viernes, 20 de junio de 2008

HISTORIA DE SAINT GERMAIN



EL NOMBRE CÓSMICO DE SAINT GERMAIN ES ‘LIBERTAD’;

ES EL PADRE CÓSMICO DE LAS GENTES DE AMÉRICA



El alquimista más conocido fue el célebre Saint Germain, que empezó sus andanzas por este mundo en el siglo XVIII. Voltaire escribía sobre él a Federico II de Prusia que era un "hombre que nunca muere y conoce todas las cosas". Su primera aparición histórica data de 1743 en Londres, donde empezaron a correr rumores de que era mucho más viejo de lo que aparentaba.

Como era conde se codeaba con la nobleza y hablaba de hechos históricos de siglos pasados con tal cantidad de datos y detalles que parecía haber sido testigo ocular, de hecho decía haber conocido a Julio César y a Poncio Pilatos.

Se cuentan diversas anécdotas suyas, una de ellas habla del encuentro en casa de Madame Pompadour con la condesa Gerhy cierto día de 1750, la cual había estado 50 años antes en Venecia cuando su marido era embajador de dicha República. La condesa se acercó a Saint Germain y le preguntó:

Conde de Saint Germain
- Caballero, ¿tendríais la bondad de decirme si vuestro padre residía en Venecia en 1700?
- No señora -respondió el conde- pues hace mucho más tiempo que perdí a mi padre. Era yo quien vivía en Venecia a finales del siglo pasado y a comienzos del presente. Tuve entonces el honor de haceros la corte y vos tuvisteis la bondad de elogiar algunas barcarolas compuestas por mí y que cantábamos juntos.
- Perdonad mi franqueza, pero eso no es posible. El conde Saint Germain de entonces tenía 45 años y vos no representáis más edad en estos momentos.
- Señora, -contestó esbozando una sonrisa- soy mucho más viejo de lo que suponéis.
- Según esa cuenta, deberías tener más de 100 años.
- Es posible que los rebase...


Los que conocieron al conde notaron que nunca aparecía cansado, que jamás se le veía comer ni beber a pesar de los innumerables banquetes a los que asistió y nunca se interesó sexualmente por las mujeres. La fecha oficial de su muerte es la de 1784, en el castillo de Landgrave de Carlos de Hesse-Cassel, y en ausencia de éste. Muchos dicen no tener pruebas de su fallecimiento. A partir de esa fecha se asegura haberle visto en distintos lugares y en diversas épocas: 1785 en Rusia, 1792 en París, en 1867 en una reunión de la Gran Logia en Milán, en 1896 la teósofa Annie Besant dijo haberse encontrado con él, y en muchos más lugares y fechas hasta bien entrado nuestro siglo. En Viena existe el testimonio del rosacruz Franz Gräffer; el conde anunció su despedida así: "Hacia final de siglo desapareceré de Europa, iré a la región del Himalaya, reposaré... Me volverán a ver dentro de 85 años, día a día. Adiós, os quiero."
No es un individuo normal. Existen numerosas evidencias que probarían que ni siquiera es un ser humano, sino una fuerza superior que se encarna en ciertos seres humanos, ocupando cuerpos cual trajes temporarios.

Se cree que nació en un castillo, en los montes Cárpatos el 26 de mayo de 1696 y era hijo del último soberano de Transilvania.

El padre fue desterrado y murió en 1735 y él desde ese momento plasma la idea de recuperar el trono perdido.



Aparece en Escocia y vive allí hasta 1745, desde donde viaja a Alemania y Austria, para pasar, desde allí, a la India, donde estudia y se perfecciona en el manejo de la alquimia.

En 1758, establece contacto con un general francés muy influyente, quien le presenta a la famosa Madame Pompadour, y es ella la que se encarga de llevarlo ante el rey de Francia Luis XV; quien lo introduce en la corte con el nombre de Conde de Saint Germain. En esos momentos tenia 62 años, aunque dicen que solamente aparentaba la mitad. Uno de los tantos misterios de su vida es como se mantenía tanto física como económicamente porque asistía a las principales fiestas luciendo costosas ropas y joyas, incluso tenía créditos ilimitados, pero nunca se supo el alcance de su fortuna, como así tampoco el origen de su eterna juventud.. Entre los tantos misterios que hacen a su vida se destaca un hecho significativo: Nunca nadie lo vio comer ni beber y tampoco nadie conoció su casa, incluso mientras vivió en la corte, nunca durmió.

Se destacaba como músico (tocaba genialmente el piano y el violín), como escultor y también cantaba a la perfección con una exquisita voz de barítono.

Tenía una memoria prodigiosa, por lo que repetía páginas enteras de libros, con solo ojearlas una sola vez.

Hablaba correctamente y sin acentos extranjeros 14 idiomas: inglés, italiano, alemán, español, portugués, griego, francés, latín, chino, árabe, caldeo, hebreo, sirio y sánscrito; además de algunos dialectos, y también el cuneiforme babilonio y los jeroglíficos egipcios.

Era ambidiestro, pero no solo realizaba cosas con ambas manos, sino lo más difícil y extraño, podía escribir con las dos.

Murió el 27 de febrero de 1784, en una pequeña ciudad alemana llamada Eckenforde, junto a las costas del Báltico.

Sus adeptos dicen que, tanto la fecha de nacimiento como la de su muerte son totalmente falsas; y esto se ve corroborado porque no hay registros policiales ni privados de su velatorio, incluso tampoco tumba del Conde, hecho realmente significativo, dada la importancia de este personaje dentro de la corte real.

