jueves, 30 de abril de 2009

Se trata de un exorcismo, de una ley de salvación.


Dice el Buddha: "Así como el vasto océano tiene un solo sabor, el sabor de la sal, el sabor de la leyes el sabor de la salvación". La ley que él enseña es vasta como el mar pero tiene un solo sabor: el sabor de la salvación. Desde luego, los continuadores se han perdido (o han encontrado tal vez mucho) en disquisiciones metafísicas. El fin del budismo no es ése. Un budista puede profesar cualquier religión, siempre que siga esa ley. Lo que importa es la salvación y las cuatro nobles verdades: el sufrimiento, el origen del sufrimiento, la curación del sufrimiento y el medio para llegar a la curación. Al final está el nirvana. El orden de las verdades no importa. Se ha dicho que corresponden a una antigua tradición médica en que se trata del mal, del diagnóstico, del tratamiento y de la cura. La cura, en este caso, es el nirvana.

Ahora llegamos a lo difícil. A lo que nuestras mentes occidentales tienden a rechazar. La transmigración, que para nosotros es un concepto ante todo poético. Lo que transmigra no es el alma, porque el budismo niega la existencia del alma, sino el karma, que es una suerte de organismo mental, que transmigra infinitas veces. En el Occidente esa idea está vinculada a varios pensadores, sobre todo a Pitágoras. Pitágoras reconoció el escudo con el que se había batido en la guerra de Troya, cuando él tenía otro nombre. En el décimo libro de La República de Platón está el sueño de Er. Ese soldado ve las almas que antes de beber en el rio del Olvido, eligen su destino. Agamenón elige ser un águila, Orfeo un cisne y Ulises -que alguna vez se llamó Nadie- elige ser el más modesto y el más desconocido de los hombres.


Hay un pasaje de Empédocles de Agrigento que recuerda sus vidas anteriores: "Yo fui doncella, yo fui una rama, yo fui un ciervo y fui un mudo pez que surge del mar." César atribuye esa doctrina a los druidas. El poeta celta Taliesi dice que no hay una forma en el universo que no haya sido la suya: "He sido un jefe en la batalla, he sido una espada en la mano, he sido un puente que atraviesa sesenta ríos, estuve hechizado en la espuma del agua, he sido una estrella, he sido una luz, he sido un árbol, he sido una palabra en un libro, he sido un libro en el principio." Hay un poema de Rubén Darío, tal vez el más hermoso de los suyos, que empieza así: "Yo fui un soldado que durmió en el lecho / de Cleopatra la reina..."

La transmigración ha sido un gran tema de la literatura. La encontramos, también entre los místicos. Plotino dice que pasar de una vida a otra es como dormir en distintos lechos y en distintas habitaciones. Creo que todos hemos tenido alguna vez la sensación de haber vivido un momento parecido en vidas anteriores. En un hermoso poema de Dante Gabriel Rossetti, "Sudden light", se lee, I have been here before, "Yo estuve aquí". Se dirige a una mujer que ha poseído o que va a poseer y le dice: "Tú ya has sido mía y has sido mía un número infinito de veces y seguirás siendo mía infinitamente." Esto nos lleva a la doctrina de los ciclos, que está tan cerca del budismo, y que San Agustín refutó en La Ciudad de Dios.

Porque a los estoicos y a los pitagóricos les había llegado la noticia de la doctrina hindú: que el universo consta de un número infinito de ciclos que se miden por calpas. La calpa trasciende la imaginación de los hombres. Imaginemos una pared de hierro. Tiene dieciséis millas de alto y cada seiscientos años un ángel la roza. La roza con una tela finísima de Benares. Cuando la tela haya gastado la muralla que tiene dieciséis millas de alto, habrá pasado el primer día de una de las calpas y los dioses también duran lo que duran las calpas y después mueren.

La historia del universo está dividida en ciclos y en esos ciclos hay largos eclipses en los que no hay nada o en los que sólo quedan las palabras del Veda. Esas palabras son arquetipos que sirven para crear las cosas. La divinidad Brahma muere también y renace. Hay un momento bastante patético en el que Brahma se encuentra en su palacio. Ha renacido después de una de esas calpas, después de uno de esos eclipses. Recorre las habitaciones, que están vacías. Piensa en otros dioses. Los otros dioses surgen a su mandato; y creen que el Brahma los ha creado porque estaban ahí antes.

Detengámonos en esta visión de la historia del universo. En el budismo no hay un Dios; o puede haber un Dios pero no es lo esencial. Lo esencial es que creamos que nuestro destino ha sido prefijado por nuestro karma o karman. Si me ha tocado nacer en Buenos Aires en 1899, si me ha tocado ser ciego, si me ha tocado estar pronunciando esta noche esta conferencia ante ustedes, todo esto es obra de mi vida anterior. No hay un solo hecho de mi vida que no haya sido prefijado por mi vida anterior. Eso es lo que se llama el karma. El karma, ya lo he dicho, viene a ser una estructura mental, una finísima estructura mental.

Estamos tejiendo y entretejiendo en cada momento de nuestra vida. Es que tejen, no sólo nuestras voliciones, nuestros actos, nuestros semisueños, nuestro dormir, nuestra semivigilia: perpetuamente estamos tejiendo esa cosa. Cuando morimos, nace otro ser que hereda nuestro karma.

Deussen, discípulo de Schopenhauer, que quiso tanto al budismo, cuenta que se encontró en la India con un mendigo ciego y se compadeció de él. El mendigo le dijo: "Si yo he nacido ciego, ello se debe a las culpas cometidas en mi vida anterior; es justo que yo sea ciego".



a gente acepta el dolor. Gandhi se opone a la fundación de hospitales diciendo que los hospitales y las obras de beneficencia simplemente atrasan el pago de una deuda, que no hay que ayudar a los demás: si los demás sufren deben sufrir puesto que es una culpa que tienen que pagar y si yo los ayudo estoy demorando que paguen esa deuda, El karma es una ley cruel, pero tiene una curiosa consecuencia matemática: si mi vida actual está determinada por mi vida anterior, esa vida anterior estuvo determinada por otra; y ésa, por otra, y así sin fin. Es decir: la letra z estuvo determinada por la y, la y por la x, la x por la v, la v por la u, salvo que ese alfabeto tiene fin pero no tiene principio. Los budistas y los hindúes, en general, creen en un infinito actual; creen que para llegar a este momento ha pasado ya un tiempo infinito, y al decir infinito no quiero decir indefinido, innumerable, quiero decir estrictamente infinito.

De los seis destinos que están permitidos a los hombres (alguien puede ser un demonio, puede ser una planta, puede ser un animal), el más difícil es el de ser hombre, y debemos aprovecharlo para salvarnos.
El Buddha imagina en el fondo del mar una tortuga y una ajorca que flota. Cada seiscientos años, la tortuga saca la cabeza y seria muy raro que la cabeza calzara en la ajorca. Pues bien, dice el Buddha, "tan raro como el hecho de que suceda eso con la tortuga y la ajorca es el hecho de que seamos hombres. Debemos aprovechar el ser hombres para llegar al nirvana".

¿Cuál es la causa del sufrimiento, la causa de la vida, ya que negamos el concepto de un Dios, ya que no hay un dios personal que cree el universo? Ese concepto es lo que Buddha llama la zen. La palabra zen puede parecernos extraña, pero vamos a compararla con otras palabras que conocemos.

Pensemos por ejemplo en la Voluntad de Schopenhauer. Schopenhauer concibe Die Welt als Wille und Vorstellung, El mundo como voluntad y representación. Hay una voluntad que se encarna en cada uno de nosotros y produce esa representación que es el mundo.

Eso lo encontramos en otros filósofos con un nombre distinto. Bergson habla del élan vital, del ímpetu vital; Bernard Shaw, de the life force, la fuerza vital, que es lo mismo. Pero hay una diferencia: para Bergson y para Shaw el élan vital son fuerzas que deben imponerse, debemos seguir soñando el mundo, creando el mundo. Para Schopenhauer, para el sombrío Schopenhauer, y para el Buddha, el mundo es un sueño, debemos dejar de soñarlo y podemos llegar a ello mediante largos ejercicios. Tenemos al principio el sufrimiento, que viene a ser la zen. Y la zen produce la vida y la vida es, forzosamente, desdicha; ya que ¿qué es vivir? Vivir es nacer, envejecer, enfermarse, morir, además de otros males, entre ellos uno muy patético, que para el Buddha es uno de los más patéticos: no estar con quienes queremos.

Tenemos que renunciar a la pasión. El suicidio no sirve porque es acto apasionado. El hombre que se suicida está siempre en el mundo de los sueños. Debemos llegar a comprender que el mundo es una aparición, un sueño, que la vida es sueño. Pero eso debemos sentirlo profundamente, llegar a ello a través de los ejercicios de meditación.

En los monasterios budistas uno de los ejercicios es éste: el neófito tiene que vivir cada momento de su vida viviéndolo plenamente. Debe pensar: "ahora es el mediodía, ahora estoy atravesando el patio, ahora me encontraré con el superior", y al mismo tiempo debe pensar que el mediodía, el patio y el superior son irreales, son tan irreales como él y como sus pensamientos. Porque el budismo niega el yo.

Una de las desilusiones capitales es la del yo. El budismo concuerda así con Hume, con Schopenhauer y con nuestro Macedonia Fernández. No hay un sujeto, lo que hay es una serie de estados mentales. Si digo "yo pienso", estoy incurriendo en un error, porque supongo un sujeto constante y luego una obra de ese sujeto, que es el pensamiento. No es así. Habría que decir, apunta Hume, no "yo pienso", sino "se piensa", como se dice "llueve". Al decir llueve, no pensamos que la lluvia ejerce una acción; no, está sucediendo algo. De igual modo, como se dice hace calor, hace frío, llueve, debemos decir: se piensa, se sufre, y evitar el sujeto.

En los monasterios budistas los neófitos son sometidos a una disciplina muy dura. Pueden abandonar el monasterio en el momento que quieran. Ni siquiera -me dice María Kodama - se anotan los nombres. El neófito entra en el monasterio y lo someten a trabajos muy duros. Duerme y al cabo de un cuarto de hora lo despiertan; tiene que lavar, tiene que barrer; si se duerme lo castigan físicamente. Así, tiene que pensar todo el tiempo, no en sus culpas, sino en la irrealidad de todo. Tiene que hacer un continuo ejercicio de irrealidad.

Llegamos ahora al budismo zen y a Bodhidharma. Bodhidharma fue el primer misionero, en el siglo VI. Bodhidharma se traslada de la India a la China y se encuentra con un emperador que había fomentado el budismo y le enumera monasterios y santuarios y le informa del número de neófitos budistas. Bodhidharma le dice: 'Todo eso pertenece al mundo de la ilusión; los monasterios y los monjes son tan irreales como tú y como yo." Después se va a meditar y se sienta contra una pared.

La doctrina llega al Japón y se ramifica en diversas sectas. La más famosa es la zen. En la zen se ha descubierto un procedimiento para llegar a la iluminación. Sólo sirve después de años de meditación. Se llega bruscamente; no se trata de una serie de silogismos. Uno debe intuir de pronto la verdad. El procedimiento se llama satori y consiste en un hecho brusco, que está más allá de la lógica.


