viernes, 9 de enero de 2009

MISTERIOS DEL UNIVERSO



Para confeccionar un blog hace falta disponer de, al menos, una persona y equipos informáticos, energía eléctrica… Pero si queremos confeccionar un blog comenzando desde cero primero debemos “inventar” el Universo.

Hace 14.000 millones de años una colosal explosión puso en marcha nuestro reloj cósmico. Me refiero al ya conocido Big Bang. Todo lo que hoy conocemos, el espacio, la materia y el tiempo, sí, el tiempo, comenzaron con esa explosión. Es muy difícil para nuestra mente hacerse a la idea que “antes” del Big Bang no existía nada (porque tampoco existía la nada, ni el tiempo). Y esa dificultad radica en que nosotros somos capaces de imaginar un tiempo eterno hacia atrás y lo mismo hacia delante, pero ese mismo tiempo del que todo el mundo ha oído hablar sobre su “elasticidad” (se encoge y estira según se viaje a grandes velocidades o no) comenzó con nuestro Universo. De manera que los grandes filósofos anteriores a la Física moderna fracasaron en sus razonamientos al considerar el tiempo como una magnitud absoluta e inmutable: el tiempo es relativo, y lo es respecto a cada componente del universo que conocemos. En otro presunto universo paralelo podría no existir tal como lo conocemos nosotros.



Una combinación de propiedades de la Naturaleza descubiertas a posteriori por nuestros históricos científicos hizo surgir las primeras galaxias, con estrellas masivas cuyo tamaño consumió más rápidamente el combustible nuclear y las hizo explosionar pronto para lanzar sus restos al espacio. Y esos restos vuelven a formar nuevas estrellas. Nuestro Sol es una estrella de segunda o tercera generación, mucho más estable debido a su menor tamaño y lo suficientemente longevo como para permitir la evolución de la vida en su tercer planeta. Si la vida no se extingue antes por la acción humana deberá sufrir la muerte del Sol dentro de 5.000 millones de años.

Antes, nuestra galaxia Vía Láctea habrá colisionado con la vecina galaxia de Andrómeda cuya trayectoria conduce al choque contra nosotros. Pero ¿hacia dónde se dirige nuestro espacio, nuestra materia y nuestro tiempo?

Comienzan a vislumbrarse, por los datos que los múltiples satélites de observación nos aportan, que en nuestro Universo existen objetos terriblemente desoladores. No se trata de los conocidos agujeros negros (bastante aterradores de por sí), ni de los cuasars, se trata del mayor enigma jamás descubierto: El Gran Atractor.

¿Qué es eso? Imaginen, si pueden, un objeto en los confines del Universo con una masa equivalente a diez mil billones de soles (un uno y dieciséis ceros). Ha sido llamado El Gran Atractor por la influencia gravitatoria que ejerce sobre grupos enteros de galaxias. Está situado hacia la constelación de Centauro y las veinte galaxias que forman nuestro grupo local, al igual que el grupo de Hydra-Centauro y otras muchas galaxias se dirigen hacia él a una velocidad de 600 km/seg. Incluso se ha podido comprobar que galaxias situadas al otro lado de este “pozo gravitatorio” se dirigen hacia él, por el corrimiento, no al rojo de su espectro, sino ¡al azul!

jwstUn supertelescopio, el JWST, cuyo lanzamiento a una órbita terrestre está previsto para 2013, nos podrá ayudar a comprender este nuevo enigma porque se basa en la luz infrarroja, la cual puede sortear mejor el polvo y gas interestelar, tan molesto para la observación, ya que El Gran Atractor se halla en la dirección de nuestro plano horizontal galáctico.



Nuestro tiempo tuvo un principio, pero ahora podemos intuir un final. Posiblemente la influencia de ese Gran Atractor, el leviatán cósmico más grande jamás conocido, nos esté enseñando algo con lo que nuestra mente no contaba. Tal vez estemos comenzando a poner fecha de caducidad a nuestro tiempo.

No hay comentarios: