viernes, 18 de febrero de 2011

Parte II- los Angeles

El problema con estas tres primeras interpretaciones de Génesis 6:1-5, es que no explican adecuadamente por qué a la progenie de tal unión le llaman "gigantes" o por qué su presencia desencadenó tal iniquidad sobre la tierra que finalmente conllevó al juicio cataclísmico de Dios en la forma de un diluvio. El cuarto y último punto de vista es el que mejor explica todos estos factores.

Los ángeles caídos


La lectura obvia y natural de Génesis 6:1-5 parece indicar que durante los días de Noé, tuvo lugar una extraña y abominable atrocidad, algo tan horrible, tan impensable que desató una oleada de iniquidad que terminó por inundar la tierra. Esta corrupción de la tierra durante los días de Noé fue tan extensa que ningún remedio normal fue suficiente. Sólo la destrucción total podía erradicar completamente esta terrible infestación de iniquidad. Este pecado sin precedentes fue que "los hijos de Dios", los ángeles caídos, vieron a "las hijas de los hombres" y tomaron esposas entre ellas.La descendencia de esta perversa unión fueron los "gigantes", hombres de renombre, monstruos, no sólo en su tamaño; sino también en perversidad. Como un ejército invasor de seres extraterrestres, estos ángeles caídos se encendieron en lujuria contra las mujeres de la tierra, abandonaron por consiguiente su propia morada en los cielos y descendieron como un tornado a nuestro planeta a fin de consumar sus deseos por carne extraña. El comentarista bíblico W. R. Newel, declara esto muy claramente: «No hay explicación posible para estos versículos excepto el hecho de que los seres humanos fueron invadidos por criaturas de otro orden, ángeles caídos que no guardaron su propia dignidad, sino que dejaron su morada».

De regreso al futuro
De manera interesante está profetizado que las características de esos días antediluvianos, por extrañas que puedan parecer para nuestras mentes ilustradas hoy, habrán de repetirse durante los días finales de esta edad presente. Está registrado en Mateo 24:3, que justo dos días antes de la muerte del Señor en la cruz, "...los discípulosse le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?" El Señor Jesucristo respondió a esta pregunta señalando un buen número de señales, dijo: "Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes y hambres y terremotos en diferentes lugares" (Mt. 24:7), agregando que todo esto habría de ocurrir en la generación que sería testigo de su retorno. Sin embargo, el clímax para esta extraña profecía lo encontramos en Mateo 24:37-39: "Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre".

En estos grandiosos versículos, Jesús no sólo verifica la historicidad del gran diluvio, sino que nos instruye para que estudiemos cuidadosamente las características de los días justo antes del diluvio, porque los mismos serían misteriosamente similares a los días antes de su retorno. Pero... ¿Qué ocurrió en los días de Noé que los hizo tan únicos? ¿Qué tipo de actividad tuvo lugar en esos días que también está sucediéndose nuevamente en nuestros días? Dos respuestas vienen a mi mente:
• La pecaminosidad sin precedentes y la iniquidad moral del hombre: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal" (Gn. 6:5).
• La invasión abierta y también sin precedentes de los ángeles caídos a la tierra:"Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre" (Gn. 6:1-4).
De tal manera que fue la iniquidad de la humanidad, combinado con la abominable unión de lo sobrenatural con lo natural, lo que motivó que Dios juzgara al mundo. Pero... ¿Nos estamos aproximando rápidamente a un tiempo similar al de Noé? ¿Están los hijos de Dios una vez más invadiendo el planeta tierra? ¿Será esta creciente actividad de los ovnis en nuestro tiempo prueba de la proximidad de los últimos días? La clave para interpretar estas preguntas yace en la interpretació n apropiada del capítulo 6 de Génesis. ¿Son los hijos de Dios realmente los ángeles caídos, o son simplemente los hijos piadosos de Set? Si podemos demostrar que los "hijos de Dios" son verdaderamente ángeles caídos, entonces estaremos estableciendo un vínculo crucial entre el capítulo 6 de Génesis y la hipótesis que explica el origen y naturaleza demoníaca de los ovnis y sus ocupantes. Esto sería un salto gigantesco para la humanidad. A continuación vamos a examinar la evidencia para interpretar Génesis 6:1-5 como una referencia a una invasión antediluviana del planeta tierra.