Nosotros pensamos siempre en términos de sujeto, objeto, causa, efecto, lógico, ilógico, algo y su contrario; tenemos que rebasar esas categorías. Según los doctores de la zen, llegar a la verdad por una intuición brusca, mediante una respuesta ilógica. El neófito pregunta al maestro qué es el Buddha. El maestro le responde: "El ciprés es el huerto." Una contestación del todo ilógica que puede despertar la verdad. El neófito pregunta por qué Bodhidharma vino del Oeste. El maestro puede responder: "Tres libras de lino." Estas palabras no encierran un sentido alegórico; son una respuesta disparatada para despertar, de pronto, la intuición. Puede ser un golpe, también. El discípulo puede preguntar algo y el maestro puede contestar con un golpe. Hay una historia -desde luego tiene que ser legendaria- sobre Bodhidharma.

A Bodhidharma lo acompañaba un discípulo que le hacía preguntas y Bodhidharma nunca contestaba. El discípulo trataba de meditar y al cabo de un tiempo se cortó el brazo izquierdo y se presentó ante el maestro como una prueba de que quería ser su discípulo. Como una prueba de su intención se mutiló deliberadamente. El maestro, sin fijarse en el hecho, que al fin de todo era un hecho físico, un hecho ilusorio, le dijo: "¿Qué quieres?" El discípulo le respondió: "He estado buscando mi mente durante mucho tiempo y no la he encontrado." El maestro resumió: "No la has encontrado porque no existe." En ese momento el discípulo comprendió la verdad, comprendió que no existe el yo, comprendió que todo es irreal. Aquí tenemos, más o menos, lo esencial del budismo zen.

Es muy difícil exponer una religión, sobre todo una religión que uno no profesa. Creo que lo importante no es que vivamos el budismo como un juego de leyendas, sino como una disciplina; una disciplina que está a nuestro alcance y que no exige de nosotros el ascetismo. Tampoco nos permite abandonarnos a las licencias de la vida carnal. Lo que nos pide es la meditación, una meditación que no tiene que ser sobre nuestras culpas, sobre nuestra vida pasada.

Uno de los temas de meditación del budismo zen es pensar que nuestra vida pasada fue ilusoria. Si yo fuera un monje budista pensaría en este momento que he empezado a vivir ahora, que toda la vida anterior de Borges fue un sueño, que toda la historia universal fue un sueño. Mediante ejercicios de orden intelectual nos iremos liberando de la zen. Una vez que comprendamos que el yo no existe, no pensaremos que el yo puede ser feliz o que nuestro deber es hacerlo feliz.

Llegaremos a un estado de calma. Eso no quiere decir que el nirvana equivalga a la sensación del pensamiento y una prueba de ello estaría en la leyenda del Buddha. El Buddha, bajo la higuera sagrada, llega al nirvana, y, sin embargo, sigue viviendo y predicando la ley durante muchos años.

¿Qué significa llegar al nirvana? Simplemente, que nuestros actos ya no arrojan sombras. Mientras estamos en este mundo estamos sujetos al karma. Cada uno de nuestros actos entreteje esa estructura mental que se llama karma. Cuando hemos llegado al nirvana nuestros actos ya no proyectan sombras, estamos libres. San Agustín dijo que cuando estamos salvados no tenemos por qué pensar en el malo en el bien. Seguiremos obrando el bien, sin pensar en ello.

¿Qué es el nirvana? Buena parte de la atención que ha suscitado el budismo en el Occidente se debe a esta hermosa palabra. Parece imposible que la palabra nirvana no encierre algo precioso. ¿Qué es el nirvana, literalmente? Es extinción, apagamiento. Se ha conjeturado que cuando alguien alcanza el nirvana, se apaga. Pero cuando muere, hay gran nirvana, y entonces, la extinción. Contrariamente, un orientalista austriaco hace notar que el Buddha usaba la física de su época, y la idea de la extinción no era entonces la misma que ahora: porque se pensaba que una llama, al apagarse, no desaparecía.

Se pensaba que la llama seguía viviendo, que perduraba en otro estado, y decir nirvana no significaba forzosamente la extinción. Puede significar que seguimos de otro modo. De un modo inconcebible para nosotros. En general, las metáforas de los místicos son metáforas nunciales, pero las de los budistas son distintas. Cuando se habla del nirvana no se habla del vino del nirvana o de la rosa del nirvana o del abrazo del nirvana. Se lo compara, más bien, con una isla. Con una isla firme en medio de las tormentas. Se lo compara con una alta torre; puede comparárselo con un jardín, también. Es algo que existe por su cuenta, más allá de nosotros.

Lo que he dicho hoy es fragmentario. Hubiera sido absurdo que yo expusiera una doctrina a la cual he dedicado tantos años -y de la que he entendido poco, realmente - con ánimo de mostrar una pieza de museo. Para mí el budismo no es una pieza de museo: es un camino de salvación. No para mí, pero para millones de hombres.

EL BUDISMO


El tema de hoy será el budismo. No entraré en esa larga historia que empezó hace dos mil quinientos años en Benares, cuando un príncipe de Nepal - Siddharta o Gautama -, que había llegado a ser el Buddha, hizo girar la rueda de la ley, proclamó las cuatro nobles verdades y el óctuple sendero. Hablaré de lo esencial de esa religión, la más difundida del mundo. Los elementos del budismo se han conservado desde el siglo v antes de Cristo: es decir, desde la época de Heráclito, de Pitágoras, de Zenón, hasta nuestro tiempo, cuando el doctor Suzuki la expone en el Japón. Los elementos son los mismos. La religión ahora está incrustada de mitología, de astronomía, de extrañas creencias, de magia, pero ya que el tema es complejo, me limitaré a lo que tienen en común las diversas sectas. Éstas pueden corresponder al Hinayana o el pequeño vehículo. Consideremos ante todo la longevidad del budismo.

Esa longevidad puede explicarse por razones históricas, pero tales razones son fortuitas o, mejor dicho, son discutibles, falibles. Creo que hay dos causas fundamentales. La primera es la tolerancia del budismo. Esa extraña tolerancia no corresponde, como en el caso de otras religiones, a distintas épocas: el budismo siempre fue tolerante.



o ha recurrido nunca al hierro o al fuego, nunca ha pensado que el hierro o el fuego fueran persuasivos. Cuando Asoka, emperador de la India, se hizo budista, no trató de imponer a nadie su nueva religión. Un buen budista puede ser luterano, o metodista, o presbiteriano, o calvinista, o sintoísta, o taoísta, o católico, puede ser prosélito del Islam o de la religión judía, con toda libertad. En cambio, no le está permitido a un cristiano, a un judío, a un musulmán, ser budista.

La tolerancia del budismo no es una debilidad, sino que pertenece a su índole misma. El budismo fue, ante todo, lo que podemos llamar un yoga. ¿Qué es la palabra yoga? Es la misma palabra que usamos cuando decimos yugo y que tiene su origen en el latín yugu.


Un yugo, una disciplina que el hombre se impone. Luego, si comprendemos lo que el Buddha predicó en aquel primer sermón del Parque de las Gacelas de Benares hace dos mil quinientos años, habremos comprendido el budismo. Salvo que no se trata de comprender, se trata de sentido de un modo hondo, de sentido en cuerpo y alma; salvo, también, que el budismo no admite la realidad del cuerpo ni del alma. Trataré de exponerlo.

Además, hay otra razón. El budismo exige mucho de nuestra fe. Es natural, ya que toda religión es un acto de fe. Así como la patria es un acto de fe. ¿Qué es, me he preguntado muchas veces, ser argentino? Ser argentino es sentir que somos argentinos. ¿Qué es ser budista? ser budista, es, no comprender, porque eso puede cumplirse en pocos minutos, sentir las cuatro nobles verdades y el óctuple camino.

No entraremos en los vericuetos del óctuple camino, pues esa cifra obedece al hábito hindú de dividir y subdividir, pero si en las cuatro nobles verdades.

Hay, además, la leyenda del Buddha. Podemos descreer de esa leyenda. Tengo un amigo japonés, budista zen, con el cual he mantenido largas y amistosas discusiones. Yo le decía que creía en la verdad histórica del Buddha. Creía, y creo, que hace dos mil quinientos años hubo un príncipe del Nepal llamado Siddharta o Gautama que llegó a ser el Buddha, es decir, el Despierto, el Lúcido -a diferencia de nosotros que estamos dormidos o que estamos soñando ese largo sueño que es la vida -. Recuerdo una frase de Joyce: "La historia es una pesadilla de la que quiero despertarme." Pues bien, Siddharta, a la edad de treinta años, llegó a despertarse y a ser el Buddha.

Con aquel amigo que era budista (yo no estoy seguro de ser cristiano y estoy seguro de no ser budista) yo discutía y le decía: "¿Por qué no creer en el príncipe Siddharta, que nació en Kapilovastu quinientos años antes de la era cristiana?" Él me respondía: "Porque no tiene ninguna importancia; lo importante es creer en la Doctrina". Agregó, creo que con más ingenio que verdad, que creer en la existencia histórica del Buddha o interesarse en ella seria algo así como confundir el estudio de las matemáticas con la biografía de Pitágoras o Newton. Uno de los temas de meditación que tienen los monjes en los monasterios de la China y el Japón, es dudar de la existencia del Buddha. Es una de las dudas que deben imponerse para llegar a la verdad.

Las otras religiones exigen mucho de nuestra credulidad. Si somos cristianos, debemos creer que una de las tres personas de la Divinidad condescendió a ser hombre y fue crucificado en Judea. Si somos musulmanes tenemos que creer que no hay otro dios que Dios y que Muhammad es su apóstol. Podemos ser buenos budistas y negar que el Buddha existió o, mejor dicho, podemos pensar, debemos pensar que no es importante nuestra creencia en lo histórico: lo importante es creer en la Doctrina. Sin embargo, la leyenda del Buddha es tan hermosa que no podemos dejar de referirla.



Los franceses se han dedicado con especial atención al estudio dé la leyenda del Buddha. Su argumento es éste: la biografía del Buddha es lo que le ocurrió a un solo hombre en un breve periodo de tiempo. Puede haber sido de este modo o de tal otro. En cambio, la leyenda del Buddha ha iluminado y sigue iluminando a millones de hombres. La leyenda es la que ha inspirado tantas hermosas pinturas esculturas y poemas. El budismo, además de ser una religión, es una mitología, una cosmología, un sistema metafísico, o, mejor dicho, una serie de sistemas metafísicos, que no se entienden y que discuten entre sí.

La leyenda del Buddha es iluminativa y su creencia no se impone.

En el Japón se insiste en la no historicidad del Buddha. Pero sí en la Doctrina. La leyenda empieza en el cielo. En el cielo hay alguien que durante siglos y siglos, podemos decir literalmente, durante un número infinito de siglos, ha ido perfeccionándose hasta comprender que en la próxima encarnación será el Buddha.

