viernes, 18 de febrero de 2011

El libro de Enoc y otros manuscritos antiguos Departamento de Profecías Bíblicas


Según Moisés, Enoc fue uno de los patriarcas originales. Vivió en el tiempo antes del diluvio y era hijo de Jared. Su hijo Matusalén vivió más que ningún otro hombre en la tierra, 969 años. Luego de haber vivido en compañerismo con Dios, Enoc fue arrebatado al cielo en un carro de fuego, y dice la Escritura: "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios" (Gn. 5:24). Teólogos respetables y eruditos en la Palabra de Dios aseguran que Enoc dejó un registro. Se dice que este libro fue escrito originalmente en hebreo o arameo, y que la iglesia abisinia primitiva lo aceptó como parte de su canon.
No fue, sino hasta 1773 que el explorador africano J. Bruce trajo una copia de este manuscrito a Inglaterra. En 1885, el libro fue traducido al alemán por primera vez en Frankfurt. Mientras tanto se descubrieron fragmentos de una copia más antigua escrita en griego. La comparación entre los textos etíope y griego mostraron que concordaban, por lo tanto se puede suponer que ahora poseemos una copia auténtica del libro de Enoc. Los capítulos 1 al 5, anuncian el juicio final, aseguran que el Dios del cielo dejará su morada celestial para aparecerse en la tierra con su hueste de ángeles. Sin duda a esto fue a lo que se refirió Judas cuando dijo: "De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares" (Jud. 14).
Los capítulos 6 al 16 describen la caída de los ángeles rebeldes y mencionan los nombres de los ángeles que se unieron a las hijas de los hombres en contra del orden divino. Judas también hizo alusión a esto cuando dijo: "Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día" (Jud. 6). En los capítulos 17 al 36, Enoc viaja a mundos diferentes y describe firmamentos distantes. Los capítulos 37 al 71 contienen todas las parábolas que Dios le confió al profeta. También le ordenó a Enoc que le entregara el libro a generaciones futuras, porque los hombres de su tiempo no iban a comprender las connotaciones técnicas, que estaban dirigidas a otras generaciones. Los capítulos 72 al 82 ofrecen detalles increíbles sobre las órbitas del sol, la luna y las estrellas.



En la información registrada en el libro de Enoc, que según el patriarca le fue confiada por el Altísimo, su compendio astronómico abarca fracciones complicadas y series exponenciales que se asemejan increíblemente a nuestro propio conocimiento matemático actual, extendiéndose por muchas páginas. Enoc argumenta que el tiempo no debía medirse en conformidad con la luna, sino con el sol. De manera interesante el año solar de Enoc es de 364 días, aunque el patriarca estaba al tanto del año de 365 días y un cuarto de día.El resto de los capítulos contienen conversaciones entre Enoc y su hijo Matusalén, a quien advierte del diluvio inminente. Antes que Enoc desapareciera en el cosmos para estar con Dios, le dio este mensaje a su hijo: «Mi hijo Matusalén, guarda estos libros escritos por tu padre y entrégaselos a generaciones futuras del mundo» (Capítulo 82). Génesis 5:23, dice: "Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años", luego fue arrebatado al cielo.



Los gigantes del mundo antiguo


En la Biblia, la palabra refaítas quiere decir «gigantes», por consiguiente, los refaítas eran una raza de gigantes. El Señor le dio a Abraham el territorio de los refaítas: "En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas" (Gn. 15:18-20). Los doce espías que envió Moisés para inspeccionar el territorio, informaron: "También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como la langostas; y así les parecíamos a ellos" (Nm. 13:33).Los emitas moraban en Ar y eran altos como los anaceos: "Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac..." (Dt. 2:11). Og, rey de Basán, era un gigante. El gigante más conocido en la Biblia es Goliat, al que David le dio muerte con una piedra:"...tení a de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro..." (1 S. 17:4-7). Goliat medía casi tres metros de alto. Llevaba puesto un casco de bronce en su cabeza y armadura que pesaba más de 125 libras. El peso de su espada era de unas 15 libras.
Cuando leemos el relato en el capítulo 21 del libro 2 Samuel y el capítulo 20 de 1 Crónicas, tal parece que Goliat tenía cuatro hermanos. Asimismo parece que su padre también era un gigante. Uno de sus hermanos se llamaba "Sipai" (1 Cr. 20:4), otro"Lahmi" (1 Cr. 20:5), un tercero "Isbi-benob" (2 S. 21:16), el nombre del cuarto no se menciona, pero dice la Escritura que era "...un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos..." (2 S. 21:20).
En el Antiguo Testamento hay muchas referencias a esta raza misteriosa conocida en el pasado antiguo como los "refaim" o "refaítas". El examen de varias escrituras al respecto, revela algunas cosas asombrosas incrementado significativamente nuestro conocimiento de la profecía. Manuscritos antiguos del Medio Oriente, al igual que la propia Biblia, por largo tiempo los han identificado como habitantes del mundo de las tinieblas. Son descritos como los espíritus de los muertos. Además, aunque pueden estar débiles y lánguidos en su estado actual, parecen estar conscientes y en posesión de conocimiento acerca de su condición existente. Ellos son también los acreedores de uno de los juicios más severos de Dios. Pero definir quiénes son no es tan simple como parece en principio, porque en la Biblia también encontramos numerosas referencias a miembros vivos de los refaítas.
Y aquí la historia comienza a tornarse interesante, porque algunos de estos ángeles pecadores mencionados por Pedro y Judas también están implicados en las horrorosas perversiones que conllevaron a la destrucción del mundo con el gran diluvio del día de Noé. La historia de ellos está dada en Génesis 6:4,5: "Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal".
Aquí "los hijos de Dios" son los b'nai elohim. A lo largo de los años ha habido gran debate respecto a si estos seres eran humanos o no. Muchos han dicho que eran los hijos de Set, pero en el análisis final encontramos que el término b'nai elohim es usado varias veces en el Antiguo Testamento. Virtualmente en todos sus usos, la referencia obvia es a la creación angélica de Dios, tal como en Job 1:6; 2:1; 38:7; Daniel 3:25; Salmos 29:1 y 89:6. La mayoría de expositores han concluido que estos son ángeles caídos, los mismos que dice Judas que "...no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada..."
Y lo más importante, cuando miramos el resultado de su infracción, llega a ser más que obvio que eran esos ángeles corruptos. Ellos en forma literal tomaron mujeres de la tierra como compañeras, dando origen a una progenie monstruosa cuyo comportamiento era totalmente perverso. La descendencia de esos ángeles son llamados "gigantes" en la Biblia, pero esta palabra es traducida del hebreo nefilim, que significa «los caídos».

Pero entonces, ¿por qué se les llama "gigantes?" Muy probablemente se debe a que las antiguas versiones griegas del Tora hebreo tradujeron ésta y otras referencias a esas perversiones monstruosas de la humanidad como "gigantes", tomándola de la palabra griega que también es «gigante». De hecho, la evidencia es que ellos realmente eran hombres de gran estatura. Más que eso, parece que tenían poderes sobrehumanos que dieron origen a esas antiguas leyendas de los dioses griegos. Josefo, el historiador judío escribió en el primer siglo, en su obra Antigüedades de los Judíos, libro 1, capítulo III, parágrafo 1, que «Muchos ángeles de Dios convivieron con mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban el bien, confiados en sus propias fuerzas; porque según la tradición estos hombres cometían actos similares a los de aquellos que los griegos llamaban gigantes».
Si usted está ligeramente familiarizado con la antigua mitología griega, no dudo que se estremecerá ante las implicaciones de esta declaración. Esas antiguas leyendas están colmadas con perversas combinaciones de hombres y bestias. Hablan de semidioses cuyos poderes eran usados caprichosamente para torturar y esclavizar a la humanidad. Narran horribles historias de incesto, ocultismo y toda serie de horrores, de dioses que tomaban las vidas a su antojo. Se caracterizaban por sus pensamientos y actos diabólicos en una pesadilla orgiástica de abuso de poder. La mitología griega es una continua historia de horror, poblada con bestias y monstruos de cada descripción.
Pero el libro de Génesis se refiere a ellos simplemente como "gigantes". Un gigante entonces es una especie de perversión de eso que es natural y que fuera originalmente designado por Dios para vivir en paz sobre la tierra. De hecho, la traducción antigua en griego del Antiguo Testamento, llamada la Septuaginta, se refiere no sólo a los nefilim, sino también a los refaim como "gigantes". Pero en la traducción en inglés y en español de la Biblia, esta conexión está en su mayor parte perdida. En lugar de eso, encontramos el uso del nombre propio Refaim.Es también notable que los refaim o refaítas también estén mencionados en la Biblia como seres reales, vivos e históricos. De hecho, habitaban en el área que ocupa hoy la moderna Jordania y Siria, en el territorio que yace generalmente al este del mar de Galilea. Ellos vivían en cercanía inmediata con otros dos grupos de gigantes, llamados "emitas" y "zomzomeos" o "zuzitas". En el mundo antiguo todos eran mencionados genéricamente como «gigantes». Génesis 14:5 los nombra en conjunción con la salida de Abraham a la tierra prometida: "Y en el año décimocuarto vino Quedorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim" .En este día se pueden encontrar ruinas en esta región que son de proporciones gigantescas. Allí, y en dirección norte hacia Siria y Líbano, están las ruinas de edificios antiguos y templos que dejan perpleja la imaginación. Por ejemplo, las ruinas de Baalbek en el valle del Beqa'a de Líbano, son tan masivas que algunos han sugerido que no podrían ser duplicadas ni siquiera usando las técnicas modernas de construcción. En la acrópolis de Baalbek, se levantaba un templo dedicado al dios de la tormenta Hadad. Tenía 18 metros de ancho por 88 de largo y estaba rodeado por 19 columnas, cada una de 19 metros de alto y más de 2 metros de diámetro. Las losetas de piedra de los pisos todavía están intactas, ¡y cada una es más grande que el vagón de un ferrocarril moderno! Nadie puede imaginarse cómo fueron colocadas allí.
Hay muchos otros ejemplos de estructuras antiguas de tamaño descomunal en el Medio Oriente. No debemos sorprendernos por la existencia de ellas. Muchas veces los primeros israelitas encontraron pueblos a los que llamaron "gigantes". Incluso más tarde cuando Moisés sacó al pueblo de Israel fuera de Egipto hacia la tierra prometida, vieron gigantes.
Tal vez el incidente más famoso lo encontramos en el capítulo 13 de Números, en el cual un grupo de doce hombres espías fue enviado para reconocer el territorio. Diez de los doce hombres estaban tan asustados por la presencia de los gigantes, que se negaban a volver allí: "Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos" (Nm. 13:32, 33).En manuscritos hebreos muy antiguos, estos gigantes son llamados Nefilim, y los espías aparentemente pensaron que eran descendientes de un largo linaje de estas criaturas, los que se mencionan por primera vez en los días antes del diluvio. Pero si el mundo antediluviano, con excepción de Noé y su familia fue enteramente destruido, ¿cómo fue que sobrevivieron los gigantes diabólicos? Aquí, sólo podemos especular. Pero es probable que el linaje de los nefilim, emitas, zomzomeos y refaítas de alguna forma volvió a comenzar incluso en los días después del diluvio. Una cosa sí sabemos: después del diluvio el comportamiento de ellos era de continuo solamente el mal, igual que los nefilim antes del diluvio. La fuerte sugerencia es que la interacción de los seres humanos con los espíritus diabólicos del paganismo antiguo es capaz de romper la herencia genética del hombre. El resultado parece ser una descendencia monstruosa.
También había otra rama de los refaim conocidos por el nombre de "Anaceos". Leemos sobre ellos en Deuteronomio 2:10,11 en donde se describe a Moab como el área de habitación de ellos: "(Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas...)"
Aquí, la palabra que se traduce como «gigantes» es una vez más el término hebreo refaim. Ellos eran una raza anormal. Todos parecen haber sido odiados y temidos por las personas normales. Dios sancionó su destrucción y finalmente su linaje desapareció por entero. Incluso los zomzomeos eran una sub-clase de los refaim. Deuteronomio 2:20,21 menciona la destrucción de ellos del territorio de Amón, mientras al mismo tiempo designa su origen: "(Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos; pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquéllos, y habitaron en su lugar...)"Como podemos ver por los varios pasajes de la Escritura que hemos citado, los refaim existían en los días de Moisés. El Señor incluso le comisionó para que exterminara a los últimos de su raza.