El significado claro de «bene elohim»


La primera y más importante pieza de evidencia que necesitamos examinar es el significado de la frase hebrea "hijos de Dios". La expresión actual en hebreo es «bene elohim» y se usa sólo cuatro veces en el Antiguo Testamento. Tres veces en el libro de Job: en Job 1:6, 2:1 y 38:7. El texto de Job 1:6 es el que mejor representa a esos versículos y dice: "Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás" (Job 1:6).

No cabe duda para nada que en cada uno de estos pasajes de Job, el significado debene elohim se aplica exclusivamente a los ángeles. La cuarta vez que la frase "los hijos de Dios" aparece en el Antiguo Testamento es en el libro de Daniel, cuando los tres amigos de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego fueron lanzados al horno ardiente y el rey dice: "He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses" (Dn. 3:25). En este caso, este "hijo de los dioses" fue la aparición preencarnada del Señor Jesucristo.
Es bien claro entonces, que el título "hijos de Dios" en el Antiguo Testamento es exclusivo para los seres angélicos y para Cristo. De tal manera, parece que no hay duda de que al menos en lo que al hebreo se refiere, el intento del escritor del capítulo 6 de Génesis fue comunicar el pensamiento de que se trataba de ángeles.El comentarista bíblico Arno C. Gaebelin declaró: «La pregunta es, quiénes son los hijos de Dios que tomaron por esposas a las hijas de los hombres... 'Hijos de Dios' es el calificativo que se le aplica en el Antiguo Testamento a los seres sobrenaturales, tanto buenos como malos. En el Antiguo Testamento se les llama 'hijos de Dios' tanto a los ángeles buenos como a los caídos. El propio Satanás es reconocido entre los hijos de Dios en Job 1:6 y 2:1. El término 'hijos de Dios' se refiere entonces aquí a seres sobrenaturales. Esas criaturas diabólicas descendieron en el aire y comenzaron a cohabitar con las hijas de los hombres que escogieron».En su libro titulado Espiritismo y los ángeles caídos, James Gray dice esto acerca del término "hijos de Dios": «Encontramos que la frase 'hijos de Dios' se usa siempre en todas partes en el Antiguo Testamento para designar ángeles, por lo tanto ¿por qué no se iba a emplear aquí? Por consiguiente si fuera así, entonces portaría consigo dos órdenes distintas de criaturas y la de una raza mezclada, parcialmente humana y parcialmente sobrehumana, lo cual fue justamente un trastorno del plan divino tanto que garantizó el exterminio casi total de todo lo que había sobre la tierra».Es también interesante notar que ni a los descendientes de Set, ni a ningún creyente verdadero se le llama en el libro de Génesis "hijo de Dios". De hecho, a los creyentes jamás se les llama "hijos de Dios" en el Antiguo Testamento, sino que es un concepto único en el Nuevo Testamento. Por esta evidencia uno debe concluir que la única explicación obvia y comprensible de esta frase "hijos de Dios" es que estos seres eran hijos angélicos de Dios, no hombres. Dios se refiere a ellos como "hijos" porque fueron creados directamente por Él.

La traducción de la Septuaginta



La Septuaginta griega es una traducción del Antiguo Testamento del hebreo al griego, llevada a cabo alrededor del año 280 A.C. Es muy significativo que la Septuaginta traduzca la frase de Génesis 6:2 bene elohim como «ángeles de Dios». Este hecho es simplemente significativo debido a la edad de la Septuaginta. Es importante en extremo porque la Septuaginta era la versión del Antiguo Testamento usada más comúnmente durante el período apostólico. La Septuaginta debió ser el Antiguo Testamento en griego que leyera y citara el Señor Jesucristo y sus apóstoles durante el primer siglo de la era cristiana. En otras palabras, se ha demostrado que la Septuaginta es una traducción confiable del Antiguo Testamento desde hace unos 2.300 años.

Parte IV
La interpretació n de que "los hijos de Dios" mencionados en el capítulo 6 de Génesis eran ángeles caídos es el punto de vista más antiguo y el que más apoyan los comentaristas bíblicos. Flavio Josefo, el historiador judío del primer siglo, todos los escritores judíos e intérpretes de la antigüedad, al igual que los primeros escritores cristianos, sostenían que la frase de Génesis 6:2 bene elohim era una referencia a los ángeles caídos. Hombres como Filo, el mártir Justino, Clemente de Alejandría, Orígenes, Irineo, Cipriano, Tertuliano, Ambrosio, Metodio y otros más, todos estuvieron de acuerdo que la frase hebrea "hijos de Dios" es una referencia a los ángeles caídos. En su monumental obra Antigüedades de los judíos, Josefo se refiere a la tradición antigua de que los ángeles cohabitaron con mujeres de la tierra antes del diluvio. Dice en el libro 1, capítulo III, parágrafo 1: «Muchos ángeles de Dios convivieron con mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban el bien, confiados en sus propias fuerzas; porque según la tradición estos hombres cometían actos similares a los de aquellos que los griegos llaman gigantes... Fue hasta entonces que quedó esa raza de gigantes, quienes tenían cuerpos tan grandes, y semblantes tan enteramente diferentes de los otros hombres, que sorprendía verlos y era terrible escucharlos. Los huesos de estos hombres todavía pueden verse hasta este mismo día». Si usted está algo familiarizado con la antigua mitología griega, no dudo que se estremezca ante las implicaciones de esta declaración. Esas leyendas antiguas están colmadas con combinaciones perversas de hombres y bestias.

El mártir Justino, quien vivió entre los años 110 al 165 de la era cristiana, nos provee el mismo comentario sobre la cultura antediluviana: «Los ángeles transgredieron y se sintieron atraídos por el amor de las mujeres y les engendraron hijos».Los antiguos libros apócrifos Primero de Enoc, Jubileos y el Apocalipsis de Baruc, al igual que ciertos otros manuscritos encontrados entre los rollos del Mar Muerto, le atribuyen la actividad de Génesis a los ángeles caídos y hablan extensamente sobre los descendientes de los"guardianes" angélicos y su progenie de gigantes. En una de tales referencias en el primer libro de Enoc, Dios instruye así a Enoc: «Ve y dile a los guardianes del cielo, que tú has sido enviado para interceder por ellos: Tú intercederás por los hombres y no los hombres por ti. Porque ellos abandonaron las alturas, el cielo santo y eterno, y se acostaron con mujeres, contaminándose a sí mismos con las hijas de los hombres, tomando esposas para sí, haciendo como los hijos de la tierra, engendrando gigantes como hijos. Y aunque eran santos, seres espirituales y tenían vida eterna, se contaminaron a sí mismos con la sangre de la carne, codiciaron la carne y la sangre como esos que murieron y perecieron».
Tal parece que los padres de la Iglesia en los primeros cuatro siglos no conocían ninguna otra interpretació n, excepto que "los hijos de Dios" eran ángeles. De hecho, los primeros escritores cristianos en sugerir que "los hijos de Dios" eran los descendientes de Set fueron Crisóstomo y Agustín en el siglo cuarto de la era cristiana. Esta interpretació n prevaleció en ese tiempo, y por los 1.500 años pasados muchos eruditos bíblicos han sostenido que "los hijos de Dios" mencionados en el capítulo 6 de Génesis eran los hijos piadosos de Set y "las hijas de los hombres" el linaje perverso de Caín. Adoptaron esta interpretació n, en parte debido a que la alternativa de los ángeles caídos les pareció extraña y extravagante. Sin embargo, muchos estudiosos reconocidos de la Palabra de Dios están convencidos que la interpretació n antigua es la correcta, de que "los hijos de Dios" son ángeles caídos que descendieron a la tierra y se encendieron en lascivia por las mujeres casándose con ellas y produciendo así esta increíble progenie híbrida que la Biblia llama "gigantes".

Matrimonios no hechos en el cielo


La Biblia enseña así que los creyentes no deben casarse con inconversos: "La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor" (1 Co. 7:39). "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" (2 Co. 6:14). Sin embargo, no hay sugerencia alguna de que este pecado en particular sea imperdonable o más responsable de producir deterioro social, que otro pecado. Tampoco hay evidencia médica que el casarse con un perverso cause "gigantismo" entre los hijos nacidos de esa unión. Incluso, el juicio del diluvio habría sido demasiado para un pecado de esta naturaleza. Si los eventos del capítulo 6 de Génesis van a ser interpretados sólo como un caso de matrimonios mixtos entre hombres piadosos y mujeres perversas, sorprende pensar que Dios hubiera usado algo tan severo como el juicio del diluvio. Es obvio que este pasaje se refiere a algo más siniestro.