Elige el continente en que ha de nacer. Según la cosmogonía budista el mundo está dividido en cuatro continentes triangulares yen el centro hay una montaña de oro: el monte Meru. Nacerá en el que corresponde a la India. Elige el siglo en que nacerá; elige la casta, elige la madre. Ahora, la parte terrenal de la leyenda. Hay una reina, Maya. Maya significa ilusión. La reina tiene un sueño que corre el albur de parecernos extravagante pero no lo es para los hindues.

Casada con el rey Suddhodana, soñó que un elefante blanco de seis colmillos, que erraba en las montañas del oro, entró en su costado izquierdo sin causarle dolor. Se despierta; el rey convoca a sus astrólogos y éstos le explican que la reina dará a luz un hijo que podrá ser el emperador del mundo o que podrá ser el Buddha: el Despierto, el Lúcido, el ser destinado a salvar a todos los hombres. Previsiblemente, el rey elige el primer destino: quiere que su hijo sea el emperador del mundo.

Volvamos al detalle del elefante blanco de seis colmillos. Oldemberg hace notar que el elefante de la India es animal doméstico y cotidiano. El color blanco es siempre símbolo de inocencia. ¿Por qué seis colmillos? Tenemos que recordar (habrá que recurrir a la historia alguna vez) que el número seis, que para nosotros es arbitrario y de algún modo incómodo (ya que preferimos el tres o el siete), no lo es en la India, donde se cree que hay seis dimensiones en el espacio: arriba, abajo, atrás, adelante, derecha, izquierda. Un elefante blanco de seis colmillos no es extravagante para los hindúes.

El rey convoca a los magos y la reina da a luz sin dolor. Una higuera inclina sus ramas para ayudarla. El hijo nace de pie y al nacer da cuatro pasos: al Norte, al Sur, al Este y al Oeste, y dice con voz de león: "Soy el incomparable; éste será mi último nacimiento". Los hindúes creen en un número infinito de nacimientos anteriores. El príncipe crece, es el mejor arquero, es el mejor jinete, el mejor nadador, el mejor atleta, el mejor calígrafo, confuta a todos los doctores (aquí podemos pensar en Cristo y los doctores). A los dieciséis años se casa.

El padre sabe - los astrólogos se lo han dicho - que su hijo corre el peligro de ser el Buddha, el hombre que salva a todos los demás si conoce cuatro hechos que son: la vejez, la enfermedad, la muerte y el ascetismo. Recluye a su hijo en un palacio, le suministra un harén, no diré la cifra de mujeres porque corresponde a una exageración hindú evidente. Pero, por qué no decirlo: eran ochenta y cuatro mil.

El príncipe vive una vida feliz; ignora que hay sufrimiento en el mundo, ya que le ocultan la vejez, la enfermedad y la muerte. El día predestinado sale en su carroza por una de las cuatro puertas del palacio rectangular. Digamos, por la puerta del Norte. Recorre un trecho y ve un ser distinto de todos los que ha visto. Está encorvado, arrugado, no tiene pelo. Apenas puede caminar, apoyándose en un bastón. Pregunta quién es ese hombre, si es que es un hombre. El cochero le contesta que es un anciano y que todos seremos ese hombre si seguimos viviendo.



El príncipe vuelve al palacio, perturbado. Al cabo de seis días vuelve a salir por la puerta del Sur. Ve en una zanja a un hombre aún más extraño, con la blancura de la lepra y el rostro demacrado. Pregunta quién es ese hombre, si es que es un hombre. Es un enfermo, le contesta el cochero; todos seremos ese hombre si seguimos viviendo. El príncipe, ya muy inquieto, vuelve al palacio. Seis días más tarde sale nuevamente y ve a un hombre que parece dormido, pero cuyo color no es el de esta vida. A ese hombre lo llevan otros. Pregunta quién es. El cochero le dice que es un muerto y que todos seremos ese muerto si vivimos lo suficiente.

El príncipe está desolado. Tres horribles verdades le han sido reveladas: la verdad de la vejez, la verdad de la enfermedad, la verdad de la muerte. Sale una cuarta vez. Ve a un hombre casi desnudo, cuyo rostro está lleno de serenidad. Pregunta quién es. Le dicen que es un asceta, un hombre que ha renunciado a todo y que ha logrado la beatitud.

El príncipe resuelve abandonar todo; él, que ha llevado una vida tan rica. El budismo cree que el ascetismo puede convenir, pero después de haber probado la vida. No se cree que nadie deba empezar negándose nada. Hay que apurar la vida hasta las heces y luego desengañarse de ella; pero no sin conocimiento de ella.

El príncipe resuelve ser el Buddha. En ese momento le traen una noticia: su mujer, Jasodhara, ha dado a luz un hijo. Exclama: "Un vínculo ha sido forjado." Es el hijo que lo ata a la vida. Por eso le dan el nombre de Vínculo. Siddharta está en su harén, mira a esas mujeres que son jóvenes y bellas y las ve ancianas horribles, leprosas. Va al aposento de su mujer. Está durmiendo. Tiene al niño en los brazos. Está por besarla, pero comprende que si la besa no podrá desprenderse de ella, y se va.

Busca maestros. Aquí tenemos una parte de la biografía que puede no ser legendaria. ¿Por qué mostrarlo discípulo de maestros que después abandonará? Los maestros le enseñan el ascetismo, que él ejerce durante mucho tiempo. Al final está tirado en medio del campo, su cuerpo está inmóvil y los dioses que lo ven desde los treinta y tres cielos, piensan que ha muerto. Uno de ellos, el más sabio, dice: "No, no ha muerto; será el Buddha". El príncipe se despierta, corre a un arroyo que está cerca, toma un poco de alimento y se sienta bajo la higuera sagrada: el árbol de la ley, podríamos decir. Sigue un entreacto mágico, que tiene su correspondencia con los Evangelios: es la lucha con el demonio. El demonio se llama Mara.



Ya hemos visto esa palabra nightmare, demonio de la noche. El demonio siente que domina el mundo pero que ahora corre peligro y sale de su palacio. Se han roto las cuerdas de sus instrumentos de música, el agua se ha secado en las cisternas. Apresta sus ejércitos, monota en el elefante que tiene no sé cuántas millas de altura, multiplica sus brazos, multiplica sus armas y ataca al príncipe. El príncipe está sentado al atardecer bajo el árbol del conocimiento, ese árbol que ha nacido al mismo tiempo que él.

El demonio y sus huestes de tigres, leones, camellos, elefantes y guerreros monstruosos le arrojan flechas. Cuando llegan a él, son flores. Le arrojan montañas de fuego, que forman un dosel sobre su cabeza. El príncipe medita inmóvil, con los brazos cruzados. Quizá no sepa que lo están atacando. Piensa en la vida; está llegando al nirvana, a la salvación. Antes de la caída del sol, el demonio ha sido derrotado. Sigue una larga noche de meditación; al cabo de esa noche, Siddharta ya no es Siddharta. Es el Buddha: ha llegado al nirvana.

Resuelve predicar la ley. Se levanta, ya se ha salvado, quiere salvar a los demás. Predica su primer sermón en el Parque de las Gacelas de Benares. Luego otro sermón, el del fuego, en el que dice que todo está ardiendo: almas, cuerpos, cosas están en: fuego. Más o menos por aquella fecha, Heráclito de Éfeso decía que todo es fuego.

Su ley no es la del ascetismo, ya que para el Buddha el ascetismo es un error. El hombre no debe abandonarse a la vida carnal porque la vida carnal es baja, innoble, bochornosa y dolorosa; tampoco al ascetismo, que también es innoble y doloroso. Predica una vía media -para seguir la terminología teológica -, ya ha alcanzado el nirvana y vive cuarenta y tantos años, que dedica a la prédica. Podría haber sido inmortal pero elige el momento de su muerte, cuando ya tiene muchos discípulos.



Muere en casa de un herrero. Sus discípulos lo rodean. Están desesperados. ¿Qué van a hacer sin él? Les dice que él no existe, que es un hombre como ellos, tan irreal y tan mortal como ellos, pero que les deja su Ley. Aquí tenemos una gran diferencia con Cristo. Creo que Jesús les dice a sus discípulos que si dos están reunidos, él será el tercero. En cambio, el Buddha les dice: les dejo mi Ley. Es decir, ha puesto en movimiento la rueda de la ley en el primer sermón. Luego vendrá la historia del budismo. Son muchos los hechos: el lamaísmo, el budismo mágico, el Mahayana o gran vehículo, que sigue al Hinavana o pequeño vehículo, el budismo zen del Japón.


Yo tengo para mí que si hay dos budismos que se parecen, que son casi idénticos, son el que predicó el Buddha y lo que se enseña ahora en la China y el Japón, el budismo zen. Lo demás son incrustaciones mitológicas, fábulas. Algunas de esas fábulas son interesantes. Se sabe que el Buddha podía ejercer milagros, pero al igual que a Jesucristo, le desagradaban los milagros, le desagradaba ejercerlos. Le parece una ostentación vulgar. Hay una historia que contaré: la del bol de sándalo.

Un mercader, en una ciudad de la India, hace tallar un pedazo de sándalo en forma de bol. Lo pone en lo alto de una serie de cañas de bambú, una especie de altísimo palo enjabonado. Dice que dará el bol de sándalo a quien pueda alcanzarlo. Hay maestros heréticos que lo intentan en vano. Quieren sobornar al mercader para que diga que lo han alcanzado. El mercader se niega y llega un discípulo menor del Buddha. Su nombre no se menciona, fuera de ese episodio. El discípulo se eleva por el aire, vuela seis veces alrededor del bol, lo recoge y se lo entrega al mercader. Cuando el Buddha oye la historia lo hace expulsar de la orden, por haber realizado algo tan baladí.

Pero también el Buddha hizo milagros. Por ejemplo éste, un milagro de cortesía. El Buddha tiene que atravesar un desierto a la hora del mediodía. Los dioses, desde sus treinta y tres cielos, le arrojan una sombrilla cada uno. El Buddha, que no quiere desairar a ninguno de los dioses, se multiplica en treinta y tres Buddhas, de modo que cada uno de los dioses ve, desde arriba, un Buddha protegido por la sombrilla que le ha arrojado.

Entre los hechos del Buddha hay uno iluminativo: la parábola de la flecha. Un hombre ha sido herido en batalla y no quiere que le saquen la flecha. Antes quiere saber el nombre del arquero, a qué casta pertenecía, el material de la flecha, en qué lugar estaba el arquero, qué longitud tiene la flecha. Mientras están discutiendo estas cuestiones, se muere. "En cambio -dice el Buddha-, yo enseño a arrancar la flecha." ¿Qué es la flecha? Es el universo. La flecha es la idea del yo, de todo lo que llevamos clavado. El Buddha dice que no debemos perder tiempo en cuestiones inútiles. Por ejemplo: ¿es finito o infinito el universo? ¿El Buddha vivirá después del nirvana o no? Todo eso es inútil, lo importante es que nos arranquemos la flecha.

miércoles, 29 de abril de 2009

ASERÁ, LA CONSORTE DE JEHOVA


Aserá fue adorada como consorte de dioses jehová en Israel como atestiguan numerosas inscripciones de escribanos oficiales, y fueron escritas en hebreo.