El último refaim

Antes de entrar en la tierra prometida, Moisés guió a los israelitas hacia una campaña militar en dirección norte a través de Moab, Amón y Basán, territorios conocidos hoy como Jordania y Siria. Sus conquistas concluyeron con la derrota de Og, rey de Basán, quien es descrito así en Deuteronomio 3:11: "Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre"



Parte I
Dependiendo del largo del codo que se usa aquí, ¡la cama de Og tenía entre 4 a 5 metros con 25 centímetros de largo! ¡Era verdaderamente un monstruo! Pero eso no es todo, Og era del linaje de los refaim. De hecho, era el último de este linaje diabólico. Josué 13:12 señala este hecho: "Todo el reino de Og en Basán, el cual reinó en Astarot y en Edrei, el cual había quedado del resto de los refaítas; pues Moisés los derrotó, y los echó". El período de culturas dominadas por gigantes finalizó con Og. Los refaim vivos, como sus congéneres muertos que vagaban en la congregación de los condenados, parecen haber sido el producto de un sistema tenebroso y diabólico que permanece oculto en la historia de la humanidad.Entre los judíos se enseña incluso, que algunos de los nefilim sobrevivieron al diluvio de Noé y que Og era el último de su linaje. Esto ciertamente no está confirmado en la Escritura, pero parece existir una tenebrosa conexión espiritual entre Og y esos monstruosos predecesores

Gog, el espíritu del mal


El vínculo entre los refaim vivos y muertos, parece yacer en el hecho de que ambos están unidos con las actividades de los ángeles caídos. Pero este estudio no estaría completo sin añadir el nombre de Og, rey de Basán, el cual parece repercutir a través de las edades como un gigantesco gong. Está marcado para llamar la atención a un hecho asombroso. En hebreo, el nombre de Og es deletreado en tal forma que puede ser, ¡y tal vez verdaderamente se pronunciaba «Gog!» La primera letra hebrea del nombre Og es ayin. Esta letra originalmente se pronunciaba con un sonido gutural de «g», como gayin. Por consiguiente, su nombre originalmente debía pronunciarse «Gog».Como ejemplo adicional sobre este caso gramatical, puedo mencionar los nombres de dos lugares hebreos muy conocidos: Gaza y Gomorra. Gaza en hebreo comienza con ayin, la cual produce su característico sonido de «g». Asimismo Gomorra, en hebreo, comienza con la misma letra y hasta este mismo día se pronuncia con un fuerte sonido de «g».

A Og... ¿o debemos mejor decir Gog?, rey de Basán, le está reservada una clase de infamia especial. Es el último de un linaje monstruoso y pervertido que lleva el nombre de una congregación especialmente reconocida como el mundo de las tinieblas. Ya sean los vivos o los muertos, los refaim están destinados para juicio. Tal vez Og está languideciendo entre los muertos sin redención en el Hades hasta este mismo día.Og era el último de los refaim vivo. Quizá la pronunciación de su nombre, Gog, nos diga que fue también el arquetipo de una clase particular de corrupción. El nombre Gog, aunque deletreado en forma diferente, debía pronunciarse de la misma forma y aparece una vez más mencionado en Ezequiel 38:2, donde dice: "Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal..." Aquí, al enemigo de los últimos días que la gran mayoría identifica como Rusia, se le da la siniestra designación de "Gog". Expertos en lingüística por largo tiempo han tratado de explicar por qué al líder ruso se le ha dado este nombre. Aparentemente no tiene conexión con ninguna otra palabra. Probablemente es simplemente un título para perversidad diabólica. En un futuro muy distante, este maligno título será resucitado una vez más. Vemos un cuadro gráfico de esto en Apocalipsis 20:7,8: "Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar".Esta es la depravada rebelión final una vez más dirigida por Satanás. Después de mil años de paz mesiánica, nuevamente el diablo causará problemas. A no dudar estará acompañado por una miríada de fuerzas diabólicas y por última vez Gog irá también en el espíritu de los refaim.Es un espíritu de las tinieblas, nacido de la creencia de que Dios no es digno del más alto honor, adoración y obediencia. Como Samuel le dijera a Saúl: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión..." (1 S. 15:23). Cuando el profeta dijo esto trazó una conexión entre la caída del hombre y las fuerzas ocultistas que así caracterizan la obra de Satanás. La antigua rebelión angélica comandada un día por Lucero, Satanás, no trajo luz, sino tinieblas; no dio origen a una raza de hermosos seres espirituales, sino a un grupo repugnante de monstruos desfigurados, ¡los refaim!

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