viernes, 18 de julio de 2008

¿El hombre más poderoso del mundo?


Vista general de la misa que dio inicio a la XXXV Congregación General de los jesuitas en Roma, el pasado 7 de enero. (Foto: EFE)



Peter Hans Kolvenbach s.j. es el vigésimo noveno Superior General de la Compañía de Jesús, cuyos miembros son denominados comúnmente jesuitas. Para el cargo de Superior General se efectúan elecciones entre los miembros de la Congregación General, órgano legislativo supremo de la Compañía, conformado por delegados de todos los países del mundo. Habitualmente, dada la influencia que ha tenido la Compañía en la Iglesia Católica y el hábito negro de los jesuitas, los periodistas le llaman al General "el papa negro", pero no hay paralelismo de poderes, pues éste está subordinado al Papa. El padre Kolvenbach tiene jurisdicción sobre 22.000 jesuitas esparcidos por el mundo, que normalmente ejerce a través de los Provinciales.

En busca del nuevo 'Papa negro'

La deliberación se celebrará en un aula y en ella participarán 217 electores
Cuando uno de los candidatos reciba la mayoría de los sufragios, 109, queda elegido
El Papa pide a los jesuitas que reafirmen su 'adhesión total a la doctrina católica'

EFE

ROMA.- Los jesuitas elegirán el sábado, reunidos en Roma en su XXXV Congregación General, a su nuevo superior, en sustitución del holandés Peter-Hans Kolvenbach, quien decidió renunciar al cargo.

Tras 12 días de reuniones, oraciones e intercambio de información y terminadas las llamadas 'murmuraciones' (cuatro jornadas dedicadas a la reflexión), los jesuitas están preparados para designar al 'Papa negro', como se ha conocido siempre a los prepósitos generales de los jesuitas, debido al gran poder que han tenido en la Iglesia católica y a su hábito de color negro.

Según explicó en una nota la Compañía, la jornada del sábado comenzará con una misa y, después, los 217 electores se reunirán en el aula donde se celebrará la votación y en la que escucharán una exhortación del padre Jacques Gellard.

En un procedimiento que recuerda a los cónclaves cardenalicios para la designación del nuevo Pontífice, cada elector escribirá en la papeleta que reciba el nombre del que ha elegido como Superior General de la Compañía y la entregará a los encargados de recoger y contar los votos.

En el momento en que uno de ellos reciba la mayoría de los sufragios (109 votos) queda elegido, aunque el escrutinio continúa hasta contar todas las papeletas, tras lo cual el nombre del nuevo superior se comunica inmediatamente al Papa.

El padre Kolvenbach leerá en latín el decreto de elección y, después, el nuevo superior general hará la profesión de fe ante un crucifijo y recitará la oración del Credo. A continuación todos los electores, uno por uno, comenzando por el padre Kolvenbach, el secretario de la Congregación y su asistente, se acercarán a saludar al nuevo superior general.

Después se abrirán las puertas del aula y entrará el resto de los miembros de la curia para felicitar al designado.

Aunque no existen candidaturas y todo se realiza en el máximo secreto, según los analistas el nuevo superior podría ser una persona muy próxima al actual Pontífice, en concreto el portavoz vaticano y director de la televisión y radio vaticana, Federico Lombardi, o un representante del Tercer Mundo más alejado de la curia, como el indio Lisbert D'Souza.

Pero en los últimos días también se ha hablado de la posibilidad del puertorriqueño Luis Orlando Torres y del mexicano Jose Morales Orozco, así como de los vascos Fernando Fernández Franco (nacido en India) e Ignacio Echarte y el cordobés Elias Royon.

La XXXV Congregación General de la Compañía de Jesús tiene lugar después de que su actual prepósito general, Peter-Hans Kolvenbach, tras 24 años en el cargo, haya presentado su renuncia al alcanzar los 80 años, a pesar de que el cargo es vitalicio.

La Compañía de Jesús ha publicado la carta que el papa Benedicto XVI ha enviado para esta ocasión a Kolvenbach y en la que pide a los jesuitas que reafirmen su "adhesión total a la doctrina católica", en particular "en algunos puntos neurálgicos atacados hoy en día por la cultura secular".

Una "adhesión" que, según el Papa, tiene que ser reafirmada en "la relación entre Cristo y las religiones, algunos aspectos de la teología de la liberación y varios puntos de la moral sexual, sobre todo en lo que se refiere a la indisolubilidad del matrimonio y a la pastoral de las personas homosexuales".

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