Deuteronomio 7:16 Destruirás a todos los pueblos que Jehová, tu Dios, te entrega.
No tendrás piedad de ellos ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.

El mismo Jehová admite la existencia de otros dioses, no solamente ídolos de barro.
Ordena no tener piedad. ¿Es ese un dios de amor, o un demonio sin compasión sediento de sangre?

Deuteronomio 8:19 Si llegas a olvidar al Señor tu Dios, y sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que ciertamente serás destruido.
Dioses jehová exige a los hebreos adoración exclusiva, pero no niega la existencia de otros dioses. El que lo siga será por temor y bajo amenazas, no por amor.

Deuteronomio 10:17 Porque Jehová, vuestro Dios [Elohiym], es Dios [Elohiym], de los dioses [Elohiym], y Señor de los señores, Dios [El] grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni recibe sobornos.

Aquí vemos la falacia que Elohim es un plural mayestático. Algunos apologistas tratan de decir que la expresión “dios de los dioses” es superlativa, pero ese superlativo no tendría sentido, sobre todo habiendo ya tres plurales “mayestáticos” en línea. Notemos que también se usa el singular de Dios, o sea “El”; y aparte de ello la expresión “poderoso”, en lugar de “todopoderoso”.

Deuteronomio 11:28 - y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehová, vuestro Dios y os apartáis del camino que yo os ordeno hoy, para ir tras dioses ajenos que no habéis conocido.
Jehová tiene celos de dioses (¿inexistentes?)que pertenecen a otra gente, que profiere una maldición sobre los hebreos que los adoren aunque hasta ese momento hayan sido supuestamente desconocidos para ellos,

Deuteronomio 12:31 No harás así a Jehová, tu Dios, porque todas las cosas abominables que Jehová aborrece las hicieron ellos a sus dioses, pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban al fuego en honor de sus dioses.
Desde luego que jehová se enoja tanto porque estos pueblos sacrificaban sus hijos e hijas a sus dioses, que lo soluciona mandando los ejércitos hebreos para que les maten a sus hijos. Lógico ¿no?.

martes, 28 de abril de 2009

PROBLEMAS DE TENER UNA «MENTE ABIERTA»


Es la frase típica de hoy en día, del new age. Hay que ser abierto de mente.

Creed en medicinas cuánticas, en medicinas holísticas. Creed en que el "menos es mas", y que cuanto menos haya, mas efecto os hará. Creed que el agua podría ser el disco duro del futuro con su memoria del agua, que se transmite incluso por Internet y por teléfono. Creed que si nos agujerean el cuerpo, se nos equilibraran los chakras, el chi y no se cuantas energías mas. Pero no pidáis pruebas. No hay que exigir evidencias. Debéis ser abiertos de mente.

Creed en apariciones fantasmales. Seres de "energía" (de estoy hay que hablar algún día). Seres del mas allá. Seres a los que se les ha quedado algo por hacer. Pero no pidáis pruebas. Seres que arrastran cadenas, que se divierten. Seres que responden en una tabla de madera de las de cortar el queso. Seres que susurran cosas y se pueden interpretar de cualquier manera. No hay que exigir evidencias. Debéis ser abiertos de mente, aun mas.

Creed en que cualquiera tiene potencial para doblar cucharas con el poder de la mente. Para adivinar el futuro. Creed que tirando espinas de pescado conoceréis vuestro devenir. Creed que se puede buscar agua doblando una simple varita de madera. Pero no pidáis pruebas. No hay que exigir evidencias. De nuevo, toca abrir la mente un poco mas.

Creed en que los astros, astros que quizás ya no estén donde parece que están, que controlan vuestras insignificantes vidas, en las cartas astrales, en la vida que inevitablemente deben compartir unos gemelos nacidos bajo el mismo signo (si uno llega a los 80 años, el otro también. Si uno muere atropellado, el otro también). Creed en que el destino esta escrito, y cruzad una autopista el día de Navidad con los ojos vendados y a pata coja. Total, es el destino y esta escrito en los astros. Pero no pidáis pruebas. No hay que exigir evidencia alguna. Acabe de separarse un poco mas todas las partes de su cerebro. Así, muy bien. Cada vez mas abierto.

Crea en hombres omnipresentes y omnipotentes. Que escuchan a cada instante lo que decimos todos y cada uno de los habitantes del planeta. Crea que si muere por Ala tendrá 72 vírgenes en el paraíso. O que el hombre no desciende de un antepasado común con el mono. Crea que alguna mujer puede quedar embarazada por gracia divina(Fue José, el primer demonio de la historia? Su mujer al menos, le puso los cuernos con un tal Dios, así que eso al menos, ya lo tenia...). Pero no pida pruebas. No hay que exigir evidencias. Solamente es necesario abrir la mente todo lo que se pueda.

¿Después de tanto abrirla y creer en todas estas cosas, en qué se diferencia creer en la astrología, las terapias alternativas, los videntes, la parapsicología o la religión, a creer en hadas, gnomos y dragones?

Sin embargo, muchos pagan por la homeopatía, la astrología, los videntes, la medicina cuántica, o por la religión incluso. Pero pocos pagarían por bailar con un hada o escuchar los consejos de un gnomo.

Pero....¿el dragón que? El dragón es el mismo que el de Carl Sagan y su ejemplo del garaje.

Supongamos que un amigo nos dice que tiene un dragón en el garaje. Con la de veces que se ha hablado en la historia sobre dragones y no tenemos ninguna prueba, pensamos "¡¡Joder, una oportunidad!!" Así que le decimos que vale, pero que nosotros tenemos un iPhone y una bici Rockrider, así que no se pase ni un pelo de tonto. Pero de todas formas le decimos que nos gustaría verlo y lo acompañamos alegremente a su garaje y una vez abrimos el garaje, solo nos encontramos un Seat Panda aparcado. Le preguntamos si el dragón a salido a buscar dragona. Nos dice que no, que no lo vemos pero que esta ahí, porque su dragón es invisible.

Nos conformamos, pero entonces le decimos que ya que es invisible, que le pida a su dragón que escupa fuego, así al ver la llamarada sabremos que esta ahí. A lo que mi colega responde que el fuego de su dragón no quema y además es invisible también. Bueno, pues tiremos pintura por el suelo, así cuando camine veremos las pisadas. Pero nos dice que no, que su dragón vuela, aunque este encerrado en el garaje (¡que inhumano!).

¡Vaya con el dragón! Total, que le digo a mi colega que tiremos kilos y kilos de harina en el garaje para que así se le impregne el cuerpo y poder intuir o ver su figura. Pero mi amigo que se las sabe todas, me explica que su Colacuerno húngaro, es incorpóreo, y que por tanto la harina lo traspasaría y no veríamos nada.

Y así va haciendo a cada pregunta que yo le hago. Entonces, ¿Qué diferencia hay entre un dragón que escupe fuego que no quema, que es invisible, que flota y que es incorpóreo, y un dragón que simplemente no existe? Mi incapacidad de invalidar sus hipótesis no equivale a demostrar que sean ciertas. Lo que mi colega ha pedido que haga, es que yo acepte, en ausencia de pruebas, lo que el dice.

Pero eso si, debemos ser de mente abierta.

1. Se te puede salir el cerebro y acabar así confundiendo radiactividad con radiación.
2. Cualquiera puede entrar y dejar sus ideas: en mente cerrada no entran íkeres.
3. Los razonamientos son como heridas: si no cicatrizan no evolucionan.
4. Nunca tendrás tus propias ideas, el argumento de autoridad hablará por tí.
5. Serás un inmaduro toda tu vida, atacarás a las personas, no a las ideas.
6. Podrías ser abducido por un marciano o cualquier hombrecillo verde.
7. Cualquiera podría leerte los pensamientos, aunque nunca te dirá cómo.
8. Alguien podría levantar tu mano con su mente, lo cual te puede acarrear graves problemas en las subastas.
9. No podrías volver a tomar café, pues se te doblarían las cucharas con solo mirarlas.
10. Tendrías muchos chichones, es lo malo de levitar.

Un nuevo estudio sobre meditación señala que mejora las habilidades visuales


Aunque dicha mejora es drástica, sólo se mantiene durante un periodo de tiempo limitado

La meditación es una antigua práctica que consiste básicamente en mantener un estado de atención concentrada. Utilizada durante siglos por diversas religiones como medio para obtener la calma y la paz interior, desde hace unos años ha sido también objeto de estudio científico. Las nuevas tecnologías de registro de la actividad cerebral han permitido conocer las ventajas de esta técnica. En la última investigación se ha constatado, por ejemplo, que cierto tipo de meditación permite desarrollar la memoria visual a corto plazo, aunque, advierten los científicos, este efecto se mantiene sólo durante un periodo de tiempo limitado.
La meditación es una práctica que consiste básicamente en mantener un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, un pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.

Utilizada durante siglos por diversas religiones como medio para obtener la calma y la paz interior, en la actualidad los científicos parecen interesarse cada vez más por comprender y analizar sus efectos en el cerebro, en el organismo y en el espíritu humano.

El último ejemplo de esto es un nuevo estudio cuyos resultados han aparecido publicados en la revista Psychological Science, de la Association for Psychological Science (aps), de Estados Unidos.

Nueva investigación

Según dicho estudio, la meditación permitiría acceder a un estado más elevado de conciencia espacio-visual que, sin embargo, duraría sólo un periodo de tiempo limitado.

Normalmente, cuando vemos un objeto, éste se mantiene en nuestra memoria visual a corto plazo, durante un breve periodo de tiempo (las imágenes comienzan a desvanecerse en sólo unos segundos).

Sin embargo, se ha podido registrar que los monjes budistas (que meditan habitualmente) presentan habilidades visuales excepcionales y que son capaces de mantener imágenes complejas en su memoria visual durante minutos y, en algunos casos, incluso durante horas.

La nueva investigación, dirigida por la psicóloga Maria Kozhevnikov, de la Universidad George Manson, ha querido ir más allá de esta constatación, analizando los efectos de diversos tipos de meditación budista en las habilidades espacio-visuales.

Dos tipos de meditación analizados

Según publica la aps en un comunicado, los investigadores se centraron en dos formas de meditación: la llamada Deity Yoga (DY) (o Devata-yoga, práctica fundamental del budismo Vajrayana), y la “Presencia Abierta” (Open Presence u OP).

Durante la meditación DY, los meditadores se concentran intensamente en la imagen de una deidad y en su séquito. Esto requiere fijarse en muchos detalles, así como en las emociones de la deidad, y en su entorno.

Por el contrario, los practicantes de la meditación OP creen que la conciencia pura no puede ser alcanzada atendiendo a una imagen específica, por lo que intentan distribuir equitativamente su atención, sin fijarse ni analizar ninguna experiencia, imagen o pensamiento concreto que les surja.

En los experimentos, practicantes de ambos tipos de meditación e individuos que no meditaban participaron en dos formas de tareas espacio-visuales: unas para probar sus capacidades mentales de rotación (por ejemplo, si eran capaces de rotar mentalmente una estructura tridimensional) y otras para probar su memoria visual (por ejemplo, tras ver una imagen, tenían que retenerla en la memoria para posteriormente identificarla entre otras imágenes relacionadas con ella).

Todos los participantes completaron una primera ronda de tareas. Después, los meditadores realizaron 20 minutos de meditación, mientras el resto de participantes realizaban otras actividades no-meditativas; y finalmente se realizó una segunda ronda de tareas espacio-visuales.

Efecto a corto plazo

Los resultados revelaron que todos los participantes ejecutaron el primer conjunto de pruebas de manera similar, lo que sugiere que la meditación no tiene un efecto general ni aumenta las capacidades espacio-visuales a largo plazo.

Sin embargo, tras el periodo de meditación, los meditadores de la meditación DY mejoraron drásticamente su rendimiento en las tareas, tanto en las de rotación mental como en las otras, comparados con los practicantes de la meditación OP y el resto de los participantes.

Por tanto, según los científicos estos resultados “tienen muchas implicaciones para el desarrollo de terapias para el tratamiento de la pérdida de memoria e incluso para el entrenamiento mental”.

En futuros estudios se analizará si estos resultados son específicos de la meditación DY o si el mismo efecto podría lograrse con otras técnicas de meditación.

Todo ventajas

Gracias a tecnologías recientemente desarrolladas (como la exploración por resonancia magnética o el electroencefalograma), se está pudiendo explorar a fondo el cerebro en pleno funcionamiento.

Esto ha llevado a tratar de explicar empíricamente los efectos de la meditación en el cerebro humano. Cada vez más neurólogos se interesan por conocer lo que supone la meditación para el cerebro, como es el caso de Richard Davidson, del E. M. Keck Laboratory for Functional Brain Imaging and Behaviour de la Universidad de Wisconsin, que ha realizado diversos estudios muy completos sobre la influencia de la meditación en los trastornos afectivos y su mapeado cerebral.

En resumen, Davidson ha examinado a centenares de monjes budistas tibetanos de dos tipos: un grupo de monjes que llevaban largo adiestramiento en la meditación (entre 10.000 a 50.000 horas), entre 15 y 40 años de experiencia, y otro grupo constituido por estudiantes con pocas horas de meditación, tal y como explica Óscar Castro García en otro artículo de Tendencias21

La meditación se ha asociado asimismo, a partir de su análisis científico, con otras ventajas, en este caso para la salud. Estudios anteriores demostraron que puede ayudar a detener el avance del SIDA en un organismo infectado y también a tratar el estrés postraumático.

lunes, 27 de abril de 2009

EL MITO DE LAS NINFAS


El nombre de “ninfa”, significa “mujeres jóvenes casaderas, novias” y son los seres que habitan en la naturaleza. Son tenidas habitualmente por hijas de Zeus y personifican la fuerza natural que preside la reproducción y fecundidad de la naturaleza. Su vida, a diferencia de las mujeres griegas, gira alrededor de las pasiones y los sentimientoson. Su belleza es proverbial. Todas las ninfas son hermosas y amantes de la danza y de la música. Su relación con el sexo es más que evidente, ya que frecuentemente los mitos hablan de sus relaciones con hombres y con otros seres mitológicos. También contraen matrimonio con seres humanos.

Reciben diferentes nombres según la región de la naturaleza que habitan o animan. Hay diferentes tipos de ninfas:

*

Dríades o hamadríades, las ninfas de los árboles. Mueren cuando los árboles decaen o son talados o bien viven muchísimos años pero llega un día en que fatalmente mueren.
*Náyades, ninfas de las aguas, asociadas con las fuentes, los ríos y los lagos de toda clase.
*Oréades, ninfas de las montañas.
*Náyades, ninfas de los ríos.
*Agrónomos, ninfas de los campos.
*Melíades, ninfas de los fresnos.
*Nereidas, ninfas del mar.
*Alseides, ninfas de la floresta.
*Epimélides, ninfas de las ovejas...

El hecho es que todos estos nombres concuerdan con el sustantivo “nympha”. Todas y cada una de ellas las encontramos representadas como novias y esposas, no sólo de sátiros, sino también de los dioses mayores y también de hombres mortales.

viernes, 24 de abril de 2009

LAS BARBARIDADES DE LA BIBLIA


Dentro de nuestra sociedad, cuando uno habla de moral y de sabiduría, uno de los primeros libros que se vienen a la mente es la Biblia. Usualmente se piensa en la Biblia como un libro lleno de moral absoluta, justicia, amor y enseñanzas sin igual. Sin embargo, cuando uno se aventura a leer la Biblia al detalle y más ampliamente, sin limitarse a lo que los sacerdotes o pastores nos dicen que leamos, el libro sufre una metamorfosis extrema: pasa de ser el libro de amor y sabiduría al libro de las barbaridades y la inmoralidad, o en el mejor de los casos, la falsa moral.

Por ejemplo, en Éxodo 32, 25-34 podemos ver una muestra de la actitud inmisericorde y vanidosa de Dios:

“Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros. Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado.”

Lo primero que podemos ver es la actitud vanidosa y ególatra del dios bíblico, pero lo más chocante y la actitud más inmoral que él mismo dictamina es un genocidio de inocentes. ¿Para qué? Para nada, pues supuestamente era una especie de sacrificio que serviría para resarcirse del pecado cometido. Pero más adelante Dios le dice a Moisés que en el día del castigo, ellos pagarán por su pecado.

Aquí hay algo contradictorio con la idea popular de un dios absolutamente bueno y misericordioso, ya que Dios insiste con terquedad en que el pueblo pagará por el pecado (que no fue más que adorar a otros dioses, lo que da una muestra de cómo se origina la intolerancia hacia otras religiones con otros dioses) a pesar de ya haber cumplido el pueblo con el genocidio que él mismo ordenó.

Conclusión: Dios absolutamente absurdo y rencoroso.

En un caso aún más sorprendente, se narra la muerte de una persona que violó el mandato del día de reposo:

“Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.”
—Números 15, 32-36.

En este pasaje, claramente el pueblo no está seguro de qué hacer con el hombre, pero vino el buenísimo de Dios y puso las cosas en su lugar: muerte para el hombre. Esta actitud podríamos clasificarla como propia de un ente sediento de sangre, vengativo y absolutamente intolerante. ¿Aquel hombre hizo mal a alguna otra persona? Evidentemente no. Su única falta fue realizar una actividad que Dios no contemplaba digna de hacerse en el día de reposo. Lo que Dios quería era que lo adoraran.
Conclusión: Dios absolutamente vanidoso.

En Romanos 13, 1-7, encontramos una muestra clara de obediencia absoluta a la autoridad:

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.”

Este pasaje no puede ser más claro: la autoridad es la autoridad, y si no se le obedece, se comete un pecado contra Dios. ¿Qué mejor excusa que ésta podría utilizar cualquier administrador del poder para manejar al pueblo a su antojo? Obviamente este pasaje fue “diseñado inteligentemente” para fines políticos. Si no obedeces, Dios te castiga. Ese es el lema necesario para mantener las aguas calmas y las mentes críticas dormidas.

Conclusión: Dios absolutamente injusto y estrechamente vinculado con intereses políticos.

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.” (Romanos 13, 1-7)

Por último, en Lucas 3, 7-9 hay un ejemplo en el que se muestra el infierno como castigo eterno para los que no cumplen lo que manda Dios:

“Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.”

Primer punto a considerar aquí: el arrepentimiento. La Biblia resalta la culpa como parte inherente del ser humano, y lo único que hay para combatirla es el arrepentimiento. Todo ser humano lleva una culpa innata (según la Biblia) y por ello hay que arrepentirse. ¿Pero, arrepentirse de qué? Tal parece que lo único importante es arrepentirse de los pecados en general (sin especificar qué pecados), es decir, lo que importa es convertirse en seres sumisos y subyugados; sin culpa real innata, pero arrepintiéndose de cosas que no se han cometido. En todo caso, lo que quiere decir el dios bíblico es que hay que arrepentirse simplemente de haber nacido, ya que el pecado nace irremediablemente con uno y la culpa acompaña nuestra vida entera.

Y la segunda cosa a considerar es lo que se dice en el último párrafo del pasaje mencionado: “el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego”. Esto quiere decir que todos ya estamos condicionados de antemano. Desde el momento que existimos el hacha está puesta sobre nosotros, y depende de si somos buenos o malos para que esa hacha nos corte o no. ¿Acaso eso no es una tortura psicológica? En caso de que seamos malos, el hacha nos cortará y nos iremos al infierno, en donde seremos torturados eternamente. Habría que pensar nada más cómo es que un espíritu inmaterial se puede quemar en el fuego físico. Por otro lado, el concepto de “ser malo” se vería condicionado según lo que Dios considere malo, lo cual, como ya hemos visto, es altamente contradictorio, variable y absurdo, situándonos entonces en una situación de constante condicionamiento y gran incertidumbre.

Conclusión: Dios torturador e inquisidor eterno.

Después de todo esto, resumiendo, tenemos a un Dios absolutamente absurdo y rencoroso, absolutamente vanidoso, absolutamente injusto y estrechamente vinculado con intereses políticos, y torturador e inquisidor eterno. Entonces, ¿de qué se habla cuando se menciona a un Dios absolutamente misericordioso, absolutamente bondadoso y absolutamente sabio? Si uno compara al Dios que se conceptualiza popularmente y el Dios bíblico, parecería que fueran dos personajes totalmente distintos y opuestos. El dios bíblico dista mucho de la bondad, la misericordia y la sabiduría.

Lo más probable es que la gente extraiga lo más conveniente de la Biblia para formar su idea de Dios, y dejar de lado lo malo, como si no existiera. Aún así, tienen el atrevimiento de declarar a la Biblia como el libro de mayor contenido moral y de sabiduría de la historia de la humanidad.

Habría que preguntarles en qué se basan para afirmar eso.

miércoles, 22 de abril de 2009

Los dioses


A pedido de algunos de ustedes vuelvo a un tema que hemos visto en un articulo publicado en el mes de enero en este blog ("Politeismo en la Biblia") donde hablo acerca de Elyon y su significado en los textos biblicos antiguos pero he encontrado más información acerca de Elyon y Shaddai, palabras con que la biblia nombra a Yahve-Jehova.

Muchos desconocen que los eruditos de la biblia se pelean por estos textos bíblicos en donde se nombra a Elyon y Shaddai.

¿Saben por qué los eruditos debaten sobre este texto? Porque en los escritos hebreos el nombre Jehová no aparece por estos lugares. ¿Qué les parece? En el lugar donde los eruditos traducen "Dios Altísimo" los manuscritos antiguos escriben El Elyon. El escándalo de todo esto radica en que El Elyon figuraba como uno de los dioses del panteón politeísta de la religión cananea. Pero vemos nuevamente como el clero no le suple esta información a los feligreses. ¿Por qué será?

El desvelar esa información pondría de manifiesto que los traductores del Antiguo Testamento han cometido fraude y encubrimiento en la traducción de la Biblia y que han alterado el contexto histórico de los hechos.¿Qué hace una deidad pagana en los escritos de la Biblia? ¿Qué rayos hace Abraham invocando a una deidad cananea cuando se supone que él era monoteísta? ¿Ocultan algo los primeros traductores? Sí, de hecho ellos ocultan muchas cosas. En el título del dios pagano cananeo El Elyon el título "El" designa "poderoso," "verdadero." Elyon guarda relación con el término "de las alturas." Por el contexto de la gramática El Elyon lo que designa es "el poderoso que ha descendido de las alturas." Nuevamente vemos como los antiguos pueblos le atribuían características extraterrestres a sus dioses pues si Elyon descendía de las alturas es obvio que se alude a que su morada se encuentra más allá de la atmósfera planetaria; y bajo el contexto de la terminología y por definición propia de la palabra cualquier forma de vida que more fuera de nuestra atmósfera planetaria es extraterrestre. Le aconsejamos a los lectores que tomen cualquier diccionario y busquen la definición de la palabra extraterrestre. Los pueblos antiguos de la región veneraban a sus dioses de alto rango por el uso del título "El" para diferenciarlos de los dioses de bajo rango.

El Elyon aparece como uno de los dioses de alto rango en la religión politeísta cananea y en las tablas arqueológicas donde aparecen elogios e invocaciones reconociéndolo como el dios creador de los cielos, lo que lo diferenciaba de los dioses menores de la misma religión cananea. Revelar que el patriarca Abraham invocó al dios de la religión politeísta El Elyon es tirar por el suelo la pretensión de que el patriarca Abraham era monoteísta y pone de manifiesto que los tprimeros traductores han ido tan lejos que han engañado a los pueblos de la Tierra falsificando las escrituras a su propio antojo y eliminando los nombres de los dioses de religiones politeístas para encubrir estas verdades históricas de lo cual hay prueba escriturar y arqueológica. ¿Ha explicado el clero esto de esta forma tan clara y por qué los pueblos antiguos creían de esta manera? Ya sabemos que la respuesta es NO. Este tipo de conducta revela un acto de conspiración bien elaborado que debe ser rechazado por todos los amantes de la verdad.

¿Qué le han enseñado en cuánto la terminología Shaddai? ¿No es cierto que le han comentado que El Shaddai significa "Dios todopoderoso? Demostraremos que existe una infinidad de información que el clero ha ocultado a lo largo de su historia. ¿Porqué será? Ellos no desean que ustedes conozcan como se fue "moldeando" el esquema y las enseñanzas generales de la Iglesia Histórica. Quedará demostrado que la voluntad de estas personas es que ustedes no adquieran un vasto conocimiento. De ser así muchos cuestionarían el origen de estos "arreglos." ¿Cuántas veces se han realizado estudios cautelosos sobre el significado que encierran estas palabras? ¿Cuántas veces le han explicado el verdadero significado del título "EL" y de la palabra Shaddai?

El Shaddai aparece 40/41 veces en el Antiguo Testamento como título para la deidad o deidades. ¿Deidades? Algunos dirán; "pero Shaddai es un título para Dios." Bueno, eso es lo que el clero quiere que ustedes crean. Shaddai aparece aproximadamente 30 veces en el libro de Job. Nuevamente algunos quedarán estupefactos cuando se enteren de lo siguiente. Cualquier rabino profesional (maestro experto del antiguo hebreo) y todo erudito profesional está deacuerdo en que Shaddai es una palabra plural. ¡Sorpresa! Cuando se habla de Shaddai se alude a "varios" (pluralismo). La palabra designa pluralidad de personas. ¡Qué escándalo para la Iglesia! ¡Como le han negado estas verdades ocultas dejando a las masas en la ignorancia. Y pensar que usted los veía como personas "honestas" y "sinceras."

Un análisis profesional y cauteloso revela que Shaddai es una palabra compuesta. Algo que el clero tampoco le ha revelado. Shaddai guarda relación con la raíz sadu que significa montaña. El sufijo ai en el nombre Shaddai significa "de la." De modo que Shaddai lo que significa es "de la montaña." En los textos ugaríticos que es una de las fuentes de mayor peso sobre la escritura cananea el sufijo "ai" siempre significa "de la" lo que esclarece y elimina dudas en cuanto al significado real de la terminología de esta palabra. El título El era usado para los dioses de alto rango que puede significar "poderoso, verdadero."

De modo que estas palabras significan "dioses poderosos de la montaña" puesto que Shaddai es plural. Debido a que este título era usado por distintas religiones de distintos pueblos más antiguos que el pueblo de Israel, los teólogos expresan que a Jehová no se le debe designar con el título El. Pero el problema es que existen textos de la Biblia que denominan a Jehová con éste título lo que indica que Israel absorbió costumbres de otros países. ¿Están los teólogos encaminándose contra lo que su propio libro sagrado revela por que afecta lo que ellos han "moldeado" durante todos estos siglos?

Vemos que la creencia en el dios de la montaña estaba presente en las mentes de los pueblos antiguos mesopotámicos y palestinos. Uno de los problemas teológicos es que Israel adquirió estas costumbres de religiones politeístas. Abraham salió de Ur de los caldeos. La Biblia menciona esto en Génesis 11:31: "Y tomó Taré a Abraham su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió de Ur de los caldeos." Abraham trajo estas costumbres de la religión de Ur de Caldea, y la religión de Caldea era politeísta.

Para los hindúes, algunos dioses moraban en una montaña sagrada al norte, el monte Meru. Ellos creían que los dioses descendieron de lo alto (Espacio Exterior, extraterrestres) y se ubicaron en esta montaña. Lo mismo ocurre con la historia antigua de los griegos, ellos creían que los dioses moraban en el monte Olimpo. De modo que vemos como las religiones politeístas de la antigüedad creían que los dioses moraban en una montaña sagrada. El hecho de que tanto Moisés como Abraham subían a la montaña para hablar con Jehová refleja que ambos trajeron este concepto de las religiones politeístas. La creencia de Abraham en el dios de la montaña se hace vigente cuando leemos en la Biblia: "Luego se pasó de allí a un MONTE al oriente de Bethel, y plantó su tienda, teniendo Bethel al occidente y Hai al oriente, y edificó allí altar a Jehová." [Génesis 12:8] Si Abraham realizó el esfuerzo en subir al monte es por que estaba convencido de la realidad de que el "dios de la montaña" o los "dioses de la montaña" moraban en ese lugar. De lo contrario no hubiera tomado la molestia en subir al monte, una ardua tarea y bastante cansable. La persistencia de subir al monte prevaleció sobre el cansancio y el sufrimiento que pudo haber experimentado Abraham. Esto revela su fiel creencia en el "dios de la montaña" concepto que trajo de Ur de los Caldeos como la propia Biblia expresa. ¿Acaso no podía Abraham experimentar el contacto con Dios desde el valle? ¿Porqué se mantenía Abraham cerca del monte? Por que buscaba un contacto con Shaddai, pero Shaddai es plural y alude a "muchos."

Shaddai proviene a la vez de la raíz shad y alude al pecho femenino (senos), la diferencia lo hace el sonido fonético de las vocales. Si se usa en este concepto entonces Shaddai representa un cuadro feminista donde la deidad sirve de sostén pues de sus "senos" proviene el alimento natural importante para el sostén de la vida. De modo que en este concepto Shaddai se visualiza como sostén y protección. Por esta razón cuando los israelitas llegaron a Canaán se ubicaron en dos montes, Gerizim y Ebal.

"La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte Ebal..." [Josué 8:33b] El verso 30 expresa que en este monte Josué edificó un altar. Este monte sirvió como lugar de escena donde una mitad del pueblo se encontraba en el monte Gerizim y la otra mitad sobre el monte Ebal, símbolo de sostén. De la misma manera en que una madre protege a sus hijos y le suministra alimento a través de sus senos, Shaddai que alude a shad significa en este contexto que serviría de protección para Israel. La relación existente entre montaña y senos es evidente pues al observar una montaña desde el horizonte ésta se eleva sobre los valles teniendo un parecido a las protuberancias del seno femenino. Recordemos que Shaddai aparece 30 veces en el libro de Job. Recordemos de igual forma que uno de los amigos de Job era místico por lo que se visualiza a Dios con distintos atributos que son contrarios a los dogmas impuestos por el clero.

"Y al pasar un espíritu por delante de mí, hizo que se erizara el pelo de cuerpo. Paroce delante de mí un fantasma cuyo rostro yo no conocí" [Job 4:16-17]

Hable sobre estos temas hoy día y verá como el clero intenta quitarle esas creencias. Sin embargo, nuevamente es la Biblia la que trae a la luz pública estos temas. En el comentario de la Biblia de Estudio Reina Valera 1960 del editorial Caribe página 546 los teólogos declaran: "Elifaz era el místico...Elifaz hizo su apelación a Job basándose en una visión nocturna. Considera su experiencia mística adecuada como para acusar de pecado a Job." ¿Porqué los teólogos no condenan estas experiencias si al ser místicas van en contra de los dogmas de la Iglesia? No hace falta realizar más comentarios al respecto.

"Y aparecí a Abraham, a Isaac, y a Jacob como Dios Omnipotente (El Shaddai) mas en mi nombre Jehová NO ME DI A CONOCER."[Éxodo 6:3]

Si traducimos el texto en su forma natural el mismo declara: "Y aparecí a Abraham, a Isaac, y a Jacob como Dios de la montaña, mas en mi nombre ( el nombre Jehová, Yahvé) no me di a conocer." La declaración de la escritura es clara y revela que el término Jehová NO ERA CONOCIDO en la época patriarcal, los días en que vivió Abraham, Isaac, y Jacob. De modo que cada vez que los traductores de la Biblia insertan el tetragrámaton (Jehová) en el libro de Génesis están alterando las escrituras.

De esta manera se les hace creer a los feligreses que Abraham invocó el nombre Jehová, pero Éxodo 6:3 es BIEN CLARO y reafirma que NINGUNO de los patriarcas conocía a Dios por el término Jehová.



La propia revelación de la escritura los expone como traductores fraudulentos.

EL PODER DE LOS CUARZOS



El reino mineral, cuenta entre su gran variedad de metales y piedras curativas; con el único mineral considerado como inteligente: EL CUARZO, pues contiene energía, la amplifica, la enfoca, la transforma, la almacena y la transfiere mas allá de lo imaginable por nosotros mismos.

Además se usa en micro componentes electrónicos de audio y video, computadoras, rayos láser, relojes, etc., al vibrar a tazas precisas genera electricidad.
En este capitulo nos ocuparemos de lo mas importante respecto a este maravilloso y potentísimo mineral.

LOS TIPOS MÁS USUALES DE CUARZOS

CUARZOS: Casi toda la medicina holistica se lleva a cabo a través de los cuarzos, estas piedras, compuestas principalmente de oxido de sicilio, vienen en una gran variedad de colores. Otras piedras que pertenecen a esta familia son: LAS AGATAS, LOS JASPES, LA AMATISTA Y EL ONIX.
Los cuarzos se utilizan mucho en la industria moderna, principalmente en los famosos chips para computadora y como fuentes de energía para algunos relojes.

AMATISTA: Cuarzo de color violeta, canaliza el rayo violeta transmutador, clarifica, purifica y armoniza el ambiente en que se vive, transmutando las energías negativas en positivas. No absorbe lo negativo, lo expulsa. Excelente para ayudar en patrones conductuales negativos como la adicción a las drogas o alcoholismo.
Regencia: JÚPITER, URANO, PLUTÓN, MARTE.
Correlación signos: SAGITARIO, ACUARIO, ARIES, LIBRA, PISCIS, CAPRICORNIO.

AGATA: Cuarzo de diferentes colores. Octava piedra en el pectoral de AARÓN. Algunas variedades representan EL TERCER OJO.
La piedra representa a nuestro planeta en el cosmos. Aleja el miedo, el temor, nos protege de enfermedades y es buena niveladora del sistema circulatorio. Ideal para escritores, poetas, músicos, artistas, dibujantes, artesanos, etc. Promueve la alta estima.

AGATAS EN DISCOS PARA SANACIÓN: Afectan positivamente el cuerpo eterico. Ideal para remover bloqueos energéticos. Facilitan el proceso de sanción en el ámbito mental, emocional y físico. Calman, relajan, equilibran el funcionamiento nervioso. Ayudan contra la Diabetes. Los chacras se trabajan de acuerdo al color de cada ágata.
Regencia: VENUS Y JÚPITER.
Correlación signos: TODOS.

AVENTURINA: El mas conocido de este cuarzo es el verde, pero también los hay en colores amarillo y azul. Es excelente como piedra de toque, porque trae calma, serenidad y equilibrio. Con la malaquita forma buen dúo para sanar congestiones en los chacras coronaria y plexo solar. también es afín con el cuarzo rosado.
Regencia: PLUTÓN Y MERCURIO
Correlación signos: LEO Y ESCORPION



CORNALINA: Es un ágata de color rojizo casi transparente, muy evolucionada y valiosa. Atrae la buena suerte y la alegría de vivir. Es la piedra vital del optimismo, de la armonía.
Efecto relajante para quien la usa, disipa los momentos malhumorados, cólera o rabia. Tiene inmensas propiedades electromagnéticas. Ayuda en problemas del hígado, vesícula y páncreas. Afinidad con los chacras coronaria y base.
Regencia: NEPTUNO, URANO Y PLUTÓN.
Correlación signos: TAURO, ESCORPION, ARIES, LEO, VIRGO.

CUARZO AHUMADO: Piedra de color humo o gris oscuro, muy brillante. Su frecuencia ultrasónica y capacidad energética es ideal para sanción ya que calma, relaja y seda.
Excelente para meditar y encontrar o que se busca. Excelente para tratar las afecciones del estomago, del colon y del recto.
El cuarzo ahumado es afín a todos los chacras.
Regencia: PLUTÓN Y SATURNO.
Correlación signos: TODOS.

CUARZO CITRINO: De color amarillo-dorado. Excelente gema de curación ilimitada. Algunas personas lo conocen como topacio del Brasil.
Excelente para el sistema nervioso y digestivo. Con el cuarzo verde y rosado, o con el cuarzo rosado y amatista, forma la perfecta trilogía para sentir tranquilidad, serenidad y paz, usando los cuarzos para beber, bañándose con ellos o usando perfumes.
Regencia: SOL Y MERCURIO.
Correlación signos: VIRGO, LEO, GÉMINIS.

CUARZO CRISTAL: Sílice, también llamado cristal de roca. Conductor natural de energía electromagnética en su más pura condición. Es incoloro y transparente. El más versátil e ilimitado de todos los cristales. Tiene poderosas cualidades curativas, atrae y transmite energía, tiene tonos, sonidos, vibraciones y energías que dan protección y luz contra la negatividad. Afinidad con el diamante.
Regencia: URANO.
Correlación de signos: TODOS.

CUARZO NEVADO: Piedra telepática. Refuerza el sistema inmunológico. Bloquea la depresión, alivia el stress y la angustia. Dicen que es la piedra rejuvenecedora. Es equilibrante entre la materia y el espíritu. Correlación con todos los signos.
CUARZO ROSADO: Lo mejor para concentrarse a nivel de ser real. Es considerada la piedra del amor sagrado en el antiguo Egipto. Sana heridas sentimentales, aplaca dolores por perdida o lejanía de seres amados. Corrige desbalances sexuales y emocionales. Ayuda a sanar las relaciones difíciles entre parejas.
Regencia: PLUTÓN Y URANO.
Correlación: TODOS.



CUARZO RUTILADO: Es transparente con pequeños filamentos de oro o hilos de titanio dióxido en su interior. Ayuda al cuerpo a asimilar nutrientes, fortifica el sistema inmunológico, previene la depresión y retarda el envejecimiento. Trabaja muy bien en todos los chacras.

CUARZO VERDE: Promueve la estabilidad mental y emocional. Excelente para equilibrar el sistema nervioso, así como el sistema sanguíneo. Es una piedra ideal para fomentar la prosperidad espiritual y material. SÍMBOLO DE ESPERANZA Y FERTILIDAD. Su correlación es la esmeralda. Se recomienda utilizarlo con el cuarzo citrino y rosado (o con la amatista). Sirve también par cristalizar el agua, al beber esta agua transmite serenidad, sosiego y valor.

HERKIMER DIAMOND: Variedad de cristal de cuarzo (norteamericano), muy puro, de singular transparencia, con los mismos beneficios y atributos de los otros cristales de cuarzo cristalinos. Al herkimer se le compara como a un diamante. En sanción, reduce las tensiones y ayuda a conciliar los buenos sueños. Poderoso amplificador.

JASPE: Variedad de cuarzo en los colores rojo, verde, azul, gris y amarillo. Piedra de valor y fortaleza de animo. Promueve energía mental y espiritual. Ideal para iniciar nuevos proyectos y activar frescas energías. Actúa positivamente en los chacras plexo solar y base.
Regencia: MARTE.
Correlación: TODOS.

OJO DE TIGRE: Cuarzo con tonalidades de color marrón oscuro y estrías doradas. Piedra positiva que se asocia al sol. Protege a quien la lleve. Incrementa la autoestima y promueve la iluminación interna. Útil en problemas sanguíneos y viscerales. Recomendada para meditar. Balancea las energías.
Regencia: URANO Y PLUTÓN.
Correlación: ESCORPION, ARIES Y LEO.

FORMAS DE LIMPIAR Y CUIDAR SU CRISTAL DE CUARZO



Escoja una de acuerdo a su criterio y de antemano aclaramos que todas son efectivísimas. Se recomienda hacer la limpieza por lo menos una vez a la semana.

DE 2 A 7 DIAS, ENTERRAR SU CUARZO EN SAL DE MAR, EN UNA OLLA O JARRO DE BARRO, LUEGO PONGA LA SAL EN AGUA Y TIRELA.

CON AGUA CORRIENTE, DE LA LLAVE, DEL RIO O DEL MAR, DURANTE UN MINUTO Y SIEMPRE TOMANDO SU CUARZO CON LOS DEDOS INDICE Y PULGAR DE LA MANO DERECHA Y CON LA PUNTA DEL CUARZO HACIA ABAJO, IMAGINANDO QUE UN RAYO DE LUZ BLANCA HA LIMPIADO SU CUARZO.

CON LA ENERGIA MENTAL: VIENDO LA LUZ BLANCA BAÑANDO SU CUARZO.

CON TU PROPIO ALIENTO: SOPLANDO MUY FUERTE TU CRISTAL; DE MANERA QUE EL AIRE QUE LANZAS SE LLEVE TODO CUANTO TU CUARZO HA RECIBIDO.

NOTAS ACLARATORIAS

NO PIENSE QUE EL CUARZO MAS GRANDE ES EL QUE DA MAS ENERGIA, QUE EL MAS PEQUEÑO. ES UN ERROR, EL QUE MAS ENERGIA DA, ES EL QUE TIENE LA PUNTA MAS CLARA, TRANSPARENTE Y POR SU BRILLO.

LA ENERGIA FLUYE DE LA BASE HACIA LA PUNTA.

SI SU CUARZO TIENE DOBLE PUNTA, LA ENERGIA FLUYE EN DOBLE SENTIDO, COMO SI FUERA UNA BATERIA.

ASI MISMO HACEMOS MENCION DE OTRAS PIEDRAS DE LA FAMILIA DE LOS CUARZOS, EL ONIX, SARDÓNICA, LAS TURMALINAS EN VARIADOS COLORES Y TODAS ELLAS CON PODEROSAS PROPIEDADES ENERGÉTICAS Y CURATIVAS

martes, 21 de abril de 2009

La sincronicidad pudiera explicarse en un universo holístico


Richard Tarnas, filósofo a contracorriente, reabre el debate sobre el alma del mundo en una nueva obra

Los fenómenos de sincronicidad han llamado la atención desde hace ya muchos años. Carl Gustav Jung, junto con su amigo Wolfgang Pauli, se preguntaron cuál pudiera ser su explicación. En realidad, se trata de uno de los muchos fenómenos –el principal es la “conciencia” en el mundo animal y humano– que dificílmente pueden hallar explicación en el marco de una visión reduccionista y desintegrada del Cosmos. Éste, sin embargo, mantiene su misterio, su “encanto” y el actual enfoque holístico –abriéndonos un nuevo campo de intuiciones y conjeturas– podría quizá guiarnos a vislumbrar el sentido de muchos de sus enigmas.


Estamos solos en un universo sin sentido, en el que somos unos extraños.” “La vida y la consciencia no son sino accidentes aleatorios, de extrema improbabilidad, sobrevenidos en un rincón de un cosmos sin alma ni significado.”

Párrafos como estos se han convertido en clásicos. A través de ellos y de otros similares se proclama la concepción del mundo que sigue predominando ampliamente en nuestra cultura de base científica. Pero ¿estamos seguros de que estas manifestaciones expresan conclusiones sólidas, y no simples apuestas de partida… o de travesía?

Porque también podría ser que, sobre la base de unos primeros resultados interpretados de forma superficial, el hombre moderno hubiese emprendido una deriva práctica que necesitase encontrar apoyo en una concepción como esta. La cual no sería, en suma, más que una coartada para poder seguir recorriendo, sin excesivas trabas psicológicas, un camino equivocado. Richard Tarnas, profesor de filosofía en el CIIS de California, donde dirige el programa “Philosophy, Cosmology and Consciousness”, sugiere que bien podrían ser así las cosas.

La obra de Richard Tarnas La pasión de la mente occidental (cuya edición original data de 1991, y que ha sido traducida a nuestro idioma, hace poco, por Atalanta) consiste, según él, en el tormento espiritual que supone tender sincera y hondamente a la verdad, por un lado, y hallarse, por otro, severamente limitado por los muros de una prisión en la que uno mismo se ha encerrado, y que no es otra que la percepción del mundo exclusivamente a través del prisma de su desencantamiento, convertido en dogma supremo de la Modernidad.

