología evolutiva moderna ha sido el descubrimiento de que la conciencia humana atraviesa distintas fases o niveles de desarrollo desde el nacimiento biológico hasta la plena madurez del potencial humano. Estos son tanto niveles ontológicos del ser como niveles cronológicos tanto del desarrollo individual como de la Humanidad como un todo.

Diversos autores utilizan distintos nombres para referirse a estos niveles. Voy a emplear la terminología y el enfoque de la llamada Espiral Dinámica, puesta a punto por Clare Graves (1), Don Beck y Christopher Cowan (2), combinada con la propuesta de Ken Wilber y con aportaciones personales. Según este autor, podemos encontrar tres grandes fases en la evolución de la conciencia humana: fase pre-racional, racional y trans-racional, cada una de las cuales se divide en otras tantas subfases o niveles.

A saber:

1) Primera fase: la fase pre-racional

En esta fase caben cuatro niveles:

1. Nivel Arcaico-instintivo. Se trata del nivel de la supervivencia básica, un nivel en el que resultan prioritarios el alimento, el agua, el calor, el sexo y la seguridad y en el que la supervivencia depende de los hábitos y de los instintos. Apenas si existe yo diferenciado y la perpetuación de la vida requiere de la agrupación en hordas de supervivencia.

Se halla presente en las primeras sociedades humanas, en los recién nacidos, los ancianos, los últimos estadios de quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, los locos que vagabundean por las calles y las masas hambrientas.

2. Nivel Mágico-animista. Está determinado por el pensamiento animista y por una extrema polarización entre el bien y el mal. Los espíritus mágicos pueblan la tierra y a ellos hay que supeditarse apelando a todo tipo de bendicio¬nes, maldiciones y hechizos. Se agrupa en tribus étnicas. El espíritu mora en los ancestros y es el que cohesiona a la tribu. Los vínculos políticos están determinados por el parentesco y el linaje. Parece “holístico” pero, en realidad, es atomístico (“cada recodo del río tiene su nombre pero el río carece de nombre”).

Se halla presente en la maldición vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los encantamientos, los rituales familiares, las creencias y las supersticiones mágicas de la etnia. Fuertemente implantado en los asentamientos del Tercer Mundo, las bandas, los equipos deportivos y las tribus.

3. Nivel Mítico primario. Comienzo de la emergencia de un yo ajeno a la tribu; poderoso, impulsivo, egocéntrico y heroico. Espíritus míticos, dragones, bestias y personas poderosas. Los señores feudales protegen a sus subor¬dinados a cambio de obediencia y trabajo. Fundamento de los imperios feudales (el poder y la gloria). El mundo se presenta como una jungla llena de amenazas y de todo tipo de predadores. Dominantes y dominados. El yo campa a sus anchas sin cortapisas de ningún tipo.

Se halla presente en el rebelde sin causa, la mentalidad fronteriza, los reinos feudales, los héroes épicos, los líderes de las bandas, los malvados de las películas de James Bond, los mercenarios, las estrellas del rock, Atila, rey de los hunos y El señor de las moscas.

4. Nivel Mítico Desarrollado. La vida tiene un sentido, una dirección, un objetivo y un orden impuesto por un Otro todopoderoso. Este orden impone un código de conducta basado en principios absolutistas y fijos acerca de lo que está “bien” y de lo que está “mal”. El acatamiento de ese código y de esas reglas se ve recompensado, mientras que su violación, por el contrario, tiene repercusiones muy graves y duraderas. Fundamento de las antiguas naciones. Jerarquías sociales rígidas y paternalistas, sólo hay un modo correcto de pensar. Ley y orden, control de la impulsividad a través de la culpa, creencias literales y fundamentalistas y obediencia a una ley impuesta por un Otro fuertemente convencional y conformista. A menudo asume un aspecto “religioso” o “mítico”, aunque también puede asumir el aspecto de un Orden o de una misión secular o atea.

Se halla presente en la América puritana, en la China confuciana y en la Inglaterra de Dickens, en los códigos de honor de la caballería, en las obras buenas y caritativas, en el fundamentalismo islámico, en las “buenas obras” de los scouts, en el patriotismo de la “mayoría moral”.

