lunes, 18 de agosto de 2008

Indicios astronómicos reveladores en la Odisea de Homero


Reconstrucción informática del cielo el 16 de abril de 1178 a.C. (Foto: Rockefeller U.)


(NC&T) Después de haber discutido sobre el asunto durante cientos de años, los historiadores, los astrónomos y otros expertos llegaron finalmente a una misma conclusión: No existió tal eclipse en la antigüedad.Pero ahora, unos científicos de la Universidad Rockefeller creen haber encontrado algunos pasajes pasados por alto en investigaciones previas, los cuales, tomados en conjunto, pueden aportar nuevos y esclarecedores datos sobre la cronología de la épica travesía.

Marcelo O. Magnasco, jefe del Laboratorio de Física Matemática (Universidad Rockefeller), y su colega Constantino Baikouzis del Observatorio Astronómico en La Plata, Argentina, revisaron exhaustivamente La Odisea en busca de referencias de eventos astronómicos específicos que pudieran situarse con precisión en fechas específicas del viaje de Ulises. Luego, alinearon cada una de estas fechas con la de su regreso, el mismo día que él mató a los que se habían aprovechado de su larga ausencia para cortejar a su esposa.

Los investigadores describen varios eventos astronómicos. El día del combate mortal hubo, como Homero escribió más de una vez, luna nueva (un prerrequisito para los eclipses totales de sol). Seis días antes del combate a muerte, el planeta Venus era visible y estaba alto en el cielo. Veintinueve días antes, dos constelaciones (las Pléyades y el Boyero) eran visibles simultáneamente en la puesta de sol. Y 33 días antes, Homero pudo haber insinuado que Mercurio estaba alto en el amanecer y cerca del extremo occidental de su trayectoria. En este último caso, lo que Homero escribió específicamente es que Hermes, a quien los romanos llamaban Mercurio, viajó muy al oeste sólo para entregar un mensaje y volar de regreso nuevamente al este; Magnasco y Baikouzis interpretan esto como una referencia al planeta.

Astronómicamente, estos fenómenos tienen distintas periodicidades, de manera que nunca se combinarán dos veces con exactamente el mismo patrón. Por lo tanto, Baikouzis y Magnasco trataron de encontrar si hubo alguna fecha dentro de un margen de 100 años con respecto a la caída de Troya que pudiera concordar con el patrón descrito de eventos astronómicos. Y encontraron sólo una: el 16 de Abril del año 1178 a.C., el mismo día que los astrónomos habían calculado como fecha de un eclipse total de sol.



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