Los ángeles y el sexo

Otra razón por la que algunos rehúsan aceptar la interpretació n de los ángeles caídos en el capítulo 6 de Génesis, es porque consideran que es imposible que los ángeles puedan tener relaciones sexuales con mujeres y tener hijos con ellas. Sin embargo, esta objeción presupone más acerca de las habilidades de los ángeles de lo que realmente sabemos. Es cierto que Jesús dijo en Mateo 22:30: "Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo", sin embargo esto no indica de manera categórica que los ángeles no tienen sexo. Sin duda cuando los creyentes resuciten retendrán su propia identidad personal, incluyendo el hecho de que seguirán siendo hombres y mujeres. Además, cuando el Señor Jesucristo dijo que los ángeles de Dios en el cielo no se casan, esto no significa que esos ángeles que fueron expulsados del cielo eran incapaces de hacerlo.
En su libro titulado Satanás, el autor F. C. Jennings tiene que decir esto acerca de los ángeles y el sexo: «Tal vez hayan dificultades psicológicas, pero ciertamente es tan poco lo que sabemos acerca de las posibilidades de la existencia angélica que optamos por dejarlo. De que los ángeles coman, beban y se alimenten con pan, ciertamente involucra iguales dificultades, pero se encuentra declarado claramente en los capítulos 18 y 19 de Génesis. De tal manera que los ángeles parecen tener el poder de materializarse y simular las funciones de un cuerpo humano».

El libro de Judas del Nuevo Testamento parece ser bien explícito al declarar que estos ángeles caídos adoptaron cuerpos humanos y se entregaron a los placeres de la carne. Judas 6 y 7 declara: "Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno".Es interesante que en cada ocasión en que los ángeles se les aparecieron visiblemente a los hombres, tal como está registrado en la Biblia, siempre se aparecían en cuerpos físicos de hombres. ¿Recuerda que los ángeles que se le aparecieron a Abraham en el capítulo 18 de Génesis tenían forma de hombres?: "Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra" (Gn. 18:1, 2).

Más tarde, en la misma historia, estos ángeles fueron a Sodoma a sacar a Lot y su familia. Allí los hombres de Sodoma trataron de echarles mano y usarlos para sus propósitos sexuales: "Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino... Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado" (Gn. 19:1, 2, 4-8).
El apóstol Judas dice que de la misma manera como los hombres de Sodoma fueron en pos de carne extraña, los ángeles caídos hicieron lo mismo. Es aparente por la Escritura que Dios le ha dado a los ángeles la capacidad de materializarse a sí mismos en forma de hombres cada vez que la ocasión lo justifique. Mientras es claro que no eran ni las intenciones de Dios ni su voluntad que los ángeles se mezclaran en forma sexual con los seres humanos. La línea final es que a los ángeles no les importó ni les preocupó la voluntad expresa de Dios. De hecho, fue justamente por el propósito de frustrar la voluntad divina que este perverso batallón de "los hijos de Dios" se empeñó en estas relaciones sexuales prohibidas con mujeres de la tierra.Un comentarista escribe: «Satanás no había olvidado la profecía de Dios de que la simiente prometida de la mujer terminaría un día por destruirlo.. . Satanás y sus ángeles deben haber temido que la oportunidad de ellos por victoria en el conflicto cósmico estuviera en peligro inminente. Deseando refuerzos por una batalla venidera contra la hueste celestial, y también deseando si era posible corromper completamente la humanidad antes de que llegara la Simiente prometida y derrotara a Satanás, parece que decidieron utilizar el maravilloso poder de la procreación que Dios le había dado a la familia humana para corromperla para sus propios fines. Los hombres ahora se estaban multiplicando rápidamente sobre la tierra y Satanás, al implantar su propia `simiente' en medio de la humanidad, podría ganar el apoyo en una sola generación de una vasta multitud de extraterrestres en contra de Dios».

El linaje de Set



Si en el hebreo la frase bene elohim es verdaderamente una referencia al piadoso linaje de Set, entonces eso presupone que todo el linaje de Set era santo. El problema obvio es que no todos los hijos de Set eran piadosos, porque todos ellos, con la única excepción de Noé y su familia perecieron en el diluvio. Y si fue así, entonces, ¿por qué vamos a llamarlos "hijos de Dios?" También es importante recordar que Adán y Eva tuvieron más hijos además de Caín y Set. ¿Fueron todos ellos hijos espirituales de Dios como Set o fueron perversos como Caín?Las feministas tal vez lleguen a preguntarse: «¿Por qué todo está centrado en la unión de hombres piadosos con mujeres perversas? Pero... ¿Qué respecto a mujeres piadosas casándose con hombres perversos?»Finalmente, si Moisés, el autor del capítulo 6 de Génesis, quería que supiéramos que los hijos de Set comenzaron a casarse con las hijas de Caín, ¿por qué simplemente no dijo eso y así evitó toda esta confusión?

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