Segunda fase: la fase racional

Nos encontramos aquí con el llamado Nivel Racional-científico. En este nivel, el yo “escapa” de la “mentalidad del rebaño” y busca la verdad y el significado en términos individuales. Es un nivel hipotético-deductivo, experimental, objetivo, mecánico y operativo (o, lo que es lo mismo, científico). El mundo se presenta como una maquinaria racional bien engrasada que funciona siguiendo leyes naturales que pueden ser aprendidas, dominadas y manipuladas en propio beneficio. Muy orientada hacia objetivos y especialmente (en el primer mundo) hacia el beneficio material. Las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos.

El mundo se presenta como una especie de tablero de ajedrez en el que destacan los ganadores. Alianzas comercia¬les y explotación de los recursos de la Tierra en beneficio propio. Fundamento de las sociedades de estados.

Se halla presente en el proceso histórico y cultural de la Ilustración, de la modernidad, de la conciencia de autonomía humana, de la laicidad y de la secularidad, de Wall Street, de la Costa Azul. Es propia en nuestra cultura de la clase media emergente de todo del mundo, la industria de la moda y de la cosmética, la búsqueda del triunfo, el colonialismo, la guerra fría, el materialismo y el liberalismo centrado en uno mismo.

Estos cinco niveles forman parte de lo que Don Beck y Christopher Cowan llaman Conciencia o pensamiento de primer grado. Esto quiere decir que ninguno de estos niveles es capaz de tomar conciencia de la existencia de los demás niveles. Por consiguiente, cada uno de los niveles del primer grado considera que su visión del mundo es la única adecuada y, por lo tanto, reacciona negativamente cada vez que se siente amenazado.

Con la emergencia del siguiente nivel, el relativista-multicéntrico, sucede un avance trascendental: el pensamiento de segundo grado, es decir, una modalidad de conciencia plenamente consciente de los niveles inferiores del desarrollo que permite dar un paso atrás y asumir una visión más global. Los niveles del pensamiento de segundo grado reconocen y comprenden el papel que desempeñan – y en consecuencia, la necesidad- el resto de los niveles.

Tercera fase: la fase trans-racional

El maestro Zen diferencia aquí- según los datos que maneja – tres niveles diferentes:

1. Nivel Relativista –multicéntrico. Centrado en la comunidad, en la relación entre los seres humanos, en las redes y en la sensibilidad ecológica. El espíritu humano debe ser liberado de la codicia, del dogma y de la división; el respeto y la atención a los demás reemplazan a la fría razón; respeto y cuidado por la Tierra, Gaia y la vida. Establece vínculos y uniones laterales y es contrario a las jerarquías. Yo permeable y relacional centrado en redes. Énfasis en el diálogo y las relaciones. Fundamento de las comunidades de valor (agrupaciones libremente elegidas basadas en sentimientos compartidos).

Toma de decisiones sustentada en la conciliación y el consenso. Presta atención a la espiritualidad, la armonía y el enriquecimiento del potencial humano.

Fuertemente igualitario, anti-jerárquico, centrado en valores plurales, en la construcción social de la realidad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relatividad de los valores, una visión del mundo a la que habitualmente se conoce con el nombre de relativismo pluralista. Subjetivo y centrado en el pensamiento no lineal; fomenta la cordialidad, la sensibilidad, el respeto y el cuidado por la Tierra y por todos sus habitantes.

Se halla presente en la ecología profunda, el postmodernismo, el idealismo holandés, el counseling de Rogers, el cuidado por la salud canadiense, la psicología humanista, la teología de la liberación, el Consejo Mundial de las Iglesias, (Greenpeace, los derechos de los animales, el eco¬feminismo, el postcolonialismo, Foucault/Derrida, los movimientos en pro de la diversi¬dad, los derechos humanos y la ecopsicología.

2. Nivel Integrador. La vida se presenta como un caleidoscopio de jerarquías (holoarquías), sistemas y formas naturales cuya prioridad principal gira en torno a la flexibilidad, la espontaneidad y la funcionalidad. Las diferencias y las pluralidades pueden integrarse naturalmente en corrien¬tes interdependientes. El igualitarismo puede complementarse, cuando es necesario, con grados naturales de ordena¬miento y excelencia, con lo cual el rango, el poder, el estado y la dependencia del grupo se ven reemplazados por el conocimiento y la idoneidad.

El orden mundial dominante es el resultado de la existencia de diferentes niveles de realidad (memes) y de las inexorables pautas del movimiento de as¬censo y descenso en la espiral dinámica. El gobierno adecuado facilita la emergencia de entidades pertenecientes a niveles de complejidad cada vez mayor (jerarquía atildada).

3. Nivel Holístico. El es Sistema holístico universal, holones/olas de energías integrativas; integra el sentimiento y el conocimiento; múltiples niveles entrelazados en un sistema consciente. Es el Orden universal consciente y vivo que no se basa en reglas externas ni en lazos grupales. Tanto teórica como prácticamente, es posible una “gran unificación”, una unidad total de todas las formas de vida y niveles de conciencia. Hay ocasiones en que desencadena la emergencia de una nueva espiritualidad que engloba la totalidad de la existencia. El pensamiento holístico utiliza todos los niveles de la espiral, advierte la interacción existente entre múltiples niveles y detecta los armónicos, las fuerzas místicas y los estados de flujo que impregnan cualquier organización.

¿Dónde poder situar LO RELIGIOSO?

Una vez descritos los diversos niveles de interpretación de la realidad, es oportuno abordar ahora el espinoso concepto de “lo religioso”. Ante todo, se considera crucial diferenciar entre “religiosidad”, “tradiciones religiosas” e “instituciones religiosas”.

Fenomenología de la religiosidad: religiosidad horizontal y religiosidad vertical

La mayor parte de los estudiosos de la fenomenología de la religión están de acuerdo en que el sentimiento religioso surge en la humanidad primitiva al mismo tiempo y de forma indisociable al surgimiento de la conciencia individual.

La paulatina irrupción de conciencia individual (en la que es posible ver el trasfondo de lo que algunas religiones llaman el “pecado original”) va irremediablemente acompañada por la angustia del yo separado. Esta angustia podría representar la “caída” y la “expulsión” del paraíso de la fusión inconsciente con el Todo, fusión propia del estado de conciencia pre-egoico. Se puede ver, pues, en la base del sentimiento religioso el anhelo de liberación de tal angustia del yo separado.

Con el objeto de clarificar conceptos, se puede decir que la religiosidad adopta dos formas básicas: la que se podría llamar religiosidad horizontal (traslativa) (laukika, en sánscrito) y la religiosidad vertical (transformadora) (lokotara, en sánscrito).

La función de la religiosidad horizontal es la de proporcionar significado y sosiego al yo separado, fortaleciendo la identidad individual (el ego) o colectiva (el supergo) a través de un sistema de creencia, de ritos y de normas y pautas socio-culturales.

La “religiosidad horizontal” es la modalidad característica de los niveles pre-racionales y su forma religiosa propia es la creencia, ya sea creencia arcaico-instintiva, mágico-animista o mítica. Su práctica se reduce a ritos diversos (ritos propiciatorios, ritos de paso, ritos de consolidación del sistema de creencias). Para la religiosidad horizontal el término “religión” significa pues unir (cohesionar) la propia individualidad y unir las individualidades en un sistema de creencia que fortalezca la identidad social o étnica.

La función de la “religiosidad vertical” es la de favorecer la trascendencia del yo separado, facilitando el acceso y la consolidación de un estado de conciencia de unidad no-dual que se encuentra más allá del ego. La base de la religiosidad vertical es la experiencia de unidad trascendente y omniabarcadora y sus prácticas constituyen un conjunto de técnicas psico-físicas elaboradas y experimentadas a lo largo de los siglos (yoga, diversas técnicas de meditación, ejercicios sufies, técnicas de acceso a estados místicos, la meditación del hesicasmo del cristianismo ortodoxo, etc.).

Para la religiosidad vertical, el termino “religión” significa fundir la conciencia de la propia individualidad con el Todo, sentirse interiormente unidos amorosamente al Todo, fundirse y arder en llama de la coherencia natural. Es la espiritualidad, el cultivo de las dimensiones más hondas del corazón humano.

Hay que destacar que casi todas las grandes tradiciones religiosas tienen un núcleo central de religiosidad vertical practicada por una minoría de seguidores –a lo que podríamos llamar también religión esotérica-, mientras que la mayor parte de la población religiosa practica una religiosidad horizontal –a la que podríamos llamar también religión exotérica-.