Pero ¿qué es, a fin de cuentas, ese famoso desencantamiento del mundo? Consiste, para decirlo en breves palabras, en la convicción de que la consciencia es ajena a la sustancia básica del universo, y de que, en consecuencia, éste es ciego, sordo, mudo…, en suma totalmente a-consciente y carente por completo de propósito (el cual, obviamente, sólo puede existir para alguna forma de consciencia).

Es, pues, esta idea profundamente asumida, de un mundo desencantado, la que caracteriza al hombre moderno, por encima de todo. Pero a la vista de los callejones sin salida, teóricos y prácticos, en los que dicho hombre se debate hoy, Tarnas –con mayor contundencia en su segundo libro, Cosmos y Psique (traducción española, Atalanta 2008)– se atreve a negar la mayor, y sugiere que tal vez el error está precisamente ahí.

¿Carece realmente de alma la Naturaleza? No deja de ser un dogma de la modernidad. Como anteriormente lo fue también, seguramente, la afirmación contraria, que asumió el Neoplatonismo y antes casi toda la filosofía de la Antigüedad, por no hablar de Oriente. Pero ¿se cuenta acaso con bases objetivas para posicionarse en contra o a favor del Alma del Mundo? (ya que tal es la fórmula, de tradición multisecular, que sintetiza lo que está en discusión). Indicios no faltan.

Argumentos contrarios

Veamos en primer lugar los que apuntan en contra:

1. El mundo físico macroscópico funciona claramente como un mecanismo gobernado por los principios de causalidad local y de continuidad espaciotemporal.

2. El mundo biológico posee indiscutiblemente una base física que, dada su escala espacial, debe seguir las leyes macroscópicas. Y ninguna energía imponderable, ningún “vitalismo sustancial”, puede ser invocado para explicar su funcionamiento.

3. El psiquismo, tanto humano como de los animales superiores, está ligado tan estrechamente a la dinámica neurológica que no cabe hablar de “alma” fuera del cerebro.

Estos tres indicios racionales han bastado para dar por zanjada la cuestión del Alma del Mundo, e incluso la del alma a secas, durante los últimos dos siglos. Y sin embargo…

4. En el mundo submicroscópico no se aplican los principios de causalidad local y de continuidad. Esto ha llevado a algunos físicos (minoritarios) a plantear que quizás la expresión misma “mecánica cuántica” sea inadecuada, desde el momento que resulta irreconocible como tal mecánica.

5. La no-localidad cuántica, en particular, está llena de consecuencias relevantes para la cuestión planteada. El fenómeno principal –aunque no el único– en el que se manifiesta es el “entrelazamiento” (entaglement) de las partículas que tienen un origen común o que, en algún momento, han integrado un mismo sistema. Para ellas el espacio intermedio parece no existir a efectos de transmisión de información (pero no de energía, cuyos “gránulos cuánticos” no pueden superar la velocidad de la luz). Surge, pues, la novedosa noción de una transmisión de información sin señales portadoras e instantánea.

6. La noción de neguentropía (o “entropía negativa”) pasa a ser al mismo tiempo el fundamento de la información (con la que de hecho se identifica) y de la vida o del nivel biológico. La neguentrópica “vida orgánica” no es sino materia altamente in-formada.

7. El “problema (científico y filosófico) de la consciencia” está lejos de haberse resuelto, pero se han producido avances. Resultados recientes indican que es una función neural holística y no localizada en un área cerebral concreta. Además, la idea de que sus manifestaciones superiores, vía entidades biológicas, precisan de alguna clase de coherencia cuántica (hipótesis Penrose-Hameroff) está ganando terreno.

Acontecimientos sincronísticos

Pero Tarnas no argumenta en base a estos temas, sino que se centra en una fenomenología que la mayoría de los científicos no admite pero que, en su opinión, no puede ser ignorada. Se trata de los acontecimientos sincronisticos, puestos de relieve por Carl-Gustav Jung y que el psicólogo-filósofo suizo estudió en colaboración con Wolfgang Pauli. La debilidad de la temática de la SINCRONICIDAD, de acuerdo al punto de vista de la ciencia, está en la no reproducibilidad a voluntad de este tipo de fenómenos (lo que la sitúa al margen del método científico…, sin que ello baste para concluir categóricamente que no existe).

Y su fortaleza reside en lo extendido de la impresión de haber vivido personalmente, en uno u otro momento, sucesos de este género. Es muy posible que el éxito editorial de Paulo Coelho se base, mucho más que en sus méritos literarios, en haberse convertido en el máximo defensor de la realidad de las “señales” (o sucesos sincronísticos), que no estarían reservadas para unos cuantos elegidos, sino a la democrática disposición de todo el mundo.

Pocas personas, a estas alturas, no habrán oido hablar nunca de “sincronicidades”. Para esos pocos, y para quienes no posean más que una información somera –y tal vez sesgada– al respecto, aclaremos que se trata de casualidades. Simples casualidades (en ningún caso “milagros”, “hechos paranormales” ni nada por el estilo) pero eso sí, portadoras o incluso creadoras de sentido para aquél que las vive. Incluso en algunos casos (que, en la forma extrema que adopta el que estamos a punto de contar, desde luego no son frecuentes, pero que genéricamente no son, ni mucho menos, raros) su ocurrencia cambia la vida o el rumbo de los individuos que las experimentan.

Tal fue lo que sucedió a la paciente de Jung que protagonizó la célebre anécdota del escarabajo dorado referida por el psicoanalista y que recoge Tarnas:

El problema de la sincronicidad me preocupa desde hace mucho tiempo, sobre todo desde que mis investigaciones sobre los fenómenos relacionados con el Inconsciente colectivo me hicieron tropezar una y otra vez con conexiones que ya no me era posible seguir explicando como meras acumulaciones de acontecimientos. Tratábase de “coincidencias”, pero tan significativamente conexas que su ocurrencia puramente “casual” representaba una improbabilidad que sólo podría expresarse mediante una magnitud inconmensurable. Citaré como ejemplo un caso de mi propia observación: una joven paciente tuvo, en un momento decisivo del tratamiento, un sueño durante el cual se le regalaba un escarabajo de oro. Mientras ella me relataba el sueño estaba yo sentado de espaldas a una ventana cerrada. De repente percibí detrás de mí un ruido, como si algo golpeara suavemente contra el cristal. Volviéndome, advertí que un insecto había chocado con éste desde fuera…, abrí la ventana y lo cacé al vuelo. Era la analogía más próxima de un escarabajo de oro que cabe encontrar en nuestras latitudes, una cetonia aurata, que evidentemente se había sentido impulsada –en contra de sus hábitos comunes– a penetrar en una habitación que en ese preciso momento estaba oscura. Debo admitir que ni antes ni después me ha sucedido un caso semejante.(…).

En este caso parece existir un fundamento arquetípico del acontecimiento sincronístico. Se trataba de un tratamiento extraordinariamente difícil, en el que, hasta el sueño en cuestión, no se había obtenido progreso alguno. La causa principal de ello residía en que mi paciente había sido educada en la filosofía cartesiana y se hallaba aferrada de tal manera a su rígido concepto de la realidad que ni los esfuerzos de tres médicos psiquiatras (yo era el tercero) habían podido ablandarla. Hacía falta evidentemente un acontecimiento “irracional”, y cuando el escarabajo llegó volando, el ser profundo de la paciente pudo romper la coraza. [siguen diversas consideraciones sobre el significado del escarabajo en la religión egipcia antigua]. (C.G. Jung, La interpretación de la naturaleza y de la psique, Paidós, pp. 30-31).

Se trató aquí evidentemente de una casualidad, no de ninguna clase magia, cosa que, por otra parte, jamás fue sugerida ni por Jung ni por Pauli. Lo que está en juego es otra cosa: ¿son determinadas casualidades de apariencia extraordinaria –o simplemente chocante– portadoras o generadoras de sentido para los individuos que las viven? Planteada así la cuestión, puede parecer absurda; pero sólo si se parte de una convicción previa, la misma que constituye el dogma central de la mentalidad moderna: que el universo es no-orgánico y ajeno, por ello, a la conciencia, que la organicidad se limita al segmento ínfimo que representa la vida biológica, mientras que la conciencia sólo está presente en el dominio todavía mucho más reducido de la vida humana.

Convicción cuestionada

Ahora bien, es justamente esta convicción la que está en entredicho.

Un acontecimiento exterior, vivido obviamente por alguien, por un cierto sujeto humano (y como tal, un dato fenoménico), se da en coincidencia con una determinada expectativa, o mejor, demanda de sentido, proyectada por ese ser humano; y el resultado es una eclosión de sentido surgida en respuesta a dicha demanda. Esta descripción, la más ajustada que he podido encontrar, de la sicronicidad jungiana, implica tres asunciones indudablemente fuertes.

La primera, que la conciencia (lo que hace que signifiquen algo palabras como “yo”, “tú”, “nosotros”, “felicidad”, “sufrimiento”, “amor” y… “significado”) no es algo periférico y prescindible en una concepción consistente del mundo, sino central e imprescindible. La segunda, que “lo noético” (no necesariamente focalizado en un yo autoconsciente: recuérdese la concepción general del inconsciente, y la específicamente jungiana del inconsciente colectivo) puede constituir el basamento de la Realidad.

Esto, que de paso podría explicar algunas paradojas cuánticas y proporcionar una mayor coherencia a las teorías del origen de la conciencia que apuntan a dicho territorio de la Física, converge con el monismo del Unus Mundus. En esta fórmula, recuperada por Jung hacia el final de su vida, se reencuentran el Uno neoplatónico y parmenidiano, el Brahman del hinduísmo y la Sustancia de Spinoza. La tercera asunción es que las dos anteriores, en vez de limitarse a lo puramente abstracto, despliegan consecuencias fenoménicas. Entre ellas, destacadamente, las sincronicidades.

Pero si el universo es orgánico-holístico e incluye como propiedades intrínsecas la conciencia y la informacion (Susceptible, esta última, de ser transmitida a cualquier punto focal del cosmos, por caminos en los que el áleas sólo es la condición que excluye el funcionamiento mecánico-determinista), entonces, cambiando de registro lingüístico pero sin apartarse ni un ápice del fondo de la cuestión, cabe entender que el universo “tiene alma”, y la fórmula ALMA DEL MUNDO queda de nuevo justificada, tal como sostiene Tarnas.

Una fórmula que no repugnaba en absoluto al teólogo platonizante francés Pierre Abélard quien, en el París del siglo XII, defendía la identidad del Espíritu Santo y el Alma del Mundo, sin que ello le procurase más sinsabores que una leve reprimenda (es muy probable que cuatro siglos después, las consecuencias para él hubiesen sido mucho más graves).

Una fórmula que no podía repugnar tampoco a Francisco de Asís, y que no era extraña a las concepciones del mundo de Giordano Bruno, Kepler y los filósofos del Romanticismo. Pero que sí era susceptible de contrariar, y mucho, el pan-mercantilismo en ascenso, de manera análoga a como la existencia de poblaciones aborígenes (cuya percepción de la Naturaleza “casualmente” era muy similar) estorbaba, en Norteamérica y en otras partes, la expansión del civilizado hombre blanco.