De él dijo Voltaire en una carta a Federico el Grande: “El Conde de Saint Germain es el hombre que nunca muere y todo lo sabe”.

También Helena Blatvatsky (fundadora de la Teosofía), después de dos siglos, hace referencia a su duda sobre la muerte de Saint Germain.

Se han escrito muchos libros basados en la vida del Conde, que incluso han sido llevados al cine, entre los más conocidos están: la obra de Dumas “El conde de Montecristo” y “La Pimpinela Escarlata” escrito por la Baronesa Orsi.

Este extraño personaje se materializaba en cualquier lugar de la corte, incluso en los aposentos del rey, burlando a la guardia. También se lo vio en muchas ocasiones en lugares muy distantes, casi al mismo tiempo (por lo que se cree que dominaba la bilocación).

Sus seguidores, dicen que era un iluminado,. enviado de las jerarquías blancas, pero su explicación era que “pedía prestado cuerpos” y que había usado alrededor de 40 de ellos; incluso alguna vez, comentó que había descubierto y bebía un liquido que lo mantenía joven y lo hacía inmortal.

En uno de los tantos libros que llevan su autoría, el denominado “La Santísima Trinosofía” manifiesta: “Me fueron abiertas las puertas de la inmortalidad, la nube que cubre los ojos de los mortales se disipó y los espíritus que preceden los elementos me reconocieron como señor suyo”.

Con respecto a su falta de envejecimiento, hay un hecho registrado que lo confirma: En el año 1710, la joven condesa Von Georgy lo describe como un individuo de alrededor de 45 años, dueño de un carisma especial y una arrolladora personalidad. La misma dama lo encuentra en una recepción de la corte, en 1760; ella ya era una madura mujer pero Saint Germain, por el contrario, estaba más joven que como ella lo recordaba en su encuentro de 50 años atrás y teniendo en cuenta que en 1710 ella lo describió como de 45 años, en ese momento rondaría los 95 años.

POSIBLE VIDA DEL CONDE

* Entró en el cuerpo de un hombre del paleolítico.

* Estuvo en un faraón de la primera dinastía.

* Se encarnó en el profeta Samuel, de la tribu Leví.

* Fue San Albano, el primer santo británico, en el siglo III.

* Visitó el cuerpo del mago Merlín entre los años 1214 y 1294.

* Posteriormente, fue Roger Bácon, conocido como el “doctor Mirabillis”.

* Luego fue Christian Rósenkreutz, introduciendo la logia Rosacruz en Europa

* En 1561 encarnó en Francis Bácon.

En 1696 (siempre según la crónica de sus seguidores), el Señor del Karma le comunicó que estaba listo para su ascensión, pero él solicitó quedar en la tierra con un cuerpo físico. Ese año adoptó el conocido nombre de Saint Germain que en el código Rosacruz significa “Santu Germanus” o sea “Hermano Santo”.

Como Saint Germaim estivo desde 1737 y hasta 1742 en la corte del Sha de Persia (donde amplió sus conocimientos esotéricos); presentándose al año siguiente en la corte de Luis XV, gracias a su relación amistosa con madame Pompadour -como ya dijimos-

Entre 1747 y 1756 se pierde su rastro, aunque se cree que estuvo en la India. En 1757 y hasta 1760 volvió a la corte de Luis XV (en esa época se decía de él que había adquirido la facultad de convertir el hierro en oro, el gran sueño de los alquimistas y se especulaba que ese era el origen de su fortuna).

En 1780, ya muerto Luis XV, y usando sus dotes de vidente, le advirtió a Luis XVI y a María Antonieta que se producirá una “gran conspiración que cambiará por completo el orden de las cosas” (Se refería a la Revolución Francesa que se produciría nueve años después, iniciándose con la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789). Como su anuncio no fue escuchado, y él formaba parte de la burguesía, se dirigió a Alemania, donde murió “oficialmente” en 1784.

A pesar de su pretendida muerte, se lo siguió viendo:

En 1835 el historiador alemán Oettinger lo encontró en París y en 1846 el embajador inglés Charles Vandam dialogó con el Conde de Saint Germain en la corte de Luis Felipe.

A fines del siglo XIX Madame Blatvasky lo encontró en el Tibet (un lugar muy especial para el Conde, donde adquirió muchos de sus conocimientos).

Ya en nuestro siglo, en 1901 el sabio inglés Leadbeater tuvo una charla con el Conde en Roma.

Existen registros de su presencia en Buenos Aires, en las fiestas del Centenario, (1910) y en esa oportunidad predijo la primera guerra mundial que se acercaba y se produciría cuatro años más tarde.

En 1917 fue un bolchevique de activa participación en la revolución rusa.

En 1934 se lo ubica en Roma,. el escritor italiano Enrico Contardi-Rhodio cuenta haber tenido una larga charla con el Conde en Piazza Navonna.

En 1939 se lo encuentra nuevamente en el Tibet.

En la década del ‘70 forma parte del equipo de la NASA para misiones Apolo. Luego se lo sindica como consejero del emir de Kuwait Amir Jabir al-Ahmad al-Jabar al-Sabah y por último, en la actualidad, dirigiendo una escuela hermética iniciática con tendencia “new age”, preparando (según afirman sus seguidores) a la humanidad para los grandes cambios que se avecinan.

El Conde de Saint Germain, el ser que nunca muere y ha participado en los grandes momentos de la historia.

El autor agradece al Sr. A. O. seguidor de las enseñanzas de Saint Germain quien le facilitó parte de la información aquí vertida y que prefiere mantenerse en el anonimato

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