La experiencia religiosa interior

Así pues, mientras que la religiosidad horizontal se basa en creencias, la religiosidad vertical se basa en experiencias interiores amorosamente vividas y conscientes. Veamos esto con más detenimiento. ¿Qué es la creencia y qué es la fe?

- La creencia es la expresión más simple de la religiosidad. De hecho, la mayor parte de las veces opera sin ninguna conexión con la verdadera religiosidad. Creencia es casi sinónimo de militancia. El creyente es siempre un militante. La creencia es superstición. Al contrario de lo que se cree popularmente, la creencia no es un acto de fe religiosa, sino la adopción ciega de un sistema mítico que opera como un símbolo de inmortalidad y de trascendencia, tendente a mitigar -no a disolver- la angustia existencial del yo separado.

La creencia es una expresión pre-racional que sustenta la religiosidad horizontal. No necesita la razón. Es más, en muchas de sus expresiones es anti-racional. La expresión popular de la mayoría de las religiones actuales está sustentada en creencias de este tipo.

La creencia no es exclusiva del sentimiento religioso. Se da también en ámbitos científicos, culturales e ideológicos.

Lo que distingue al creyente es su pasión por convertir a los demás y su lucha encarnizada contra el incrédulo. Dado que se trata, de hecho, de un sistema ideológico que opera como símbolo de inmortalidad y de salvación, el creyente no puede permitir que otros no crean en lo que él cree, puesto que la incredulidad ajena pone en tela de juicio la “veracidad” de su sistema de salvación y con ello su propia creencia en él. Por ello, al tratar de convertir al otro, el creyente trata sobre todo de dominar su propio yo incrédulo.

Los fanatismos, los fundamentalismos, las guerras santas, las inquisiciones diversas, sean del color que sean, proceden todos ellos de este nivel de religiosidad basado en las creencias.

Las creencias, insiste el Maestro Zen, ya sean arcaicas-instintivas, mágicas o míticas, son la base de la religiosidad horizontal. La frase del Marx “la religión es el opio del pueblo” puede ser perfectamente aplicada a esta forma de religiosidad, puesto que la creencia tan sólo mitiga o narcotiza la angustia existencial del yo separado, pero de ninguna manera la resuelve.

- La fe. Por otra parte, está la fe. La fe no es exactamente lo mismo que creencia. El creyente y el hombre o la mujer de fe viven una religiosidad interiormente muy distinta, aunque exteriormente parezca la misma porque comparten los mismos símbolos o creencias externas. La fe presupone la intuición preliminar y algo vaga del conocimiento superior que sólo se adquiere mediante la verdadera experiencia religiosa de la Unidad trascendente. Así como la creencia es anti-racional, la fe no se opone a la razón, aunque su naturaleza no sea de índole racional. La fe es una forma de conocimiento basado en la intuición no racional, aunque tampoco anti-racional. La fe es el sentimiento religioso que queda cuando la creencia ha pasado el filtro de la razón.

La persona de fe verdadera tiende a alejarse del literalismo, del dogmatismo, del deseo de convertir a otros y del fundamentalismo que definen al creyente estereotipo. La persona de fe no busca el consuelo de la creencia, razón por la cual es presa a menudo de grandes y angustiosas dudas religiosas. La fe se aleja de la certeza literal y dogmática de la creencia y por ello la persona de fe experimenta a menudo la tensión provocada por la duda.

Tensión que sólo puede ser resuelta mediante la verdadera experiencia religiosa de la Unidad trascendente del amor y de ninguna manera por el sustituto que supone la creencia. La fe es una premonición, un preámbulo y un impulso hacia la verdadera experiencia religiosa. Es el objetivo místico de la espiritualidad. Y aquí hemos de recordar las preciosas formulaciones de Pierre Teilhard de Chardin en La Misa sobre el Mundo.

La fe es un sentimiento que se encuentra entre la religiosa horizontal y la religiosidad vertical. Aún no se ha separado totalmente de la primera pero tampoco constituye una experiencia propia de la segunda. Es la intuición de que “hay algo más allá” del nivel de las creencias y de la razón.

La experiencia religiosa de la Unidad trascendente

La experiencia religiosa de la Unidad es un acto de conocimiento superior, trascendente (más allá del ego) y trans-racional (más allá de la razón). Es un hecho que va más allá de la mera creencia y de la fe misma. Lo que la fe intuía, la experiencia lo confirma. Abraham Maslow, el padre de la psicología humanista, la llamó “experiencia cumbre” porque es a través de ella desde donde se obtiene la visión más completa de la condición y del sentido de la existencia humana.

