viernes, 18 de febrero de 2011

Los carros de fuego



Elías fue uno de los grandes profetas de Israel en el siglo IX A.C. durante el malvado reinado del rey Acabo. Después de designar a su sucesor para el oficio profético, Elías fue guiado hacia el desierto cerca de Jericó y fue arrebatado al cielo en un carro de fuego. Los expertos en ovnis contienden que Elías fue uno de los primeros registros de secuestros por los ovnis. Sin embargo, el relato bíblico afirma que Elías fue trasladado al cielo por el Señor: "Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal... Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes" (2 R. 2:1, 11, 12).
Sabemos que Elías no fue secuestrado por un ovni porque está registrado en el capítulo 17 de Mateo que más tarde se apareció ante el propio Señor Jesucristo en el Monte de la Transfiguració n: "Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él" (Mt. 17:2, 3). Asimismo, según el capítulo 4 de Malaquías, Elías regresará nuevamente a la tierra antes del día grande y terrible del Señor: "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible" (Mal. 4:5).
Elías, como Enoc, fue trasladado directamente al cielo sin experimentar la muerte física. Como tal, es una hermosa semblanza del futuro rapto de la Iglesia cuando millones de santos vivos serán trasladados instantáneamente al cielo en cuerpos glorificados:
• "Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria" (1 Co. 15:50-54).



• "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras" (1 Ts. 4:13-18).

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