lunes, 4 de agosto de 2008

Historia del budismo







La historia de la enseñanza de Buda (dharma), comenzó con la Iluminación de Sidharta Gautama que a la edad de treinta y cinco años despertó del sueño de la ilusión que encierra a todos los seres en un eterno círculo de ignorancia y de sufrimiento innecesario (samsara). Tras haberse iluminado, decidió comunicar su experiencia liberadora a todos los seres. Enseñó el dharma a lo largo de 45 años.

En la época en que murió Buda (app. 481 a.C.) su dharma estaba establecido en la parte central de la India. El corazón del conocimiento budista estaba en los monasterios, a pesar de que muchos de sus seguidores eran laicos. Mahakasyapa fue el primero en adoptar y recopilar a enseñanza de Buda, que hasta entonces era sólo de conocimiento oral. Luego de la muerte de Buda, según cuenta la historia, Mahakasyapa convocó a una gran asamblea, en la cual Ananda recitó los sermones de Buda (sutras), de quien era ayudante personal. En la misma ocasión, un monje recitó las reglas monásticas mencionadas por el Buda. En tanto que Mahakasyapa analizó las enseñanzas del maestro. Estos tres extensos discursos conforman el núcleo de las escrituras budistas. La asamblea fue reconocida como el Primer Consejo.

Durante el siguiente siglo después de su muerte, las enseñanzas de Buda se expandieron especialmente a través de la India. La diversidad cultural de los pueblos provocó algunas diferencias entre los seguidores del dharma y por lo mismo se convocó un Segundo Consejo. En él fueron censurados diez puntos de las reglas monásticas. A pesar de este esfuerzo por alcanzar un consenso, la congregación (sangha) comenzó a dividirse en diversas escuelas. Muchos también lo atribuyen al enorme tamaño del grupo de seguidores.

De acuerdo a la escuela Teravada, que continúa hoy en el sudeste de Asia, el Tercer Consejo se realizó hacia el 270 a.C. en los tiempos del rey Asoka. El monarca declaró a la escuela tradicional y más antigua (Teravada) como la central. Las demás escuelas reaccionaron emigrando gradualmente hacia el Oeste. El rey Asoka, soberano del imperio Mauran, favoreció enormemente la expansión de las enseñanzas. El imperio pronto se fragmentó, pero el dharma de Buda continuó siendo la fuerza dominante en la India durante los primeros siglos de nuestra era.

Bajo el reinado de Kanishka (app.siglo I-II) se efectuó el Cuarto Consejo. En esta época apareció la senda del bodhisattva o el Mahayana, caracterizada por la motivación altruista de liberar a todos los seres, como contrapartida al estilo monástico y personal del Teravada o Hinayana. Fue esta nueva forma del dharma de Buda, el mahayana, la que acabaría por conquistar el norte, incluyendo China, Japón, Corea, Tíbet y Mongolia.

Grandes maestros dieron forma al Mahayana durante los primeros siglos de nuestra era. Uno de ellos, Nagarjuna, recuperó los sutras Prajnaparamita, escrituras fundamentales del Mahayana. Durante los siglos III al IV el dharma de Buda floreció sin impedimentos en la India, pero en el siglo VI cientos de monasterios budistas fueron destruidos por los invasores hunos. Fue un duro golpe para los seguidores de Buda, pero el dharma revivió y floreció de nuevo, principalmente al noreste indio.

Hacia el siglo VII, el Hinayana había perdido fuerza en India y el Mahayana, en cambio, había adquirido mayor fuerza y despertaba otra forma de Mahayana: el Vajrayana o Tantra. Como el Mahayana, el Vajrayana estaba atribuido a escrituras del Budas llamadas Tantras. Los vajrayanistas consideraban al Hinayana y al Mahayana como etapas sucesivas que conducían hacia el nivel tántrico.

El Vajrayana iba lejos en la aceptación del mundo, manteniendo que las experiencias, incluso la sensual, son manifestaciones sagradas de la mente despierta, el principio de Buda. Subrayaba la importancia de los métodos litúrgicos de la meditación, en el cual el practicante se identificaba con deidades que simbolizan diferentes aspectos de la mente despierta. El palacio de las deidades, era conocido como mandala.

Hacia el siglo XIII, como resultado de la violenta supresión por los conquistadores islámicos, el dharma de Buda quedó prácticamente extinguido en gran parte de su país natal. Sin embargo, para ese tiempo, las formas hinayanas se habían asentado firmemente en el sudeste asiático y otras variedades del mahayana y vajrayana en la mayor parte del resto de Asia.

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