Es importante destacar que la experiencia religiosa de la Unidad trasciende el dominio de lo racional incluyéndolo, no oponiéndose a él, pero superándolo. Este matiz es sumamente importante. Para la razón ilustrada, todo lo que no sea del dominio de la razón es superstición irracional, es decir, un impulso regresivo hacia niveles evolutivos inferiores a la lógica de la razón.

La razón ilustrada considera que la racionalidad es el estado evolutivo último del ser humano y que más allá de él no existe nada más. La verdadera experiencia religiosa de la Unidad trascendente nos conduce, por el contrario, a dominios de conocimiento y de existencia con significados muchos más profundos, intensos, complejos y onmiabarcadores.

La verdadera religiosidad es trans-racional, no pre-racional. La razón ilustrada no diferencia entre estados pre-racionales y trans-racionales, por lo que considera que todo lo no-racional es sencillamente pre-racional o irracional. Por ello, al tratar de desaguar el agua de las creencias supersticiosas arroja al mismo tiempo al niño de la espiritualidad por el desagüe.

La experiencia religiosa de la Unidad trascendente supera el ámbito de lo racional pero sin negarlo, incluyéndolo y utilizándolo en su nivel apropiado. En el Zen se dice que ninguna descripción del sabor de una manzana puede hacernos sentir qué es una manzana. Por el contrario, cuando tenemos la experiencia de morder una manzana, sabemos inmediatamente y de forma directa cuál es su sabor.

Con la experiencia religiosa de la Unidad trascendente, el hombre o la mujer de fe se convierte en un sabio, en un místico, en alguien que ha visto, un psicopombo, alguien que ha experimentado lo Inefable.

La integración de la experiencia

Ahora bien, una cosa es tener una experiencia religiosa de Unidad trascendente de forma puntual, (ya sea espontánea o conscientemente buscada), y otra vivir la vida de cada día de acuerdo a la visión obtenida en esa experiencia.

La forma más madura, profunda y completa de experiencia religiosa es aquella en la que la experiencia de lo trascendente se manifiesta en la vida cotidiana del practicante. De poco vale alcanzar una visión superior de forma puntual si después no sabemos cómo vivir nuestra vida de cada día de acuerdo a esa visión. En este punto, la experiencia religiosa de Unidad trascendente se convierte en experiencia religiosa inmanente. La verdadera experiencia religiosa no es sólo la que vivimos en las cimas de las montañas, en la soledad de nuestro retiro, o en la perfecta contemplación del estado de meditación, sino la que somos capaces de vivir y de compartir en nuestras relaciones y situaciones cotidianas.

Aquí, el sabio, el asceta, el místico vuelve a ser un ser humano común al integrar las visiones superiores con la cotidianidad.

Dónde situar a las tradiciones religiosas

El sentimiento religioso, es decir, el anhelo de liberación de la angustia existencia generada por la conciencia individual o del yo separado, es común a todos los seres humanos, sea cual sea su lugar de origen, la época en la que viva o el sistema socio-cultural en el que haya nacido, y la modalidad de religiosidad que adopte. Su carácter es universal pues forma parte de la naturaleza humana

Es este sentimiento religioso el que ha dado nacimiento a las diversas tradiciones religiosas de la humanidad. En el origen de casi todas las tradiciones religiosas se encuentra una experiencia trascendente, es decir, alguien, el fundador o los fundadores, que han experimentado un estado de conocimiento supremo y de trascendencia, una verdad inefable.

Esta experiencia religiosa de la Unidad trascendente puede suceder de dos formas: o bien es una experiencia surgida espontáneamente; o bien es una experiencia conscientemente buscada y generada por una determinada técnica psico-fisio-espiritual.
Si la experiencia ha surgido espontáneamente sin la mediación de ninguna tecnología espiritual, el fundador no puede transmitir a los demás más que la fe en dicha experiencia. De este modo, suele suceder que, con el transcurrir del tiempo, esta experiencia real y espontánea del fundador pasa a convertirse en un vago recuerdo del pasado y la tradición iniciada por él se carga paulatinamente de elementos supersticiosos y de creencias.

Este es el caso de las tradiciones basadas en una religiosidad horizontal.

Por el contrario, si la experiencia de la Unidad trascendente ha sido conscientemente buscada y facilitada por diversas técnicas psico-fisico-espirituales, el fundador puede transmitir a los demás esta metodología, de forma que todos y cada uno de sus seguidores a lo largo de las futuras generaciones puedan ellos mismo experimentar lo mismo que él experimentó. Este es el caso de las tradiciones basadas en una religiosidad vertical.

Toda tradición religiosa, ya sea de índole horizontal o vertical, conlleva un aspecto positivo y otro negativo. En el lado positivo, la tradición religiosa vehicula de generación en generación un sistema de valores, una tecnología espiritual y unos descubrimientos que constituyen un precioso patrimonio religioso de la humanidad con un fuerte poder civilizador, evolutivo, y una riqueza evolutiva insoslayable.

En el lado negativo, las tradiciones religiosas, como cualquier cuerpo vivo están sujetas a la contingencia: han nacido en un contexto geográfico, en un marco socio-cultural y en una época histórica específica. Por lo tanto, tienden a envejecer, a anquilosarse, a extrapolar valores propios de un contexto temporal, social y geográfico determinado a otros en el intento de convertirlos en valores universales. Esto da como resultado que, a menudo, en muchas tradiciones religiosas no encontramos más que un pálido reflejo de la experiencia religiosa trascendente que le dio origen.

Muchas tradiciones religiosas, especialmente las de carácter horizontal, han desaparecido o desaparecerán inevitablemente, ya que su labor y su función sólo pueden tener lugar en un marco social, histórico y evolutivo determinado.

Las tradiciones religiosas de carácter vertical necesitan desprenderse cíclicamente de la costra de la contingencia, de los anecdótico, de los estrictamente condicionado, con el fin de cumplir con su función que no es otra que la de facilitar la experiencia de lo Incondicionado.

Acerca de las instituciones religiosas

En su origen, el objetivo básico de toda institución religiosa no es otro que el de preservar la pureza de la experiencia de su fundador transmitida a través de su tradición, o bien el cuerpo doctrinal y el sistema de creencia que constituyen su idiosincrasia. El hecho mismo de la institucionalización no debe ser considerado en sí mismo como perverso.

Como seres humanos necesitamos dar forma a nuestras intuiciones, experiencias, relaciones y descubrimientos. No podemos negar la tendencia y la necesidad humana a una cierta institucionalización.

Se podría decir que las instituciones religiosas son la concreción en el espacio y en el tiempo de las tradiciones religiosas, las cuales a su vez, lo son o tratan de serlo, de la experiencia religiosa o del cuerpo doctrinario de su fundador. Las instituciones religiosas son el aspecto más material de la religiosidad, su concreción en la materia, en el espacio, en el tiempo y en las contingencias de lo social, lo político y lo económico.

Por ello mismo, las instituciones religiosas son el aspecto de lo religioso que más sujeto está al deterioro, a la perversión, a la corrupción, procedente no sólo de la condición humana, sino también provocada por el paso mismo del tiempo y por las circunstancias sociales, políticas y económicas.

Desde el punto de vista del Maestro Zen, y en coherencia con su discurso, las instituciones religiosas son como el cuerpo de la religiosidad. Así como el cuerpo humano envejece, se anquilosa, enferma, se deteriora y muere, también a las instituciones religiosas les sucede lo mismo.

El papel de las religiones en el siglo XXI

Una vez visto esto, podemos abordar con mayor concreción la pregunta: ¿Cuál es el papel de las religiones en el siglo XXI? Para ello tenemos que clarificar: ¿a qué nos estamos refiriendo cuando decimos “religiones”?, ¿a la “religiosidad”? Si es así, ¿a qué tipo de religiosidad nos estamos refiriendo, a la religiosidad que hemos llamado horizontal o a la vertical? ¿O tal vez nos referimos a las diversas tradiciones religiosas actualmente existentes? ¿O con “religiones” queremos decir “instituciones religiosas”?

1. Arcaico-instintivo: Porcentaje de población: 0,1%. Cuota de poder: 0%

2. Mágico-animista: Porcentaje de población: 10%. Cuota de poder: 1%

3. Mítico primario: Porcentaje de población: 20%. Cuota de poder: 5%

4. Mítico desarrollado: Porcentaje de población: 40%. Cuota de poder: 30%

5. Racional-científico: Porcentaje de población: 30%. Cuota de poder 50%

6. Relativista-multicéntrico: Porcentaje de población: 10%. Cuota de poder: 5%

7. Integrador: Porcentaje de población: 1%. Cuota de poder: 5%

8. Holístico: Porcentaje de población: 1 %. Cuota de poder: 1 %

Aunque estos datos son sólo aproximativos, su lectura nos hace ver lo siguiente:

• Aproximadamente el 70% de la población mundial se halla en niveles de conciencia pre-racionales, es decir, practican una religiosidad horizontal basada en las creencias. Estos niveles representan el 36 % del poder mundial.

• Aprox. el 30% de la población mundial se haya en el nivel racional-científico. Con un 50 % de cuota de poder.

• Aprox. el 12% de la población mundial se haya en niveles trans-racionales, con una cuota de poder del 21%. La religiosidad propia de estos niveles es la vertical basada en prácticas efectivas de acceso a estados superiores.

Los conflictos religiosos

Con el fin de poder comprender lo que pueden dar de sí tanto la religiosidad innata del ser humano como las diversas tradiciones religiosas en el futuro, podemos comenzar por ver lo que ha sucedido en el pasado y lo que está sucediendo en el presente. Solo entonces podremos hacer una prospectiva de futuro con cierta confianza.

Fijémonos, por ejemplo, en los conflictos más característicos en torno a lo religioso. Los dos conflictos más comunes son a) el enfrentamiento interreligioso y b) el enfrentamiento entre religión y modernidad.

A) El enfrentamiento interreligioso.

La historia está plagada de guerras de religiones. Aún actualmente las noticias diarias no sacuden con guerras interreligiosas o enfrentamientos entre adeptos de distintas religiones que dejan un impresionante saldo de muertos, heridos y un reguero de odio y de violencia.

Este conflicto tiene lugar, de hecho, entre religiosidades horizontales, basadas en las creencias, y no entre religiosidades verticales, basadas en la experiencia de la Unidad trascendente. Se enfrentan aquellos que tienen creencias distintas con el convencimiento de que la creencia de cada uno de ellos es la verdadera, y la otra falsa.

Además, es importante darse cuenta de que la mayoría de los enfrentamientos entre partidarios de religiones distintas no se producen estrictamente por motivos religiosos sino por motivos económicos, políticos, y territoriales, -es decir, por la búsqueda de poder- para los que “lo religioso” es sólo una excusa y una tapadera que utilizan los líderes maquiavélicos que manipulan a las masas de creyentes.

El conflicto entre personas que han experimentado la Unidad subyacente a la diversidad es imposible por definición y por naturaleza. Sea cual sea el camino por el que se ha llegado a ella, la experiencia de la Unidad es la experiencia de la Unidad. No hay dos experiencias de dos Unidades diferentes. Hay una única experiencia de una única Unidad. Las personas que practican una religiosidad vertical abren su corazón a la totalidad. Y la totalidad incluye a los seguidores de otros caminos espirituales.

La lucha entre religiones se da pues sólo en el nivel de religiosidad basado en las creencias pre-racionales, estado espiritual en el que como hemos visto se encuentra el 70 % de la población mundial.

B) El enfrentamiento entre religión y modernidad

El conflicto entre lo religioso y lo racional dista aún mucho de estar resuelto. Aunque es muy importante darse cuenta de que este conflicto sucede en realidad entre una religiosidad horizontal basada en la creencia y la razón, no entre la religiosidad vertical y la razón. La experiencia de la Unidad trascendente es trans-racional, no pre-racional, esto quiere decir que incluye la visión racional.

La visión racional emergió por primera vez en la historia de la humanidad de forma evidente alrededor del siglo V antes de la era cristiana, tanto en la Grecia clásica con los primeros filósofos griegos como en India con el Buda Sakiamuni. No obstante, ambas racionalidades tomaron rumbos distintos: los filósofos griegos se enfocaron sobre la naturaleza del mundo físico, objetivo, mientras que el Buda aplicó el análisis racional al mundo mental, subjetivo. La filosofía racionalista griega daría lugar al pensamiento científico y éste a la tecnología, mientras que el racionalismo budista daría lugar a un conocimiento profundo de la conciencia humana y a una tecnología espiritual muy desarrollada.

Aún después de su emergencia en una élite de humanos, el racionalismo siguió rodeado por una población mayormente anclada en las creencias y en las supersticiones, ya fueran de carácter mágico-animista o mítico.

La destrucción de la biblioteca de Alejandría supuso un enorme parón en la evolución del pensamiento racional-científico. Le seguirían mil años de oscurantismo – la baja y alta Edad Media- durante los cuales una religiosidad basada en creencias míticas se enseñoreó del Occidente cristiano.

El Renacimiento supuso una nueva emergencia de lo racional –una emergencia evolutivamente imparable-. Las ciencias físicas y matemáticas tomaron fuerte impulso. La aparición del positivismo y del racionalismo como filosofías impulsaron el desarrollo del pensamiento científico y de sus aplicaciones técnicas. Con los ideales de la Revolución Francesa, el individuo logra por primera vez liberarse políticamente del yugo de la dictadura del mito y poner la individualidad en el centro de la vida social, política y religiosa. Con la Revolución Industrial el pensamiento científico y sus aplicaciones tecnológicas irrumpen con fuerza para convertirse en los valores directrices de las sociedades occidentales a partir de entonces y hasta la actualidad,

Según los datos de Don Beck y Christopher Cowan, a pesar de que sólo el 30 % de la población mundial se haya instalada en el nivel científico-racional, su cuota de poder es del 50 %. Y es de prever, y de desear, que ambos índices no harán más que crecer en el presente siglo.

A pesar de ello, la post-modernidad ha traído una crisis de “lo racional” y muchos observadores tienen la impresión de que lo irracional –lo mágico y lo mítico- está irrumpiendo de nuevo con fuerza en nuestras sociedades. Desde mi punto de vista, esta crisis de lo racional es saludable porque supone el fin de la “dictadura racionalista”.

Esta dictadura se apoyó en el siguiente presupuesto: “Todo lo que no es racional es irracional, es decir, pre-racional, por lo tanto, regresivo”. Como ya he señalado antes, esta actitud coarta y reprime toda posibilidad al ser humano de acceder a niveles de conciencia trascendente, cercenando un anhelo y un impulso inherente a la naturaleza humana. El racionalismo, al ser aún una forma de conocimiento de primer grado, es incapaz de alcanzar una visión global de la complejidad de la conciencia humana. El racionalismo sólo puede ver desde el punto de vista de la razón, pero no más allá. Y este es precisamente el nudo gordiano porque los racionalistas puros y duros ni siquiera conciben ni aceptan la posibilidad de que haya algo más allá de la razón.

El conflicto entre la religiosidad mítica y la razón es un conflicto entre dos formas de pensamiento de primer grado, incapaces cada una de ellas de reconocer y valorar la importancia de la otra: la religiosidad mítica exclusiva – que durante siglos ha dominado el panorama en Occidente y sigue haciéndolo en muchas otras sociedades no-occidentales- entra en conflicto con la racionalidad exclusiva. Es esta racionalidad intolerante la que ha entrado en crisis con la post-modernidad.

No obstante, la posmodernidad nos ha traído también una buena y gran noticia: la emergencia de un nuevo nivel de pensamiento, al que podríamos llamar relativista-multicéntrico (ver el comienzo de este escrito). Con este nuevo nivel, ya de segundo grado, se abre una gran oportunidad de reconciliar visiones hasta ahora enfrentadas.

Una prospectiva de futuro

En opinión de Dokushô Villalba, el Maestro Zen, el reto más importante que tenemos a partir de este siglo es: ¿cómo favorecer un proceso natural de evolución desde lo pre-racional a lo racional? Es decir, desde lo arcaico-instintivo (0,1% de la población) a lo mágico-animista; desde lo mágico-animista (10% de la población) a lo mítico; desde lo mítico (60% de la población) a lo racional.

¿Cómo favorecer la evolución natural desde lo racional (30% de la población) a lo trans-racional; desde lo trans-racional (12% de la población) al estado de Unidad Fundamental y de plena realización del potencial humano?

Y esto, basándonos en un exquisito respeto a todas las formas de religiosas y culturales de vida. En otras palabras, ¿cómo gestionar las necesidades diferentes y las relaciones entre las muchas humanidades que conforman la Humanidad?